No ha sido el mejor verano para Ram Bhavnani. El conocido inversor indio afincado en Canarias trata todavía de pasar página a un doloroso episodio familiar. Desde hace unos meses, las fluctuaciones del mercado no forman parte de su ranking de prioridades. Lo mismo ocurre, también cada vez menos, con su interés con el Banco Popular, sobre todo después de que el pasado mes de agosto vendiera 24 millones de acciones, reduciendo así su participación del 4,8% a casi la mitad.

Como de costumbre, Bahvnani descuelga siempre el teléfono para atender cualquier llamada. Y con la naturalidad con que se explican las cosas sencillas, repasa sin reparos su situación en el Popular. “Pagué toda la deuda que tenía vendiendo”, aclara sin ruborizarse. “No era una situación cómoda, es probable que estuviera demasiado apalancado. Por eso, prefiero ser yo quien persiga a los bancos para pagarles antes de que sean ellos los que vengan detrás de mi pidiéndome el dinero”.

El inversor indio entró en el Banco Popular a comienzos de 2008, antes del inicio de la gran crisis. Tras un paso estelar por los accionariados de Banco Zaragozano y Bankinter, donde obtuvo ingentes plusvalías, Bhavnani eligió la entidad presidida por Ángel Ron. Compró el 5% del capital a una media de 11 euros por acción. Una inversión de más de 600 millones, donde casi un tercio estaba financiado con deuda, según fuentes próximas al propietario de Casa Kishoo.

Casi desde el mismo momento de la entrada, el declive bursátil del Popular, como el del resto de la banca y del mercado en general, convirtió en ruinosa la inversión de Bahvnani, que estuvo a punto de haber sido para el Banco Sabadell. En este contexto, el patrimonio familiar levantado durante años de buen hacer como inversor quedaba seriamente comprometido, sobre todo cuando las acciones de la entidad llegaron a cotizar a 3 euros.

El progresivo repunte ha permitido a Bhavnani vender casi la mitad de su posición a una media de 6 euros, perdiéndose la subida que permitió al Popular ser el mejor valor del Ibex 35 en agosto, con una subida del 20%. Al menos, salió antes de que Ron anunciara la decisión de ampliar capital por más de 1.000 millones. “Han acertado con el momento”, subraya el inversor indio. “Lo han hecho con el mercado en máximos. Si saben hacer las cosas bien será una buena oportunidad para estar mejor preparados”.

Excluido del consejo de administración

Sin embargo, la relación de Bhavnani con el Popular no ha llegado a cuajar. “En el mercado hay que cambiar”, apunta para justificar su desinversión. “En estos momentos, prefiero centrarme en las dos sicav y estar más diversificado”. Precisamente, su tabla de salvación ha llegado con la gestión conservadora de sus instrumentales. “Hicimos un buen 2008 gracias a los monetarios. Es decir, salvamos el ejercicio, lo justo para consolidar y seguir”.

Después de que la crisis desnudara las vergüenzas del sistema, Bhavnani se suma al discurso crítico contra las entidades financieras. “Han hecho cosas deplorables, incluso con sus mejores clientes”, comenta con rotundidad. Los bancos han sido “muy avariciosos”, calificativo que también atribuye al propio Banco Popular, convertido en diana de los inversores más agresivos. “Si hubiera permanecido conservador, como era su costumbre. Probablemente, con Luis Valls (penúltimo presidente) esto no hubiera ocurrido”.

Tampoco ha contribuido en el buen ánimo su marginación como consejero. A pesar del 5% que llegó a tener, Bhavnani no fue aceptado a participar al sanedrín del Popular, donde se sientan algunos vocales con una participación mínima o simbólica. “Le han dado largas durante dos años, incluso sabiendo que no iba de hostil”, subraya una persona de su entorno. “Entre todos le han mareado. Han jugado con él, repartiéndose los papeles de poli bueno y poli malo para darle largas”.