Una de las grandes paradojas de esta crisis está siendo China. Los pasos que está llevando el país para salir de la recesión son observados cuidadosamente por el resto del planeta con admiración y no pocas dosis de envidia. Muchos esperan que el país asiático actúe como tabla de salvación para que las demás economías recuperen la senda del crecimiento. El nuevo héroe planetario, una dictadura sin visos por el momento de perestroika, ha sido curiosamente uno de los principales causantes de la situación en la que nos encontramos.

El modelo de desarrollo seguido por el país a través del comercio exterior ha producido graves desequilibrios globales que llevará décadas en corregir. Para lograr un cambio artificialmente bajo, China ha invertido ingentes cantidades en deuda de países desarrollados, especialmente norteamericana, que ayudó a mantener unos tipos de interés muy por debajo de los que la economía necesitaba, contribuyendo a crear la actual burbuja crediticia. Los países desarrollados aprovecharon para vivir muy por encima de sus posibilidades gracias al dinero barato.

Ahora China está usando sus grandes reservas monetarias para cambiar su modelo a uno de mayor consumo interno. Los primeros datos apuntan a que lo está consiguiendo. Gracias al paquete de estímulo aprobado el pasado otoño, el crédito se ha disparado, el consumo crece y hasta las ventas de coches sobrepasan las expectativas. El sector exterior por otro lado sigue en caída libre.

¿Pero puede una sociedad cerrada impulsar el crecimiento del planeta? Será difícil. Pasar de una sociedad ahorradora a una más consumista es un proceso muy lento. El país precisa una red de protección social para que su población se lance a gastar lo suficiente. Los desequilibrios entre las zonas costeras y el interior se tienen que atajar si se quieren evitar graves conflictos sociales. Se están dando los pasos en la dirección adecuada, pero parece complicado que sean suficientes sin una mayor apertura de los órganos de participación social. El peligro está en que el gobierno de Hu Jintao dé un frenazo al proceso por temor a que se le vaya de las manos y las expectativas se paren en seco. Entonces será una gran oportunidad perdida no sólo para China, sino para el resto del mundo.

4.  konfucio20/05/2009, 22:42 h.

Con mil millones de esclavos yo tambien te monto una superpotencia

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3.  lml2120/05/2009, 18:23 h.

Buen artículo, también apuntar que en lugar de seguir comprando papelitos de color verde, el Banco central chino se pasa a comprar materias primas, digamos que es algo más tangible...
http://www.invertirenbolsa.es/index.php/2009/05/china-materias-primas-dolar/

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2.  Mamerto20/05/2009, 13:34 h.

Desde mi punto de vista este artículo es lo mejor que he leido sobre la crisis, sintetiza en unas pocas líneas el origen de la crisis actual, más que todo el royo de los Ninjas, que no es causa, sino efecto. Si China comienza a gastar sus enormes reservas de divisas sustituirá la balanza comercial por el consumo interno como motor de crecimiento. No le va a quedar otra alternativa puesto que ya no confían en el dolar como valor seguro, y además va a ser lo mejor para mejorar el bienestar de su población y en occidente se vuelvan a fabricar cosas.

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1.  LaoAn20/05/2009, 09:59 h.

Es China culpable de las astronomicas inversiones extranjeras que se han producido desde la apertura impulsada por Deng Xiao Ping?
Hubieran tenido esas inversiones mejores resultados si se hubieran hecho en los paises inversores?
Creo que es evidente que China ha descubierto que cuando el mundo va mal China tambien va mal y que los errores de una politica que condena a millones de trabajadores al paro en China y fuera de China necesitan importantes rectificaciones.
Dudo que el estimulo del credito sea una buena solucion, ya que inevitablemente llevara a muchos ciudadanos chinos a sufrir los mismos problemas que hemos visto en las endeudadas clases medias de Occidente

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