Las decisiones tomadas ahora configurarán las condiciones de vida de futuras generaciones. Educación, desarrollo tecnológico, investigación y comercio internacional son algunos de los factores clave. Un catalizador de todos ellos, que puede servir para acelerar o ralentizar los efectos de una adecuada aplicación de estos factores, es la fiscalidad. Concretamente, en lo que se refiere al ahorro, sería necesario estimar el impacto que una elevada fiscalidad podría tener sobre aquellos productos de inversión dirigidos a la planificación de la jubilación.

Desde que el 1 de enero de 2007 entrara en vigor la LEY 35/2006 del IRPF los planes de pensiones se han visto afectados de forma significativa. Ya en 2007, tanto por volumen patrimonial como por número de partícipes, su crecimiento se situó en mínimos históricos hasta esa fecha.

Entre las modificaciones que la nueva normativa supuso, uno de los puntos que mayor impacto ha tenido se refiere a los límites de las aportaciones deducibles en el impuesto por este concepto. Si con la anterior regulación, a partir de los 52 años, los límites avanzaban con la edad hasta alcanzar los 24.250 euros y se permitía, además, acumular las aportaciones del cónyuge e incluso de la empresa, desde enero de 2007 se limita  la cantidad deducible a 10.000 euros (o 12.500 para los mayores de 50 años). Se incentivó, además, la recuperación del capital en forma de rentas, al eliminar la reducción del 40 por ciento aplicada por la anterior normativa y se elevaba hasta el 18 por ciento la tributación por plusvalías, que con anterioridad se situaba en el 15 por ciento.

En un entorno económico como el actual, donde las previsiones de crecimiento económico continúan siendo bajistas y con una evolución demográfica que está generando una importante preocupación entre la población por el futuro de sus pensiones, ulteriores incrementos fiscales a la tributación del ahorro podrían tener como consecuencia una desincentivación a la hora de atraer nueva inversión.

Paradójicamente, un efecto colateral de la incierta situación actual ha sido un incremento de la tasa de ahorro de las familias que, según datos de Instituto Nacional de Estadística, alcanzó el 7,9 por ciento en el primer trimestre, situando la tasa en más de un 14 por ciento de la renta disponible, un record histórico desde que se comenzó a elaborar la serie en el año 2000.

El tipo medio de tributación al ahorro en Europa se sitúa en torno al actual 18 por ciento español, pero con la subida anunciada de dos puntos en nuestro país, quedaría por encima de Inglaterra y Luxemburgo. Una circunstancia que podría hacer que algunos ahorradores se plantearan una transferencia de su inversión a otros mercados, en busca de “pastos más verdes”.

Los planes de pensiones del sistema individual no están precisamente en su mejor momento. Al cierre del primer semestre de 2009 continúa habiendo un descenso porcentual en el patrimonio de 0,69 por ciento, según VDOS. El rendimiento de las carteras debería haber generado crecimiento suficiente para llegar a resultados positivos. Sin embargo la variación neta durante los primeros meses del año supone un descenso de 336 millones de euros. Con excepciones puntuales la rentabilidad, aunque positiva para todas las categorías según VDOS, llega a su máximo en la de Renta Variable, con una revalorización de hasta un 3,95 por ciento.

El patrimonio de los planes de empleo evoluciona de forma similar. A finales de marzo de 2009 los datos de Inverco contabilizan 27.803 millones de euros, un retroceso del 5,78 por ciento en los últimos 12 meses, o del 2,32 por ciento durante el primer trimestre del año.

Los hechos dibujan por tanto un panorama en el que los productos de inversión a largo plazo no animan a acercarse al inversor a su escaparate. La última iniciativa de la patronal, con su Observatorio Inverco, es un excelente comienzo para acercar al inversor, tanto de fondos de inversión como de planes de pensiones, las bondades de estos productos de ahorro, sin duda los más acertados para una adecuada planificación del ahorro y de la jubilación.

El tema tiene una gran importancia porque el ahorro es el pilar fundamental sobre el que se apoya el desarrollo económico, pero también porque la perspectiva de poder disfrutar de una situación económica digna al llegar a la jubilación contribuye a una actitud social y laboral más proactiva y satisfecha. La situación debería abordarse desde diferentes ángulos. La transformación de las pensiones de la Seguridad Social a un sistema de capitalización (con éxito demostrado en el modelo chileno) podría ser uno de ellos. Una fiscalidad discriminatoria por plazos de mantenimiento de la inversión, premiando largos periodos de permanencia, podría ser otro apecto. Ambos aportarían una estabilidad y confianza que no harían ningún daño al sector, en particular, y a la sociedad, en general, en las actuales circunstancias.

Ahora que la tendencia en el ahorro de las familias se ha invertido podría ser el momento adecuado para premiar y reforzar este cambio de actitud, de forma que no sea únicamente resultado del temor a un incierto futuro, sino de la confianza del inversor en un cierto retorno.

3.  andante17/07/2009, 19:15 h.

Me ha parecido entender que los planes de pensiones tributan por plusvalías, Y NO ES ASI. El rescate, el importe del plan de pensiones rescatado se suma como ingresos del trabajo, por lo que el tramo de porcentaje que hay que pagar a Hacienda es un disparate. Así me ha ocurrido en la declaración de este año al recoger en ella mi plan de pensiones rescatado en 2007. Es un disparate.
El ahorro crecerá por la incertidumbre existente, pero no por ventajas fiscales. Al tiempo.

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2.  qwerty00717/07/2009, 13:24 h.

Discrepo en varios puntos con la autora:
1.- El incremento del 18 al 20% del tipo imposivivo del ahorro no creo que implique una salida de capitales al extranjero, ya que los grandes patrimonios difrutan del 1% de las SICAVS y la "gente de a pie" no tiene recursos ni ganas de enviar el dinero fuera de España. eso sí, pagar 2 tipos más de impuesto no me gusta...
2.- La parte de la reforma que afectó a la tributación de los planes de pensiones está, a mi juicio, perfectamente hecha. El concepto de la inversión en planes de pensiones es para que sirva de complemento de las pensiones y no como manera de desgarvar tributación, que es lo que se conseguía con los límites anteriores. Una persona que puede "dedicar" 24.250 euros/año a invertir en planes de pensiones va "sobrada" para su jubilación
3.- Eliminar la reducción del 40%, para fomentar el reembolso en forma de rentas es otro acierto.
Lo que hay que hacer es regular las gestoras de planes de pensiones españolas porque las comisiones de gestión y sus rentabilidades son de risa...
Y, por supuesto, si la gente quiere invertir: que pague a un asesor y no confie en los directores de sucursales que no tienen cultura financiera!!!!!

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1.  hispafinanzas17/07/2009, 10:34 h.

Viendo lo que comenta no le falta razon de preocupacion dados los acontecimientos vividos, pero mi opinion es que esto se va acabar, es decir todos los beneficios fiscales que hemos dispuesto estos dias de bonanzas se estan esfumando y a partir de ahora vamos a sufrir mucho con los impuestos y con la presion fiscal, siempre que quermaso cobrar nuestras pensiones en un futuro claro esta.

La tasa de ahorro no creo q importe mucho, creo q es peor que ahorremos mas porque los unicos beneficiados de eso son los bancos y cuanto mas ahorro, pues ya saben precios mas caros y volvemos a la guerra de las hipotecas, por lo que ese ahorro se traducira en lo de siempre en dinero para bancos, estableciendo un vinculo para toda la vida que si no pagas tu pagaran tus padres...

Por tanto muchas veces te dan ganas de irte a otro pais a vivir la verdad o no pagar un duro de impuestos y si no vean los que tienen dinero de verdad lo que hacen porque sinceramante creo imposible que panama de informacion de sus clientesBlanqueo internacional de capitales

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