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De poco ha servido, al menos de momento, el anuncio las medidas diseñadas para el rescate financiero en Wall Street. Todo lo contrario. Ni siquiera la aprobación del plan de estímulo por el Senado ha logrado evitar la sangría. El pánico entre los inversores se ha extendido tras las palabras del secretario del Tesoro, Timothy Geithner. Su nueva estrategia para reflotar el sistema financiero ha puesto de manifiesto que la economía de Estados Unidos se encuentra realmente mal. El Gobierno de Obama ha anunciado que comprará 500.000 millones de dólares en activos tóxicos, que se podrá ampliar a un billón de dólares y que destinará otra partida de un billón a la concesión de créditos.

Pues nada. En el mercado ha pesado más el miedo por el futuro de la economía norteamericana. El Gobierno ha entonado hoy el mea culpa, "hemos actuado tarde y mal", ha dicho Geithner, quien ha hecho especial hincapié en la transparencia que se le va a exigir a los bancos y entidades financieras que reciban "dinero de los contribuyentes".

Así, la desconfianza se ha instalado con fuerza en Wall Street donde el Dow Jones de Industriales se ha hundido el 4,63%, mientras que el Standard & Poor´s 500 se ha desplomado el 4,91%. También el tecnológico Nasdaq, más fuerte que el resto de los índices en las últimas sesiones, ha sucumbido a las ventas y ha perdido al cierre un 4,2%.

Y es que los inversores, además, se muestran preocupados porque este nuevo rescate no sea suficiente o sea ineficaz para afrontar la peor crisis financiera que ha vivido el país desde 1930. Un día después de que el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, haya asegurado que la recesión será aún mucho peor de lo esperado. "Los problemas son muy profundos y la sensación de que se está tirando dinero bueno después de haberlo hecho con el malo aumenta", explicaba un analista en Reuters.

Ni siquiera, el plan de estímulo de 838.000 millones de dólares que ha visto hoy la luz en el Senado ha aplacado el pesimismo de los inversores. En esta semana se tendrá que debatir en el comité bicameral para llegar a un acuerdo definitivo antes de que el presidente rubrique el texto y lo convierta en Ley. Con todo, es el sector financiero el gran castigado de la jornada.

Al desplome del mercado se ha referido Obama esta tarde: "No hay un camino fácil como nos gustaría y el problema es que no ha habido transparencia entre los bancos de Wall Street".

Precisamente, la nueva imposición de claridad en los balances de las entidades ha generado suspicacias sobre la posibilidad de que salgan aún más muertos de debajo de la cama. Por otro lado, en las jornadas previas, las acciones de los bancos descontaron la presentación del plan de estímulo, con lo que su retroceso de hoy podría no ser más que una corrección de las últimas ganancias. De esta manera, Bank of America, que el lunes se disparó más de un 12% y el viernes superó el 26% de subida, se ha desplomado un 19,3%, mientras que Wells Fargo se ha dejado el 14,22%. También consigno negativo han terminado Goldman Sachs, que ha perdido el 7,65%, mientras que Citigroup, JPMorgan y Morgan Stanley giraban a la baja al poco de abrir el mercado para dejarse al cierre entre un 9,75% y un 15,2%.

Otra de las compañías que ha sido duramente castigada este martes y que tira del mercado hacia abajo es Alcoa. Sus acciones han perdido un 10% después de la agencia de calificación S&P haya rebajado su rating de "BBB+" a "BBB-", por su previsión de deterioro de solvencia durante 2009".

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