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Mi médico está en las antípodas

@Ángel Villarino/Bangkok - 31/12/2007 nullh      Actualizado: 01/01/1970 nullh

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Deslocalizar al doctor y al cirujano es una tendencia que está rompiendo moldes en la industria médica. Tanto, que muchos seguros de Medio Oriente y Estados Unidos están dando ya la posibilidad de incluir en sus pólizas un hospital situado a miles de kilómetros del lugar donde se firma. El líder mundial de turismo médico está en el lugar que menos te esperas: la ruidosa y contaminada capital de Tailandia.

La entrada del hospital Bumrungrad, que recibe cada año 430.000 pacientes de 190 países diferentes, parece cualquier cosa excepto el acceso a un hospital. En el hall se escuchan tantos idiomas diferentes como en una sede de Naciones Unidas. La suntuosa decoración y la amabilidad del personal recuerdan, sin embargo, a un hotel de cinco estrellas. Este lugar recibe a 1,2 millones de pacientes cada año, factura más de 220 millones de dólares, y cuenta con 3.000 empleados, un helipuerto y el único doctor que sólo trata dolencias relacionadas con el golf que existe en el mundo.

Las escaleras mecánicas nos transportan por zonas comerciales, restaurantes y tiendas de moda antes de toparnos por primera vez con la bata blanca de una enfermera. Miles de pacientes prefieren ser operados en este entorno que recuerda a Disneyland en lugar de pasar el mal trago en el ambiente deprimente de un hospital cualquiera.

"Yo traigo aquí a varios pacientes cada año porque ningún hospital europeo tiene la calidad de Bumrungrad", explica a este diario Paul Mester, un doctor alemán afincado en la costa española que vino a acompañar a uno de sus ricos clientes. "En un periodo muy corto se pueden hacer todo tipo de pruebas, todo lo que necesites, sin moverte y sin esperar. Y con un nivel profesional muy alto", añade.

Mester y su cliente, Pedro Klein, pertenecen al numeroso sector de clientes que acuden al hospital para ahorrarse las colas y las esperas la de sanidad europea. "Yo tengo dinero y me puedo permitir cualquier clínica del mundo. Pero aquí es diferente, por la calidad, por la eficacia y por el trato. Me he hecho un by-pass y un montón de pruebas en una semana y he ahorrado tiempo", explica Klein.

Calidad, rapidez, precios

"Existen tres razones por las cuales un extranjero puede elegir este hospital ", añade el director de marketing del hospital, el estadounidense Nenneth Mays. La primera es la calidad de los servicios, que en muchos países de África, Medio Oriente y Asia es imposible encontrar. La segunda, la que atrae a los clientes de Mester, es la rapidez, eficacia y seriedad de las pruebas médicas y operaciones, que hace ahorrar tiempo a los clientes.

"La tercera son los precios. Es mucho más barato. Un paciente americano puede pagar hasta seis veces menos aquí de lo que se gastaría por el mismo servicio en Estados Unidos. Una operación que en Estados Unidos cuesta 70.000 dólares, aquí se puede hacer por 15.000. Aún pagando el billete de avión sale mucho más barato", asegura Mays.

La combinación de estos tres factores ha convertido a Bumrungrad en el hospital que más turismo médico recibe del mundo y todas las clasificaciones lo sitúan ya como el mejor de Asia y uno de los primeros del planeta. "Muchas veces tengo que convencer a mis clientes para que acepten volar hasta aquí, pero una vez que lo hacen nunca se arrepienten", confiesa el doctor Mester.

Hotel de cinco estrellas

Los pacientes de Bumrungrad se alojan en habitaciones comparables a las de un hotel de cinco estrellas, algunas de las cuales cuentan con un pequeño salón, cocina y una cama para el acompañante. En lugar de los típicos menús de hospital, en Bumrungrad es posible escoger entre cientos de platos en una interminable carta donde están representadas casi todas las cocinas del mundo.

El personal atiende a en inglés o en el idioma materno del paciente, que cuenta con la ayuda de 60 intérpretes capaces de traducir a 10 lenguas diferentes, incluido el español. "El 40 por ciento de las enfermeras hablan inglés. Se incentiva la habilidad con un extra en el salario y hay programas y oportunidades para que estudien y aprendan más" asegura Mays.

La fórmula del turismo médico mueve más de 500 millones de dólares anuales en Asia, una industria que crece a un ritmo del 20% ó 30% y que podría aumentar todavía más rápido si los seguros médicos se deciden a ofertar sus servicios. Bumrungrad es uno de los pioneros también en eso. Decenas de seguros médicos de Oriente Medio ofrecen ya a sus clientes la alternativa de viajar a Bangkok para operarse. También algunas empresas norteamericanas han empezado a hacerlo, como la "Blue Cross" de Carolina del Sur, con más de un millón de clientes. "Es difícil por el momento convencer al paciente de hacer 20 horas de vuelo para acudir al hospital, pero poco a poco se van abatiendo las barreras mentales", considera el director de marketing.

El mexicano José G. López-Portillo está convencido de haber salvado su vida gracias a Bumrungrad. "Esto es una bendición de Dios. Tenía dos arterias coronarias totalmente tapadas. Mis posibilidades de vida eran muy remotas", asegura a este diario desde la cama de su habitación hospitalaria.

Este tapatío de 65 años ha recorrido literalmente todo el mundo y se muestra sorprendido por el avance que ha experimentado Tailandia y sus servicios médicos. Sabe de lo que habla. Hace 25 años visitó Bangkok con su esposa y ambos se fueron con la impresión de haber estado en una de las urbes más ruidosas y sucias del planeta. "Era una ciudad llena de leprosos pidiendo limosna en la calle. Se les caían trozos de carne. Los taxis eran triciclos y el río era un pozo de contaminación donde la gente nacía, se reproducía y moría. No sé cómo podían vivir", asegura.

Cirugía estética

El turismo médico en destinos exóticos es también una meta apetecible para las operaciones de cirugía estética, los chequeos médicos completos y las pequeñas operaciones de bajo riesgo. "Muchas personas quieren hacer pequeñas hospitalizaciones y que eso no interfiera con sus vacaciones, por eso eligen quedarse aquí. El tiempo que no pasan en el hospital lo dedican a hacer turismo con su pareja o su familia", asegura Mays.

"Esto tiene enormes beneficios para la economía tailandesa. Se calcula que casi un millón de personas vienen cada año aquí para recibir asistencia médica. Es un tipo de turista que gasta más y pasa más tiempo en el destino que el turista normal, por lo que estimula las inversiones, da trabajo y ayuda a otros negocios como hoteles, restaurantes, etcétera", concluye el director de marketing.

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