El Gobierno de Estados Unidos ha desvelado su plan para ayudar a unos 9 millones de hipotecados en situación de riesgo de impago a reunificas y moderar su deuda. Para ello destinará 75.000 millones de dólares en dos programas diferentes: uno destinado a entre 4 y 5 millones de titulares de hipotecas en apuros o garantizados por Fannie Mae o Freddie Mac a refinanciar sus créditos a través de las dos instituciones y, por otro lado, la administración contempla un programa específico para ayudar a entre 3 y 4 millones de propietarios a que reduzcan los intereses mensuales de su hipoteca a través de cualquier prestamista.

"El plan que hemos anunciado se centra en el rescate de familias que hay jugado según las reglas y han actuado con responsabilidad" ha explicado el presidente Barack Obama durante la presentación del plan. "Refinanciando créditos de millones de familias en hipotecas tradicionales; modificando los préstamos de familias pilladas en hipotecas subprime que no pueden afrontarlas como resultado de unos intereses desorbitados o por el empobrecimiento personal" ha asegurado, "y dando pasos hacia adelante para mantener los tipos de interés de las hipotecas en niveles bajos con el fin de que las familias puedan asegurar el pago de las mismas con unas letras asequibles".

La iniciativa contempla la posibilidad de que las entidades financieras reduzcan voluntariamente las tasas aplicadas a los prestatarios, lo que podría aliviar la situación de entre tres y cuatro millones de hogares, que verían reducidas las cuotas mensuales de sus hipotecas hasta una cantidad próxima al 31% de sus ingresos a cambio del compromiso de responder mensualmente a sus obligaciones de pago, mientras que las entidades recibirían apoyo por parte del Gobierno.

De los 75.000 millones de dólares, las firmas recibirán 1.000 dólares por cada modificación de hipoteca llevada a cabo, además de un fondo adicional por cada mes que el prestatario cumpla de hipoteca. Además, los propietarios podrán recibir 1.000 dólares al año durante cinco años como parte del programa durante el tiempo que estén afrontando el pago de su hipoteca.

No obstante, el presidente de EEUU hizo hincapié en que esta iniciativa "no rescatará a aquellos que actuaron sin escrúpulos o de manera irresponsable. No ayudará a los especuladores que asumieron apuestas demasiado arriesgadas sobre la evolución de los precios y compraron casas no para vivir en ellas, sino para venderlas, ni tampoco ayudará a los prestamistas deshonestos que actuaron irresponsablemente".

Dentro del plan, el Tesoro de EEUU. doblará el importe de las ayudas a las entidades hipotecarias semiestatales Freddie Mac y Fannie Mae, de 100.000 a 200.000 millones de dólares, para "garantizar la fortaleza y la seguridad del mercado hipotecario y para ayudar a mantener la asequibilidad de las hipotecas". Ambas entidades quedaron nacionalizadas en la práctica el año pasado, para evitar su bancarrota a raíz de la crisis financiera. Entre las dos sustentan más del 40 por ciento de los créditos a la vivienda en EEUU.

Otras medidas previstas en el plan incluyen el permitir a los jueces modificar los términos de los préstamos hipotecarios durante el proceso de declaración de bancarrota para un propietario, y el establecimiento de ayudas para inquilinos obligados a abandonar sus residencias porque el propietario ha perdido la vivienda. Inicialmente se había dicho que el plan contra las ejecuciones hipotecarias estaría dotado con al menos 50.000 millones de dólares, pero luego trascendió que llegaría a los 75.000 millones de dólares.

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