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Sede de la entidad bancaria Landsbanki en Londres (Efe)

Cada vez aparecen más muertos que diversas entidades, muchas de ellas en quiebra o intervenidas, tenían bajo la cama. El último escándalo en este culebrón lo protagoniza el banco Landsbanki Luxemburgo, filial del homónimo islandés que ha sido nacionalizado y que tiene implicación directa en España. Los afectados son más de 60 jubilados en su mayoría británicos que viven en la Costa del Sol, aunque también hay casos de ciudadanos franceses, holandeses, alemanes y noruegos, que están a punto de perder su casa por un presunto delito de estafa y publicidad engañosa. Los detalles de la trama han sido explicados a Cotizalia.com por el despacho de Martínez-Echevarría, Pérez y Ferrero Abogados, la firma encargada de llevar el caso.

Desde una oficina que el banco tenía en Marbella, Landsbanki vendía a los pensionistas un producto -mortgage release-, que les permitía disponer de liquidez utilizando sus propiedades en España como garantía. Los afectados, que se reparten fundamentalmente entre la Costa Blanca y la Costa del Sol, se hipotecaron por un valor medio de 350.000 de euros en el primer caso y unos 500.000 euros en el segundo.    

Supuestamente, esta operación era un chollo para los clientes. El dinero de dicho préstamo se lo canalizaba a través de la sede central en Luxemburgo hacia una aseguradora de su propiedad, Lex Life and Pension S.A., y mediante un seguro de capital –así lo denominaban- los clientes conseguían, supuestamente, una rentabilidad suficiente como para cubrir los intereses, obtener unos rendimientos adicionales y además, según el banco, con esta fórmula reducirían o eliminarían su impuesto de sucesiones en España.

Ahora, según informan fuentes del bufete Martínez-Echevarría, “los clientes están prácticamente arruinados porque tienen sus viviendas en España hipotecadas -muy hipotecadas-, están en morosidad porque deben los intereses del préstamo y las cantidades que ingresaron en su seguro de capital se han depreciado”.

Y es que estos ciudadanos extranjeros, pensionistas de clase media y media-alta, “han entrado en la siguiente espiral: están en incumplimiento la obligación de pago de los intereses del préstamo y éstos devengan ya intereses de demora”, se explica en la querella presentada por la firma de abogados. “No van a poder pagar la siguiente cuota de intereses por lo que los intereses de demora aumentarán; su seguro con Lex Life no va a generar la rentabilidad necesaria para cubrir los intereses debidos ni para cubrir los que vayan a deberse en el inmediato futuro, porque si ello no fue posible cuando el importe ingresado no se había depreciado aún, mucho menos lo será ahora”.

Además, la mayoría de los afectados no tiene garantías adicionales que aportar. Han perdido todo su patrimonio y su solvencia. La que podían conseguir de su mayor activo, su casa, está totalmente agotada.

Luxemburgo se apresura a limpiar su imagen

A esto hay que sumar que “pesa sobre todos ellos la amenaza de la inminente ejecución de garantías y, muy especialmente, de la garantía hipotecaria, lo cual provocará indefectiblemente su ruina, con la pérdida de su casa”, aseguran esas mismas fuentes.

No obstante, el banco con el que han contratado las hipotecas es filial del islandés Landsbanki. Cuando esta entidad fue nacionalizada, al día siguiente su firma luxemburguesa se declaró en suspensión de pagos. Una situación que las autoridades de Luxemburgo no se pueden permitir. La razón, que el país, tradicionalmente, ha sido centro financiero internacional de primer orden y la salud de su economía continúa estando muy ligada a la buena marcha de este sector.

Por ello, según Martínez Echevarría, la administración se ha puesto manos a la obra para lavar cuanto antes los trapos sucios en casa de la misma manera que el estado islandés quiere evitar un aluvión de reclamaciones. Tras la declaración de concurso, el pasado mes de diciembre, un Tribunal de Luxemburgo ordenó la liquidación Lansbanki Luxemburgo, nombrando al efecto un interventor judicial y dos liquidadores. Además, han cerrado ya su oficina en España y pretenden marcharse de nuestro país sin hacer ruido.

Aunque hasta la fecha son alrededor de 60 las personas afectadas por la supuesta estafa, desde el despacho afirman que son muchos más los que se están poniendo en contactando el bufete, “hasta el punto que se puede afirmar de que el número de clientes perjudicados puede pasar con facilidad de los 150” asegura a Cotizalia.com la firma de abogados.

Pero la colonia extranjera residente en España podría no ser la única afectada por Landsbanski, según afirman desde el despacho andaluz, “los bancos españoles colocaron de forma activa entre sus clientes bonos del banco islandés como producto englobado en los de renta fija. Hoy, tras el fiasco del Landsbanki Islandia, las pérdidas acumuladas por estos clientes son cuantiosas. El despacho prepara en este momento nuevas reclamaciones en nombre de estos clientes y también en nombre de clientes afectados por el escándalo de Madoff”.

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