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TRIBUNA LIBRE
Leopoldo Torralba

El corto-placismo humano, causa de la crisis ... ¿tiene solución?

@Leopoldo Torralba - 13/01/2009 06:00h

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De inicio, ya adelanto que creo que no. Y el argumento puede sorprender a alguno. Mucho se ha dicho ya sobre las causas de la crisis, pudiendo resumirse que el sistema fomentó la asunción excesiva de riesgos por parte de los bancos, de modo que la visión corto-placista de sus directivos desembocó en dicho mal. Su razonamiento era lógico desde un punto de vista humano: “Si crezco mucho ahora, gano un bonus enorme y además evito riesgos de despido por perder cuota frente a competidores. Si dentro de unos años explota la burbuja, ya habré ganado varios bonuses desorbitados y además, como la crisis será general, tendré excusa para no perder el puesto”.

¿Y los supervisores, supuestos garantes del correcto funcionamiento del sistema financiero? Podían pensar: “¿Voy a ser yo el aguafiestas que prive al país del fuerte crecimiento vía endeudamiento? Si paro la fiesta y ésta sigue en otros países unos años más, igual hasta pierdo mi puesto, pero si no la paro y finalmente estalla, tengo la excusa de que todos fallaron”. Muy humano.

En un momento en el que los Estados están asumiendo porcentajes crecientes de las economías, cabe preguntarse: ¿Son los políticos tan corto-placistas como los directivos? Y si así es, ¿Por qué? A lo mejor la respuesta duele.

Imaginemos un país con un problema estructural de competitividad por cuanto es incapaz de hacer crecer sus exportaciones a un ritmo acorde al observado en sus importaciones. Llevada esta tendencia al infinito implicaría la quiebra, por cuanto supondría un aumento continuo del endeudamiento del país para financiar déficits externos y en un momento dado no se encontrarían inversores dispuestos a financiarlos. Llegado ese momento, sería obligatorio transformar los déficits en superávits, de tal modo que al ser imposible discrecionalmente aumentar las exportaciones, la vía utilizada sería la reducción de importaciones, o sea, del consumo interno. Esto generaría una contracción de la inversión empresarial y por ende, un acusado incremento del desempleo. Este hecho incidiría en mayor contracción del consumo, menor inversión y mayor desempleo (círculo vicioso que se retroalimenta). Conclusión: una acusada debilidad competitiva, si no se soluciona, puede derivar en una fuerte crisis que afectará negativamente donde más duele: en el continuo aumento del desempleo. Y lo más doloroso no es ser despedido, sino mantenerse así un largo periodo de tiempo.

Por lo tanto, para evitar esa posibilidad, parece evidente que la política económica debería ir encaminada a aumentar la competitividad. Pero aquí nos encontramos con el des-alineamiento de plazos entre la generación de rentabilidad “social” de las políticas de aumento de productividad del país (largo plazo), y las necesidades de sensación de niveles mínimos de bienestar de la población (corto plazo marcado en general por altas dosis de impaciencia cuando se considera que dichos mínimos no se alcanzan). Estas últimas necesidades son las que siempre tratarán de satisfacer los políticos por cuanto su horizonte temporal es más similar (corto plazo) al exigido por la población en cuanto a la consecución de su bienestar mínimo.

Una solución ante la falta de competitividad sería mejorarla intentando competir en precio en mejores condiciones. Podría mecanizarse devaluando la moneda o reduciendo los salarios cuando no pueda devaluarse por tener tipos fijos de cambio (políticamente imposible). Pero mucho más sostenible sería la mejora de competitividad vía aumentos de productividad. Aquí entran las políticas largo-placistas en generación de “rendimiento social” como la inversión en formación o I+D. Una correcta formación aporta una mente estructurada, o sea, capacidad de resolver problemas, aportación de mejoras a procesos, ... Una fortaleza en I+D contribuye a descubrir mejoras en procesos productivos, productos, técnicas de gestión, ...  Invertir en estos conceptos para alcanzar un elevado stock de capital intelectual y tecnológico será altamente rentable a largo plazo para un país. Permitirá conseguir una ventaja competitiva sostenible frente a otros países, por la dificultad de replicarla. Permitirá producir con los mismos costes mayor número de productos o de mayor calidad. Los aumentos de productividad se trasladarán a incrementos salariales y de márgenes empresariales, lo que derivará en aumentos de consumo e inversión que se retroalimentan (ahora, círculo virtuoso), generando una capacidad recaudatoria fiscal elevada y sostenible para financiar ambiciosos programas de gasto público social y productivo. 

¿Cuál es entonces el problema? Como se ha mencionado, alcanzar la posición idílica antes descrita implica dos cosas: elevada inversión pública y tardanza de generación de beneficios sociales (¿5, 6 años ...?). Dicho de otro modo, exigiría que la población sacrificara dosis razonables de calidad de vida durante varios años para mejorar sustancialmente la misma de manera sostenible a partir de un momento indeterminado del futuro. La pérdida de dicha calidad de vida se produciría porque para invertir agresivamente en formación e I+D habría que retraer recursos referidos a gasto social (pensiones, prestaciones, ...) y aumentar impuestos a determinados sustratos de la población (teóricamente recuperables si inciden en una economía más competitiva). Esto implicaría para muchas familias una reducción de sus niveles de gasto y por ende de calidad de vida, pero siempre que se alcanzaran niveles mínimos aceptables, sería un sacrifico temporal.

Aquí llega la cuestión clave. ¿Qué le ocurriría al Gobierno de un país débil en competitividad si se atreviera a proponer reducir significativamente el nivel de vida de la población durante 5-6 años, prometiendo que a partir de entonces aumentaría sobremanera el bienestar de manera sostenible? ¿Ganaría las Elecciones Generales? La respuesta más probable es que no. De hecho, la oposición aprovecharía para poner en evidencia la “teórica impotencia” de un Gobierno incapaz de mejorar la calidad de vida en menos de ... ¡¡¡6 años!!!. Por lo tanto, ¿Algún Gobierno realizaría reformas estructurales de calado? En mi opinión la respuesta es que no. ¿Y si a esto se añade una crisis financiera y real, una ingente cantidad de deuda, imposibilidad de devaluar la moneda, previsible aumento significativo de desempleo en el corto plazo,...?  Entonces la respuesta es que no, que no y que no. Así pues, ¿quién es el culpable de que no se acometan reformas estructurales ambiciosas en un país escasamente competitivo? El ser humano, el corto-placismo del mismo, la población en general, todos nosotros...

Leopoldo Torralba, analista de Ahorro Corporación

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13. usuario registrado russell brown13/01/2009, 19:51 h.

... (3)

aumenten sus ingresos (en negro) hasta 4000, 5000 o lo que puedan. (Alguien pagara esa sobreproduccion).

Y en vistas de que es mejor multiplicar que sumar de uno en uno, llamamos a participar del aquelarre a 4 o 5 millones de gentes que estaban muchisimo peor que nosotros.

Almas de Dios que oyeron hablar de la luz, del Audi y de billetes de curso legal. No le digo lo que sintieron porque ya sabe Vd los modos y maneras en que viajaron y se establecieron en nuestros pueblos y ciudades.

Dicen algunos que a ellos les debemos el crecimiento economico, (el de ellos y de los que se aprovecharos de su aportacion).
No veo nadie que aclare el daño que causaron a los sueldos de los demas, no privilegiados, ni que el paro llegara al 3,7% estimado como estructural e indicador del pleno empleo.

Tampoco se ha visto un repunte en la afluencia a la Universidad o a la Formacion Profesional.

Lo que si se ve es lo contrario de lo que buscaban, despues del sarampion de pocos años. Han estado semiexplotados y ahora van a estar explotados al 90 %.
¿Ademas de los empresarios racanos del pasado, ahora escondidos, quien se beneficia del esfuerzo de esta gente?

¿Cuanto beneficio-daño trajeron?

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12. usuario registrado russell brown13/01/2009, 19:39 h.

... cont.

Creó un ambiente de provisionalidad en todo. Desde la educacion y formacion profesional hasta el grado de compromiso de empresarios y trabajadores.

El ejemplo palmario lo tienen en la misma administracion: Interinos y trasladables por miles, como los maestros cada principio de curso, los medicos de la SS sin plaza y tantas y tantas oposiciones politizadas para otorgar el ansiado destino en forma de nomina.

Enquistados digo en esta podrida atmosfera de mendicantes subempleados, los salarios de los reos se vaporizaban en frases cojonudas: "Contencion salarial". Toma ya! Y asi, 20 veces al año, pra ser placista de toda clase, corto, largo o semicorto.

En estas estabamos y nos da por construir chabolas de ladrillo a 2000 euros el metro y otra vez los de los plazos animan al respetable a participar con ahinco, deseo, imprudencia y desatino.

Y entonces, con un paro del 8 %, la solucion no es pagar mas, formar mas, incentivar la mejora de nivel profesional. Descubrimos que los salarios hay que contenerlos, por si acaso. Vean la evolucion de los dependientes de comercio, por ejemplo, o los de Oficinas y Despachos.

Eso no es obice para que soladores, ferrallistas, etc. ...

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11. usuario registrado russell brown13/01/2009, 19:27 h.

resulta excepcional, pero por una vez zapatero ha dicho una verdad:"ha habido excesos".

habria muchos similes para ilustrar la accion politica pasada y el comportamiento de todos los demas. queda a salvo la gente que no ha participado ni de su fulgor ni de su caida.

la mejor frase seria: "echar leña al fuego" o su equivalente "apagar el fuego con gasolina".

un pais como el nuestro en que el puesto de trabajo es como el santo grial desde siempre, tan oculto como bin laden en billetes, los cortoplacistas o tambien fanaticos largoplacistas que se perpetue la situacion ad eternam han resuelto las situaciones siempre igual: mal.

en el pasado fue la creacion de las ett, que deberia haber sido un servicio gratuito del estado. esto sirvio para que unos avispados comieran parte del estipendio de otros. y menos mal que se limito (por abajo) el salario del temporero.
solucion aparente y resultona para dar datos estadisticos.
la realidad es que enquisto el mal funcionamiento del mercado laboral.

no me digan que esto provoco mayor y mejor formacion, responsabilidad en el trabajo, menos accidentes laborales y mayor productividad y beneficio a medio y largo plazo.


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10. usuario registrado fapuig13/01/2009, 15:45 h.

Ser corto placista era lo que se llevaba en las empresas, y particulares. Es decir endeudarse hsata las cejas. Ahora toca darle la vuelta a la tortilla, porque se va visto el fracaso de este modelo.
http://fapuigbellacasa.blogspot.com/

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9. Alex M.13/01/2009, 13:58 h.

Estoy de acuerdo, pero hay algún factor estructural del mismo calado al expuesto por el autor y que no debemos olvidar: la acción política resuelve problemas locales y la economía exige soluciones globales. Seguramente lo que sirve para mejorar mi barrio o mi ciudad no es lo óptimo para el bien común de un país o de una comunidad de países. Y claro, el voto y la soberanía tienen un componente geográfico que la economía ha sobrepasado hace mucho tiempo. Esa divergencia también es causa clave del problema.

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