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Sebastián, el gran derrotado en su asalto al ministerio de Economía

Miguel Sebastián crisis de gobierno José Luis Rodríguez Zapatero Elena Salgado

@D.Toledo - 08/04/2009 06:00h

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Hace apenas unas semanas se daba por seguro en el entorno de Miguel Sebastián que él sería el próximo hombre fuerte en economía del nuevo Gobierno Zapatero. Suyo sería un macroministerio que aglutinaría Industria y Economía. Se separaba este departamento de Hacienda, mucho más técnico. Había superado un arranque de año difícil, marcado por las críticas a su apuesta por consumir productos made in Spain, y sus perspectivas eran las mejores ante la inminente salida del Ejecutivo de Pedro Solbes, con quien el enfrentamiento no podía ser más abierto. Apenas se guardaban las formas.

Al fin Zapatero podía resarcirle de veras después del sacrificio que le pidió en las elecciones a la alcaldía de Madrid en 2006. Al fin su inmolación, con Gallardón de testigo de excepción, tendría el premio que merecía. En abril de 2008 Solbes era intocable, con la crisis en ciernes. Sebastián tuvo que conformarse con Industria. Si entonces la situación frenó su asedio a la vicepresidencia económica, esta vez el obstáculo ha sido Alfredo Pérez Rubalcaba. El ministro de Interior ha sido quien le ha colocado por delante a su protegida, Elena Salgado. Una afrenta para Miguel Sebastián, todo un minnesotto, que no sólo ve como una advenediza en el mundo económico usurpa el puesto que parecía reservarle el destino, sino que además tendrá que lidiar con ella.

“La vicepresidenta económica manda en la Comisión Delegada, que nadie lo olvide. Y ella tiene la última palabra ahora sobre qué asuntos van a Consejo de Ministros. Hasta ahora, aunque casi ni se hablaban, lo cierto es que Solbes actuaba como ministro de Economía pero no ejercía ninguna tarea de dirección económica por mucho que estuviera entre sus atribuciones. Esta actitud ha evitado más disputas. Si Salgado viene con ganas de ordenar realmente el área económica, sin duda habrá roces”, aseguran fuentes próximas al ministro.

La lectura que se hace en el Ministerio de Industria, en el entorno de Miguel Sebastián, es que la decisión final de Zapatero tiene que ver con su intención de ser él quien en primera persona gestione la economía. “Es una forma de decir aquí mando yo. El presidente estaba enfadado con Solbes porque estaba frenando los planes de gasto y de inversión para salir en apoyo del sistema financiero. Sabe que Salgado no se va a oponer a nada. Y también que Sebastián es un hombre de acción y que hubiera adoptado iniciativas contra la crisis. No se hubiera quedado quieto, aunque se hubiera equivocado”, aseguran estas fuentes.

El momento perfecto

En este sentido, no hay un especial enfado, aunque probablemente sí una cierta decepción. Respecto a Salgado, no hay opinión. Simplemente nadie conoce nada de ella como economista. Una fuente que conoce bien al ministro de Industria asegura: “Sabiendo cómo es Miguel, seguro que tenía sus aspiraciones y que pensaba que podía hacerlo bien. Es más, le hubiera gustado ser ministro de Economía ahora, cuando las cosas están más difíciles. Es triste, porque si hay algún ministerio que es propiamente el de Sebastián, ése es el de Economía”. Ni siquiera ha habido premio de consolación para Industria. Las competencias en investigación, desarrollo e innovación se quedan en Ciencia y Tecnología.

En todo caso, no será fácil la vida de Salgado. De hecho, hay frentes abiertos en los que algunos sectores ya han resuelto lo que tenían que resolver con Sebastián y la esperan con ganas. Las eléctricas aseguran que el trabajo técnico para resolver el déficit de tarifa (la diferencia entre el precio real de la energía y el regulado al que la cobran) ya se ha hecho con Industria. De hecho, algunas hasta alaban al ministro, “que al menos ha entendido la magnitud del problema”. Todo está ahora a expensas del visto bueno de Salgado, después de que Solbes frenara el acuerdo. El vicepresidente no veía claro que los Presupuestos Generales del Estado –de por sí con poco margen- debieran asumir en los próximos años algunas de las partidas incluidas en la tarifa eléctrica.

El propio presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, cargó la semana pasada contra Economía en su discurso de investidura por haber parado muchas de las iniciativas de Sebastián, quien se encontraba en el acto y a quien se refirió expresamente. Como telón de fondo, por ejemplo, la reclamación del sector de la automoción de que se concedan desde el Gobierno ayudas directas a la compra de vehículos para estimular la demanda. Solbes ya había advertido en más de una ocasión que no le quedaba margen presupuestario, y la mayoría de soluciones han pasado por ayudas para la financiación a través del ICO. Veremos si Salgado detecta ese margen de maniobra.

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