Paseo de Recoletos, 4. Edificio corporativo del Grupo Planeta, una joya inmobiliaria adquirida por José Manuel Lara antes de la fiebre del ladrillo. En la cuarta planta, cuartel general de la editorial 'Temas de Hoy', esperaba con un café entre las manos Tim Harford, el economista y periodista autor del bestseller mundial El economista camuflado y responsable de la posterior saga, La lógica oculta de la vida, y la tercera entrega que ahora presenta.

Este joven economista, licenciado en Oxford y con aire algo desgarbado, tocó las teclas mágicas para convertir un libro sobre secretos de economía doméstica y curiosidades del mundo de la empresa en un éxito de ventas. Eso ocurrió en 2006, antes de que la crisis llegara a nuestras vidas y después de tardar casi tres años en encontrar editor que quisiera imprimir El economista camuflado, la obra que le abriría las puertas de la fama y el reconocimiento popular.

“Hay dos clases de economistas. Los de Micro, como yo, y los de Macro, que se encargan de explicar temas más trascendentales”, comenta Harford de manera introductoria con una sonrisa. “El problema es que nosotros cometemos errores pequeños y ellos, otros mucho más grandes”. Una división simple y tendenciosa que consigue romper el hielo y descubrir su forma de afrontar un área del conocimiento aparentemente oscura y compleja para el gran público.

“Hay cosas serias y otras más livianas sobre las que se puede hablar siempre con un tono desenfadado. También la crisis puede abordarse con sentido del humor”, explica este británico de 36 años. Igual ocurre con su último libro, titulado con un original Pregúntale al economista camuflado, un compendio de más de 300 páginas con los mejores artículos publicados en la sección semanal que tiene en Financial Times bajo el lema Dear Economist.

“Empecé con esta colaboración hace un par de años. Pretendía ser una sección de consultas inventada, en la que un economista respondiera de manera irónica, bajo fundamentos económicos, a los problemas personales que plantearan los lectores del periódico. Sin embargo, tras las primeras publicaciones, empezaron a llegar preguntas mucho más divertidas e ingeniosas de lo que jamás pudimos pensar, dando pie a que la columna tuviera vida propia y éxito de aceptación”.

Puede resultar peregrino atender a las explicaciones de un economista sobre cuestiones de distinta índole, bien sean relaciones con sexo, vida familiar, trabajo o finanzas personales. Sin embargo, como desarrolló en sus dos libros anteriores, casi todas las cuestiones vitales pueden afrontarse desde un punto de vista económico que puede ayudarnos a tomar una decisión más acertada: “Siempre hay temas y asuntos que pueden abordarse de esta manera”.

Como buen economista, Harford reconoce que sólo puede explicar cómo han pasado las cosas. Por eso prefiere referirse a sí mismo antes como escritor, “un oficio mucho más romántico”. Sobre la actual crisis, reconoce que “todavía estamos descubriendo qué ha pasado”. En su opinión, “el capitalismo tiene un componente prueba/error” que en esta crisis no se ajustó a tiempo. “Cuando se descubrió que el invento de los CDO no servía, el agujero era demasiado grande”.

Aun así, siempre hay tiempo para ponerse al día en materia económica. Lo explica el joven autor de éxito, que conoce la anécdota de Zapatero entrando a una sesión del Congreso con su primer libro bajo el brazo. “Creo que ni dos clases, ni con mis dos libros pueden manejarse los principales conceptos”, desliza de manera políticamente correcta, “aunque tal vez con tres libros sí”, añade con un guiño irónico. “Por ejemplo, recomiendo la lectura de Fool´s gold”.

Al deslenguado Harford no le importa su nueva condición de estrella. Desde su nueva atalaya como consejero para todo, el economista británico consigue reírse hasta de sí mismo. “En el fondo, aconsejar es siempre un poco lo mismo. Un proceso muy natural que puede simplificarse y abstraerse hasta tal punto que, al final, actúas igual para un asunto de pareja que para una consulta del FMI”, contesta entre carcajadas, llevándose las manos a la cabeza.

6.  isp17/09/2009, 13:59 h.

Pues a mi me han gustado mucho los anteriores y justo estoy leyendo éste último y me parece curiosísimo. Explica un montó de actos de cada día de una forma divertida y económica!!!

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5.  jftamames17/09/2009, 13:25 h.

#2 De dentro ¿qué viene?

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4.  jftamames17/09/2009, 13:25 h.

#3 Las peores depresiones provienen de dos excesos. Carecer de un snetido que dar a la vida o darle un exceso de sentido. El sentido del humor nos coloca en nuestro sitio. Puede que sea necesario, para muchos, crear una situación constante de zozobra, de Juicio Final, pero eso, en cinco años, no es más que basura. Le aseguro que Berlusconi y Biattore no tienen tiempo para depres. Le han dado a la vida un sentido bastante sencillo: Mi yo.

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3.  txapela17/09/2009, 12:21 h.

dosis de humor para la crisis?? la gente con depresiones de caballo por la crisis y tu diciendo idioteces al respecto.

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2.  sertorivs17/09/2009, 10:28 h.

Compré el primero, lo leí, la traducción es bastante penosa, con todo me gustó, a raiz de eso me compré el segundo, otra vez problemas de traducción, hasta que el libro se me convirtió en un pestiño infumable, ahora lo vuelve a intentar, esto parece la saga de matrix...me parece que -sin desmerecer méritos profesionales- está un pelín sobrevalorado, pero claro aqui lo hacemos a cualquier cosa que viene de fuera...

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