Se la jugó y le ha salido bien, al menos de momento. La compañía de alimentación infantil Mead Johnson, filial del gigante farmacéutico Bristol-Myers Squibb, debutó ayer en el Standard & Poor´s 500 pese a que otras empresas que tenían programada su OPV también para el miércoles decidieron posponerla dados los tiempos que corren. Finalmente, las acciones de Mead Johnson cerraron en los 26,43 dólares por acción, un 10% por encima de su precio de colocación. Hoy, sus acciones suman un 0,9% hasta los 26,67 dólares.

La compañía estableció su precio de salida en los $24 en la tarde del martes para la colocación de $720 millones en acciones en el mercado. La operación “fue bien dado que es un nombre defensivo. Tiene una fuerte imagen de marca y una amplia participación de mercado… además de un elevado flujo de caja”, ha explicado en MarketWatch un analista del sector.

La de Mead Johnson era la primera de las cuatro OPVs previstas para esta semana por más de 940 millones de dólares y rompe con el desierto de debuts que existe desde el pasado mes de noviembre. Si n embargo, las otras tres compañías anunciadas no han tenido la valentía de la firma de alimentación, con lo que el mercado tendrá que esperar, al menos hasta que se calmen un poco las aguas y se reduzca el miedo al riesgo que existe desde la segunda mitad del pasado año.

“Las condiciones actuales del mercado hacen que sólo las compañías más fuertes y los precios más atractivos sigan adelante”, asegura el mismo analista.  El éxito del debut de Mead e, incluso, la posibilidad de una ampliación posterior, pone de manifiesto que el interés de los inversores se redirige hacia compañías “maduras” y consolidadas.

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