La última vez que una gran economía, Japón, vio bajar de forma repetida los precios de la mayoría de sus bienes de consumo, los mercados perdieron el 80% de su valor y el desempleo alcanzó su máximo nivel desde la II Guerra Mundial.

La deflación es vista como un “riesgo primario” por economistas como David Rosenberg, de Bank of America Securities- Merrill Lynch, citado en un artículo publicado por Market Watch, en el que se destacan los peligros de que se hundan los precios. En Estados Unidos todavía no se ha llegado a este punto, aunque Rosenberg no cree que los precios se vayan a recuperar en los próximos meses. Pero España está al borde de la deflación, según los datos dados a conocer hoy por el INE. El IPC ha caído a su nivel más bajo en los últimos cuarenta años: el 0,8%.

La caída de precios que vivió Japón en la década de 1990 fue vista, en principio, con buenos ojos por los jubilados con ingresos fijos, que vieron cómo aumentó su nivel adquisitivo. Por el contrario, los trabajadores japoneses sufrieron la reducción de sus salarios. “Lo que fue bueno para los jubilados, no lo fue para todos los demás”, dice Barry Eichengreen, profesor de Economía en la Universidad de Berkeley. De hecho, la bajada de los precios daña a cualquiera que tenga algo de dinero, desde un propietario con una hipoteca, al vendedor de una tienda de ultramarinos o a las gasolineras. Como se subraya en el artículo de Market Watch, la peor parte se la llevan quienes tienen una deuda y tienen que pagar letras e  intereses fijos todos los meses, pues sus ingresos se irán reduciendo por culpa de la deflación.

“Es una pesadilla de escenario”, asegura Myles Zyblock, estratega jefe de RBC Capital Markets, que considera que podrían aumentarse la deuda de baja calificación.  Es como lo que está sucediendo en el mercado inmobiliario: la caída de los precios de la vivienda dificultan a quien tiene una hipoteca vender activos para pagar su préstamo… Aunque en un principio aumentasen los depósitos bancarios, al final el valor bursátil de los bancos podría caer, según uno de los analistas de Howe Barnes Hoefer & Arnett, que recuerda que la presión sobre el capital ya se está notando en la evolución de los bancos.

Por otro lado, la autora del artículo recuerda que hay que distinguir entre la caída de precios positiva (porque viene dada por una mejora en los procesos productivos) de la ‘deflación maligna’, que es la que ocasiona la caída de los precios por la reducción de la demanda. El Fondo Monetario Internacional ha advertido de que este problema de la deflación maligna es ahora mucho mayor que durante 2002 y 2003 e indica que todo el mundo sufre cierta presión en este sentido.

Eichengreen recuerda: “si la inflación está cayendo al 2% anual, la gente no comprará coches o televisores, porque saben que estarán más baratos al año que viene y si nadie compra, nadie fabrica y, por tanto, nadie contrata”.

1. orrozle13/02/2009, 16:50 h.

no sufras María, en España es imposible que entremos en deflación por dos razones: la primera porque el mecanismo de formación de la mayoría de los precios es absolutamente "sui generis" [el que le sale de los cojones al proveedor, la segunda porque los políticos patrios [salvo escasísimas y muy honrosas excepciones]son unos completos tramposos y por consiguiente, que diría aquel, cuando sea necesario haran trampas en sentido contrario a como han venido haciendolas siempre, ésto es antes para esconder la inflación y en adelante para disimular la deflación. Esto no tiene arreglo.

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