¿Hasta cuando durará la restricción del crédito? Esta es la pregunta que ronda por la cabeza de muchas empresas y familias, angustiadas por falta de financiación. Dar una respuesta contundente no es fácil, pero algunas analistas ya han hecho sus cuentas, y la conclusión a la que han llegado es que hasta finales del año que viene -pese a la masiva inyección del dinero aprobada en los últimos días por los gobiernos europeos- no se normalizará el mercado de crédito.

“Ahora toca desapalancarse”, asegura el responsable de estudios de una importante entidad financiera, “y eso quiere decir que al menos hasta finales de 2009 continuarán las restricciones a la concesión de créditos”, afirma. ¿En que cuantía? En su opinión, las entidades financieras continuarán prestando dinero, “ya que al fin y al cabo es su negocio básico”, pero con criterios más selectivos, evaluando en cada momento el riesgo. “Se ha acabado eso de tú te encargas de la tasación y yo te doy un 110% del valor del piso”, asegura.

Según sus cálculos, el escenario más probable es que el tipo de interés oficial -el que fija el Banco Central Europeo (BCE)- se situará durante el segundo trimestre del año en el 2,5%, frente al 3,75% de ahora, lo que sin duda significa una notable relajación de la política monetaria. En coherencia con este nuevo escenario, el euribor -el tipo de referencia que más interesa a los hipotecados- se colocará en el entorno del 3,5%, lo que supone un brutal recorte de 200 puntos básicos (dos puntos porcentuales) respecto de los niveles actuales, lo que permitirá recomponer la capacidad de compra de las familias.

Sobre esta base, según la mayoría de los institutos de coyuntura, se construirá -a partir del primer semestre de 2010- la recuperación de la actividad económica, pero sin alegrías. Si en algo coinciden todos los analistas es que se va hacia una banca “más tradicional” que tendrá en cuenta a la hora de conceder créditos todas las herramientas con las que cuenta el sistema financiero para evaluar los riesgos, y que en los últimos años se arrinconaron con el objetivo de ganar cuota de mercado a cualquier precio.

Pero hasta que se materialice esa nueva estrategia monetaria por parte del BCE, nadie duda de que la economía continuará deteriorándose de forma intensa, pese a la brusca caída del índice de precios de consumo.

Lo más relevante para las familias es que el consumo de los hogares (pese a la relajación de la política monetaria) seguirá bajo mínimos, como demuestra el hecho de que crecerá tan sólo un 0,6%, por debajo, incluso, de lo que aumente el PIB. A destacar el déficit de las administraciones públicas que ha previsto la Caixa para el año que viene, un 2,2% del PIB, cerca ya del 3% que pone como límite el Pacto de Estabilidad y Crecimiento aprobado por la UE hace ahora una decena de años.