“¡Que se vayan todos!” El grito de guerra de la Argentina del corralito en 2002 “es la nueva consigna global”. Así, en castellano, lo tituló The Guardian hace unos días en una columna de opinión de Naomi Klein, intelectual antiglobalización autora de los best sellers No Logo y el muy recomendable La doctrina del shock, auge del capitalismo del desastre. En su artículo, reproducido en la red tanto en páginas cristianas como anarquistas, Klein afirma que “desde Islandia hasta Letonia, pasando por Corea del Sur y Grecia, el resto del mundo está llegando a la misma conclusión: ¡Que se vayan todos!”.

“Viendo a las multitudes en Islandia blandiendo y golpeando ollas y cacerolas hasta hacer caer a su gobierno me acordaba yo de una popular consigna coreada en los círculos anticapitalistas en 2002: ‘Ustedes son Enron; nosotros, la Argentina’. (…) Lo que hizo única la rebelión argentina de 2001-2002 fue que no iba dirigida contra ningún partido político concreto, ni tampoco contra la corrupción en abstracto. Su objetivo era el modelo económico dominante: fue la primera revuelta de una nación contra el capitalismo desregulado de nuestros días”, escribe Klein.

La periodista cita a Gudrun Jonsdottir, una oficinista islandesa de 36 años que manifiesta el descontento de muchos nadies en distintos países: “Estoy hasta el moño de todos estos. No me fío del gobierno, no me fío de los bancos, no me fío de los partidos políticos y no me fío del FMI. Teníamos un país estupendo, y se lo han cargado”.

“Parecidas exigencias pueden oírse en Letonia. Pero los disturbios letones sí son especiales: las mismas políticas que permitieron al “Tigre Báltico” crecer a una tasa del 12% en 2006, están ahora causando una violenta contracción que se estima del 10% para este año: el dinero, emancipado de toda barrera, viene tan prontamente como se va, tras rellenar, eso sí, algunos bolsillos políticos. No es casual que muchas de las catástrofes de hoy sean los “milagros” de ayer: Irlanda, Estonia, Islandia, Letonia”...

Naomi Klein no habla del tigre ibérico. Pero el paro en nuestro país ha pasado en un año del 8,7% al 14,4% de la población activa, muy por encima de la media de la zona euro (8%) y la la UE (7,4%), según Eurostat. Y nuestra economía ha pasado de crecer el 3,8% en 2007 a entrar en recesión, al contraerse un 1% entre octubre y diciembre de 2008, por segundo trimestre consecutivo. Ya lo publicó El Confidencial en diciembre de 2006, haciéndose eco de un demoledor editorial de The Wall Street Journal, en el que aseguraba que "una vez que finalice el boom inmobiliario, España volverá a la mediocridad del pasado".

El milagro español se está convirtiendo en la pesadilla europea a “velocidad de crucero”. Que se lo pregunten a los habitantes del pueblo gaditano de Espera. Este municipio de 4.000 personas, con 2.300 almas en edad de trabajar, sufre un paro del cien por cien. Tradicionalmente dedicados al cultivo del trigo y el girasol, se pasaron al ladrillo. Ahora el campo ya está explotado y la construcción también está en crisis. Desesperados, se encerraron en la oficina del Servicio Andaluz de Empleo (SAE) para a continuación concentrarse en la sede del Banco de Andalucía. Los pequeños y medianos empresarios del hormigón y de la construcción estacionaron sus furgonetas en la calle como medida de protesta ente la falta de trabajo en el municipio. No es el primer ejemplo de protesta ni a buen seguro será el último, especialmente en un momento en el que los de abajo empiezan a no querer y los de arriba, a no poder.

Klein dice que hay “algo más argentinesco en el aire. En 2001, los dirigentes argentinos respondieron a la crisis con un brutal paquete de austeridad dictado por el FMI: 9.000 millones de dólares de recorte del gasto público, señaladamente en sanidad y educación. Lo que se reveló un error fatal. Los sindicatos de los trabajadores realizaron una huelga general, los maestros sacaron sus clases a la calle, y por doquiera proseguían las protestas. Esa misma negativa de los de abajo a ser inmolados en la crisis es lo que une hoy a muchos manifestantes de todo el mundo. Como están gritando en la calle los estudiantes italianos: ‘No pagaremos por vuestra crisis’”.

http://www.naomiklein.org

32.  ensenada15/02/2009, 20:31 h.

Por cierto en Espera [Cadiz] en las ultimas elecciones el año pasado votaron al PSOE el 63,43% de los votos, joder vaya pandilla de primos.

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31.  ensenada15/02/2009, 20:29 h.

Se van todos, y se queda la sra. Kichner, una especie de gorila rojo pero en plan jamona metida en años, pues si que estamos bien.

Y que no vengan por favor los antisistemas, esos mierdas solo saben destruir, arrasar con todo y reducir todo a cenizas, en Grecia el Gobierno tenia que haber tirado con balas de verdad.

Lo que tiene que hacer el mundo es dejar de reproducirse como conejos, mientras se siga con estas tasas de crecimiento demografico el problema acabara siendo de destrucción climatica, forestal y ecológica, esto es lo unico que tengo claro.

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30.  eom15/02/2009, 19:45 h.

Ya lo decía yo. Ahora es el momento de hacerse ver los "anti". Ellos que son "anti", sin ofrecer un modelo de cambio que se sustente. Ellos ven esta crisis como la gran promocion de sus alegatos y de sus fantasias pseudo izquierdistas. Por fin, su enemigo tiene problemas.

Pero no es así, señores. No ha fallado el sistema capitalista, ha fallado los reguladores del sistema. Esos burócratas retorcidos, mayoritariamente de izquierdas, para los que trabajamos seis meses de los doce del año. Ese sector público que ahoga a trabajadores y clases medias, ese es el enemigo. Esos Ayuntamientos, Diputaciones, Autonomías, Estado... que dice hacer muchas cosas con el dinero ajeno, pero sin pagar a sus proveedores. Esos son los que están jodiendo el sistema.

Reivindiquemos los principios del capitalismo: defendamos la propiedad privada, la unidad de mercado y la seguridad jurídica. Estos dos últimos muy dañados en el mundo y particularmente en España.

Si la solución la ponen desde la administración pública, que es la que nos ha llevado hasta aquí, estamos perdidos. Y si no observen lo que va pasando.

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29.  piofoncillas15/02/2009, 19:21 h.

No estamos lejos de que sea, esta, si no la solución, al menos la utopía de quienes no tenemos anclajes partidistas, ni servidumbrs en bandería de tipo alguno.

Analizada nuestra situación socio-política, habida cuenta de un partido gubernamental sin ideas, cuyos éxitos han sido la solución de problemas inexistentes, previamente creados, y la elevación a los cargos de máxima responsabilidad a ciudadanos que no resisten el mínimo análisis, ni intelectual, ni curricular [vease Aido, Maleni, Bermejo, etc], y consecuentemente inválidos, desde el inicio, para lo que no sea el desastre.

Visto que la oposición está en idéntica situación, sin lider, roto, y elevando a la categoría de necesarios a elementos personales tipo Sorayita-Cospedal, de las cuales no merece la pena ni comentar, o personajes que han demostrado, una y otra vez, en todos los cargos y puestos ser nefastos gestores, tipo Condesa-Gallardón.

La conclusión puede ser que es necesaria la renovación de cargos y conceptos, quizá de sistemas, empezando por una Monarquía caduca, para seguir por un bipartidismo absurdo.

Probablemente el grito de guerra es que se vayan todos, del Rey abajo, todos.

Me gusta, en verdad, me gusta

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28.  liberrim15/02/2009, 19:06 h.

Esta Klein es como Zapatero, todo fachada, todo ampulosidad, gravedad en lo que dice y..... desapego de la realidad y de pisar la tierra con los pies.

Esta bien lo de que se vayan todos, pero que vengan otros que sí sepan lo que hacer o, mejor dicho que hagan y no se dediquen a robar y a expoliar al ciudadano de a pie.

Ppor cierto, con esto de la globalización, se nos olvida algo fundamental: El desempleo de los paises con sistemas de bienestar se produce por la deslocalización. Ase se da empleo a trabajadores que no tienen sistemas de bienestar social en sus paises. Por lo tanto, que tal una tasa de compensación. Una tasa que grave la rapiña de los que fabrican en paises que no la tienen y así se ahorran costes que sustraen a los que si lo tienen. Ahi queda la cuestión. Esto no es proteccionismo, es compensación.

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