La familia europea, a palo limpio

EUROPA, EUROPA
Aurora Mínguez (Berlín).

@Aurora Mínguez (Berlín). - 11/12/2008 06:00h

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Angela Merkel está dispuesta a asumir el papel de mala de la película. En la cumbre de jefes de estado y de gobierno de la UE que se desarrolla hoy y mañana en Bruselas y que pone fin a la presidencia francesa de la Unión, la primera ministra alemana va a ser más 'Madame No' que nunca. Lo asume y, al tiempo, lo defiende con argumentos razonables.Y sus interlocutores lo saben: “Va a ser la cumbre más importante en la que he participado como presidente de la Comisión Europea -decía José Manuel Durao Barroso este martes-. Será un auténtico test para toda Europa”.

No llegarán a las manos, seguro, pero hay material para discordia de sobra. También está claro que, como ha ocurrido en otras cumbres, tarde o temprano se alcanzará un acuerdo, aunque sea de mínimos, para salvar la cara y especialmente la del presumido Nicolas Sarkozy. Éste no va a permitir que su presidencia, llena de iniciativas y propuestas, acabe con un fiasco. Todos los políticos volverán a casa el viernes por la tarde o el sábado, a más tardar, vendiendo los importantes acuerdos alcanzados y sólo alguien sensato, como suele ser el primer ministro luxemburgués, Juncker, será capaz de decir la verdad... o parte de ella. En los anales de la prensa dedicada a temas comunitarios deberían figurar, en un lugar destacado, sus declaraciones al final de una cumbre en la que se discutían los ajustes necesarios a realizar en las perspectivas financieras de la UE tras la incorporación de los nuevos socios, Bulgaria y Rumanía. Como me recordaba mi compañero Alfonso Sánchez desde Bruselas, en aquella cumbre -cierre de la presidencia luxemburguesa- los países ricos se mostraron de todo menos generosos, hasta el punto que algunos de los países recién llegados, como Polonia, se mostraron dispuestos a renunciar a parte de lo que les correspondía para lograr un acuerdo. Hoy me da vergüenza de ser europeo”, dijo Jean Claude Juncker, en un arranque dramático de sinceridad, al concluir el encuentro.

¿Serán efectivos 200.000 millones de euros o harán falta más?

Esperemos que Juncker no se tenga que avergonzar por segunda vez en las próximas horas. La agenda de trabajo de estos dos días -y probablemente una madrugada- se centra en tres puntos fundamentales: la aprobación del paquete de 200.000 millones de euros para estimular las economías de los 27 países socios; fijar objetivos de lucha contra el cambio climático que sean compatibles con la actual crisis financiera y plantear qué hacer con el Tratado de Lisboa, que debe ser aún ratificado por Irlanda y también por la República Checa.

Los dos primeros puntos son ya, en sí mismos, sendas bombas de relojería. En ambos las posiciones son muy divergentes, cuando no opuestas, y en ambos aspectos está en juego la continuidad de muchos puestos de trabajo. Merkel jugará no sólo el papel de mala, sino el de “ama de casa suaba” según sus propias palabras, ”que no vive por encima de sus posibilidades”. En esos 200.000 millones de euros que Durao Barroso quiere ver aprobados están incluidos los 35.000 millones de euros del plan nacional de rescate alemán, y que Alemania considera suficiente por el momento, aunque no definitivo, porque ya se está estudiando una ampliación para después de Año Nuevo. Los planes de Francia (26.000 millones) y de Gran Bretaña (30.000, incluída la rebaja del IVA) no son tan generosos. Hasta llegar a esa cifra mágica de los 200.000 millones cada país miembro deberá rascarse un poco más el bolsillo, y Alemania defiende, con razón, que no quiere ser, como siempre, el que más se sacrifica. Sobre todo porque no ha recibido ninguna garantía con respecto a dos cosas sacrosantas en este país: cómo mantener a medio plazo la estabilidad fiscal y cómo volver a enderezar a las economías europeas- sobre todo a las más díscolas- una vez que se han acostumbrado a olvidarse de límites para el déficit y la deuda públicos.

La defensa del medio ambiente, creadora de paro

En el tema del clima también va a ver tensiones, pero hay más puntos de encuentro. Todos los políticos desean que proteger el medio ambiente no signifique eliminar puestos de trabajo. La Unión Europea pretende reducir en el año 2020 en un 20% las emisiones de gases contaminantes teniendo como referencia los valores de 1990. Además, aumentar en un 20% el uso de las energías renovables y reducir el gasto de energía otro 20%. Para “invitar” a las empresas y a los países a ser más ecológicos, se supone que tienen que pagar un “impuesto revolucionario” si se pasan de los límites establecidos. Los países del Este europeo, aún pendientes de una reestructuración industrial profunda, no quieren pagar ninguna cuota extra, aduciendo que respetar los compromisos de la UE supondría la pérdida de miles de puestos de trabajo y la bancarrota de muchas empresas. Alemania también se apunta al baile, pidiendo que las industrias de su país, y sobre todo la automovilística, obtenga gratis las credenciales del respeto al medio ambiente, aunque no sea el caso.

Lo cierto es que en el tema de cuotas y de emisiones contaminantes, todos los países mienten, y Alemania -que pasa por ser uno de los países pioneros en las energías alternativas y el respeto al medio ambiente-, el primero. Según la OCDE, la Universidad noruega de Ciencias de Trondheim y la ONG WWF, las estadísticas de Kyoto están todas falseadas, y los países ricos contaminan mucho más de lo que admiten, o bien exportan sus capacidades contaminantes a los países emergentes o al Tercer Mundo.

Con este panorama, hablar de si se acaba o no de ratificar el Tratado de Lisboa parece poco o nada importante, aunque sí lo es. Pero esto merece otro artículo, así como la inminente presidencia checa de la Unión Europea, el 1 de enero del 2009. Mal momento para un país socio reciente, que nunca ha ejercido esa responsabilidad, con un gobierno inestable y con un presidente que considera Bruselas, el Tratado de Lisboa y la difunta Constitución Europea dignos del cubo de la basura o de ser desgarrados por el Golem.

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Opiniones de los lectores (3)

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3. usuario registrado ideograma11/12/2008, 15:31 h.

Harían bien en no endeudarse ni un solo euro más, disolver las instituciones europeas, llevar a parlamentarios y comisarios al paro y seguir desmantelando el sector público de todas las naciones. Además, deberían exigirles presupuestos con superávit a todos.

En lugar de pensar en el humo del carbón mediten sobre cómo van ustedes, desde el sector privado, cuando dejen de ser funcionarios, a innovar para sustituirlo. Al menos ya no hablan de cambio climático, cada vez que lo hacen nieva.

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2. usuario registrado manoto11/12/2008, 14:25 h.

Sra Minguez

Como siempre,Alemania,encargada de poner a cada uno en su sitio.Duran Barroso,ya puede ir haciendo sus deberes,pues de Chamberlain de cer

Ceremonias,ya ha cumplido y demasiado con su rol.

Muchas gracias y como siempre dandonos de forma muy clara una exposicion de como lo ve,desde Alemania y para Alemania y el Resto de la Union,la Señora Merkel. Menos mal que ahi estan y tambien a los alemanes les afecta la MADRE DE TODAS LAS CRISIS,para pensar con seriedad,rigor y objetividad sus soluciones.

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1. usuario registrado maximo11/12/2008, 11:57 h.

Con este comentario, se demuestra y queda bien patente la desunion de los paises que componen la CEE.Le pueden llamar como se le quiera llamar, pero esta mujer tiene bien claro cuales son sus intereses y tratara de defenderlos a capa y espada ante quien sea y como sea y no como otros que hay por el suroeste.
Tiene claro que sus prioridades son Alemania y de rebote Europa, ya que es su gran mercado y debe cuidarlo al maximo.
Al final y como siempre, se saldra con la suya, bien por razones o bien por negociaciones aunque sean durisimas.

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El renovado placer de insultar a los alemanes

@Aurora Mínguez. Berlín - 09/12/2008

Los políticos europeos más destacados niegan que haya problemas con la canciller alemana y recalcan que sin la aportación germana no hay manera de afrontar la crisis global. Es la prensa, y sobre todo la francesa, la que está llevando a cabo una ofensiva en toda regla contra Angela Merkel y su gobierno, en estos días previos a la cumbre de la UE de Bruselas en la que se tiene que aprobar el conjunto de medidas con las que los 27 países comunitarios intentarán aliviar sus problemas financieros. Releyendo algunas columnas y artículos recientes, parece que el Germany bashing (poner a caldo a los alemanes) está más de moda que nunca. En Francia, Liberation denuncia “el curso aislacionista de la canciller Merkel”. Le Figaro expresa su “preocupación ante el gran cambio que se ha producido en la política alemana (…) La Europa germánica deflacionista y conservadora se aparta del consenso que abarca Washington, Moscú,...

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Sarkozy y Brown castigan a Angela Merkel, la 'señora no' de la Unión Europea

@Aurora Mínguez. Berlín - 06/12/2008

En Berlín dicen las fuentes gubernamentales que no lo consideran una afrenta. Pero en realidad se trata precisamente de eso. A cuatro días de la cumbre europea que cierra la presidencia francesa de la UE, el premier británico, Gordon Brown, el presidente francés Sarkozy y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, se reúnen en Londres este lunes y no invitan a la canciller Merkel. Una reunión en la que, además de evaluar la recesión actual, se terminará de perfilar el plan de rescate de Bruselas para los 27 países miembros. Y un plan al que Angela Merkel no ha dado su visto bueno, sobre todo si Alemania es quien va a tener que pagar más que nadie. “La canciller no está aislada”, se ha visto obligado a declarar un portavoz de la Cancillería. Pero la realidad dice otra cosa, sobre todo habida cuenta de las reuniones de crisis que Sarkozy ha organizado en estos últimos dos meses. En todas ellas ha estado Merkel, siempre...

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El cambio de la Constitución

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El 30 aniversario de la Constitución de 1978 se produce en un momento en el que se ha abatido sobre España una crisis económica de proporciones inusitadas, que ha oscurecido momentáneamente nuestra propia crisis política y constitucional, derivada en gran medida de un defectuoso modelo constitucional, ensalzado y casi sacralizado, sobre todo por sus patrocinadores y beneficiarios, que no son precisamente los ciudadanos y contribuyentes. Por ello, conviene apelar al cambio constitucional, si de verdad se pretende situar a España en la plenitud democrática y sacarla de la ciénaga de ineficacias y abusos en que se ha convertido, en demasiados casos, el ejercicio de los poderes públicos.La Constitución actual nació en una época de grave crisis económica, producto de la primera subida del petróleo de 1973, y también de convulsiones políticas en la Península Ibérica: Portugal estaba inmersa en la llamada Revolución...