El secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner (Efe).

El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, ha decidido agarrar al toro por los cuernos. Si bien el plan de rescate financiero no ha hecho reaccionar a priori al mercado –ayer Wall Street se hundió casi un 5%- es un comienzo, y este pasa por la transparencia. El primer paso es reconocer que existe un problema y los errores cometidos hasta el momento al intentar solucionarlo.

“Cuando comenzó la crisis, los gobiernos de todo el mundo fueron muy lentos en reaccionar. Cuando las actuaciones llegaron, fueron tarde e inadecuadas” explicó Geithner durante una comparecencia clara y concisa. “La política ha ido siempre por detrás de la curva, persiguiendo la crisis en su escalada. Cuando ésta se intensificó y eran necesarias actuaciones dramáticas, las medidas de emergencia provocaron, en vez de confianza y tranquilidad, más ansiedad a la sociedad e incertidumbre a los inversores”.

El nuevo plan de rescate propuesto por la administración y que se construye sobre la base del paquete de 700.000 millones de dólares aprobado por el Congreso el pasado mes de octubre, asciende al 1.5 billones de dólares y puede, incluso, alcanzar los 2 billones de dólares. Además, este nuevo “Financial Stability Trust” –como se le ha renombrado-, hace especial hincapié en la importancia que tiene el dinero de los contribuyentes, así como que el destino de cada dólar empleado por la administración.

“El espectáculo de enormes sumas de dinero de los contribuyentes dadas a las mismas instituciones que han ayudado a provocar la crisis, con transparencia limitada y sin seguimiento, ha aumentado el recelo público” aseguró Geithner. “Un recelo que se ha transformado en enfado cuando los equipos directivos de algunas instituciones han seguido recibiendo ricas compensaciones y dando sustanciosos bonus a sus ejecutivos.”

Cinco puntos básicos para reflotar el sistema financiero

Hasta tal punto es importante la transparencia en este nuevo intento de reflotar el sistema que el Gobierno de Barack Obama ha puesto en marcha una página web, www.financialstability.gov, en la que todos los ciudadanos podrán acceder a los datos, contratos, balances y toda información relativa al destino de sus impuestos. Para ello, la administración ha contemplado cinco puntos básicos:

Geithner considera que “existe más riesgo y es más costosa una acción gradual que una agresiva”, por eso, la primera enmienda de este nuevo plan pasa por una política comprensible por todos, pero enérgica. Además, ésta ha de mantenerse hasta la recuperación completa de la economía. Y es que los errores del pasado sirven para no volverlos a cometer y la crisis de los años 30 en EEUU, así como la de Japón en los 90, ha demostrado que una relajación anticipada del Estado simplemente alarga y aumenta los daños.

Por otro lado, “el acceso a ayuda pública es un privilegio, no un derecho”. En este sentido, Geithner ha explicado que cuando el Gobierno ayuda a los bancos no es por su beneficio sino por el de las empresas y las familias que dependen de ellos. De ahí que las condiciones que se van a imponer a los receptores del dinero público sean extremadamente duras con el fin de permitir a todos los ciudadanos conocer el impacto de esas inversiones.

En cuarto lugar, el dinero prestado será “reemplazado por capital privado lo antes posible”, en ningún caso el plan se ha presentado como la panacea de los bancos, sino todo lo contrario. De hecho, las entidades tendrán que someterse a una minuciosa evaluación. “Queremos sus balances limpios y fortalecidos”.

Para ello, el Financial Stability Trust contempla la creación del famoso “bad bank” del que tanto se ha hablado en las últimas semanas. Se trata de un fondo de inversión provisto de capital público que comprará los activos tóxicos de los bancos para conseguir que el mercado vuelva a funcionar.

“Dotando de la financiación que el mercado no puede conceder, se ayudará a poner en marcha un mercado para los activos inmobiliarios, que son el centro de esta crisis”, aseveró el secretario del Tesoro. Para ello, el plan contempla una dotación de un billón de dólares de capacidad financiera, aunque comenzarán destinando 500.000 millones e irá ampliando esa suma en función de la buena marcha de la medida.

Activar el crédito al consumidor y a las empresas

Por otro lado, el plan diseñado por el Departamento del Tesoro contempla destinar otro billón de dólares para ayudas al consumo y a la empresa. Esto se hará a través de la Reserva Federal y con ello se busca reactivar el mercado secundario de deuda, reducir los costes de los préstamos y resucitar el flujo de crédito.

Así mismo, en las próximas semanas el Gobierno también anunciará un programa específico para el sector inmobiliario. “Millones de americanos han perdido sus casa o viven con el riesgo de ser incapaces de hacer frente a los pagos o refinanciar sus hipotecas” explicó Geithner. “Nos centraremos en utilizar todos los recursos del gobierno en ayudar a reducir las letras así como los intereses de las hipotecas." Concluyó.

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1.  Supervisor11/02/2009, 09:16 h.

Al apellido de este señor le falta un n en el titular: Gheitner.

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