Es aquel que todos tenemos en la cabeza y que, de momento, está en posición de pánico. Relativicemos todo un poco: la mayoría gozamos de buena salud y de una capacidad mental adecuada para generar nuevas ideas y fijarnos nuevas metas.

Sí, estamos inmersos en la mayor crisis económica de la historia: su velocidad ha sido vertiginosa y las caídas en los diferentes indicadores han sido estrepitosas. Una vez asumida la situación, lo importante es tomar medidas y ejecutarlas rápidamente. Tres serían los vértices de actuación: recuperar la confianza, intentar cortar la sangría del paro y buscar cuál será el nuevo modelo de crecimiento del país. Ahora bien, sin confianza no hay nada, sin ella ningún parámetro mejorará.

Si todos pusiéramos nuestro granito de optimismo en vez de ser tan catastrofistas, la situación actual experimentaría una recuperación mucho antes. La humanidad se ha encontrado con muchas cuestas en su devenir y éstas siempre se han superado.

Yo prefiero vivir la vida ‘a lo Keynes’ (que ahora está muy de moda; antes de morir espetó que le daba mucha pena no haberse tomado la última copa de champagne), que no vivir ‘a lo Karl Marx’, que decía que la vida era un asco.

Obviamente, la situación económica es muy dura, y sólo hay dos caminos: el ajuste por parte de todos y la remontada, o bien la catástrofe más absoluta.

Si se hace realidad la segunda premisa, ¿de qué nos preocupamos, señores?, Habrá depresión, deflación, paro enquistado, etc. Será el territorio Mad Max. En mi opinión, esto no va a pasar y no nos podemos permitir que se piense por más tiempo que existe la mínima probabilidad de que suceda. Realmente, ¿hay alguien que desee que esto ocurra? Seguro que no, pero veo a diario tanto a analistas como a medios de comunicación que se regocijan y hasta parece que se alegran con este cúmulo de malas noticias.

Se cumplirá la primera opción, seguro, ya lo verán; en algún momento saldremos, primero, de la crisis financiera y bursátil y, después, de la económica, el chip actuará rápido. Llegará un momento en que no habrá acciones suficientes en el mercado para todos, con los tipos a cero habrá que invertir y entonces, como siempre ha ocurrido, nos pasará como a los ñúes en el río Mara, que se empeñan en pasarlo todos al mismo tiempo, el efecto estampida será increíble. Acuérdense entonces de que fue la avaricia la que rompió el saco y de  que lo que hay que hacer es invertir, no especular, y si además eso se realiza con asesoramiento independiente, pues mejor que mejor, hay que evitar los conflictos de intereses. Entonces la confianza habrá vuelto por sus fueros y eso permitirá la reducción del paro y la mejora económica.

Es evidente que para eso necesitamos gobernantes eficaces y eficientes, bancos que se dediquen a su negocio de toda la vida (financiar) y un BCE ágil. Tan importante es para el BCE luchar contra la inflación como evitar la deflación, y eso sólo se puede hacer bajando tipos agresivamente, Sr. Trichet. No vaya a ser que nos quedemos por detrás de la curva y luego el efecto calentamiento por las bajadas sea inocuo.

Respecto a por dónde vamos a crecer, ahí está la pregunta del millón o del trillón de dólares; para eso necesitamos un modelo serio y detallado, y no una serie de vaguedades que, además, generan todavía más incertidumbre en el empresariado a la hora de tomar decisiones de inversión para el futuro.

Juan Esquer, Socio de GBS Finanzas Family Office

2.  ricardorsbl21/01/2009, 14:25 h.

Pero amigos, es que en lo que a nivel nacional se refiere, los tres parametros requieren como premisa previa un claro, directo y completo reconocimiento de la situación, y una llamada a rebato. Decir donde estamos, el abismo que tenemos ante nosotros, y llamar a todos al esfuerzo. Sangre, sudor y lágrimas. Lo demás, y con disculpas para quien piense que esto es un planteamiento politico, no es sino idiotez. Con cejas, pero idiotez. Mandar de una vez al carajo al buenismo y al optimosmo antropológico, y llamar a todos al sacrificio y a la excelencia. Un verdadero cambio de chip. ¿DE verdad os creeis que los inutiles que nos gobiernan son capaces de darse cuenta que este no es el momento de politica electoral, sino de verdadera politica nacional? Yo no. Por desgracia no. Lo siento.

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1.  PJESCALANTE21/01/2009, 10:52 h.

Respecto a por dónde vamos a crecer, ahí está la pregunta del millón o del trillón de dólares; para eso necesitamos un modelo serio y detallado, y no una serie de vaguedades que, además, generan todavía más incertidumbre en el empresariado a la hora de tomar decisiones de inversión para el futuro.

Lo que está demostrado es que con el modelo actual, basado en el crecimiento a base de ladrillo, turismo y un sistema educativo donde prima la mediocridad, poco recorrido vamos a tener.

Los sabios decían: "primum vivere, deinde filosofare"; pues eso, pongámonos a crecer con un modelo eficaz y eficiente, capaz de satisfacer las necesidades básicas: comer, dormir y aporte demográfico adecuado, y a continuación dediquémonos a mejorar los procesos.

Busquemos la excelencia académica, los excelentes profesionales y la cultura del esfuerzo; la holgazanería y la comodidad nos llevarán al mismo sitio que a la cigarra: al invierno crudo sin alimentos ni cobijo.

Y si nos queda tiempo permitámonos lujos, antes no.

Por último, recordemos que el mundo que tenemos no es sino herencia para nuestros sucesores.

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