Y es que el escepticismo de los fiscalistas sobre el éxito de la iniciativa es compartido por las empresas, aunque por diferentes motivos. Según fuentes de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) consultadas por El Confidencial, lo que puede aportar el nuevo sistema es, simplemente, “el chocolate del loro”. Y es que, en primer lugar, “las pequeñas empresas no pueden acceder a esta posibilidad ya que tributan por módulos, en el régimen simplificado. Y en cuanto a las medianas, que sí se lo pueden plantear, lo que está claro es que esta medida no va a arreglar sus problemas de tesorería. No es tanto un problema de requisitos, como de utilidad”, explicaron estas fuentes.

El Gobierno sí ha echado cuentas. Según sus estimaciones, el nuevo modelo supondrá una inyección de hasta 6.000 millones de euros y se acogerán al mismo unas 100.000 empresas a lo largo de este año. Las empresas tienen todo el año 2009 para inscribirse y la Agencia Tributaria se ha comprometido a efectuar la devolución en 30 días. “A las empresas que beneficiará realmente es sobre todo es a aquellas que realizaron grandes iniciativas individuales o a sectores con grandes volumen de inversión. A las empresas con una rotación normal no creo que les compense acogerse al nuevo sistema”, se explica desde Cepyme.

Desde la Agencia Tributaria se acepta la mayor y se admite que las empresas que realmente se verán beneficiadas son las que realicen inversiones importantes o aquellas de nueva creación, que son las que tendrán un IVA a devolver. Según los cálculos que se manejan desde la Administración, alrededor de 300.000 de las 1,2 millones de empresas que podrían acogerse al nuevo modelo se verían favorecidas, al tener derecho a devolución, frente al resto, que tiene obligación de ingresar.

Complicaciones telemáticas

Eso si los excesivos requisitos lo permiten. Entre los principales a los que hacía mención Gallud destaca la imposición de “presentar las declaraciones del IVA con carácter mensual y por vía telemática, incluyendo además unas nuevas declaraciones informativas mensuales con el contenido de los libros registro del IVA. Es decir, de los libros registro de facturas expedidas, de facturas recibidas, de bienes de inversión y de determinadas operaciones intracomunitarias”. Un escenario que, según el ex presidente de la Agencia Tributaria, puede obligar hasta un “cambio en el sistema de gestión interno” que haga desistir a muchos empresarios.

¿Por qué tal cantidad de requisitos? Para Gallud, hay pocas dudas. Se trata de controlar el fraude. “El nuevo sistema nace cuajado de requisitos desproporcionados motivados por la desconfianza de la Administración hacia el posible aprovechamiento indebido de los cortos plazos disponibles para comprobar las solicitudes de devolución”. Pese al compromiso devolución de 30 días, la ley que regula el nuevo sistema establece hasta un plazo de seis meses por razones de seguridad cuando se detecte que una solicitud de devolución no se ajusta a la actividad económica de la empresa.

Y eso no es todo. “Ya el hecho de que sea por vía telemática puede ser algo prematuro para las pymes”, aseguró Ruiz Gallud. Desde Hacienda, se minimiza este problema y se asegura que los costes para las empresas serán mínimos ya que las aplicaciones informáticas desarrolladas por la Agencia Tributaria estarán a su disposición de forma gratuita.

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