El proceso electoral de Caja Madrid se presenta más politizado que nunca antes. La simple decisión de Miguel Blesa, su presidente, de proponer la apertura del proceso electoral, tal como ocurrió por las mismas fechas hace seis años, ha provocado una división antinatura entre los vocales del PP y PSOE que se sientan en el consejo de administración, como quedó demostrado en la votación del lunes de esta semana.

El abierto enfrentamiento que mantiene la Comunidad de Madrid con el presidente de la caja de ahorros, a quien pretende sustituir por un candidato propio, ha polarizado las posiciones de los consejeros populares, entre los cuatro que siguen las directrices dibujadas por Ignacio González, y los que comparten la postura de Blesa, presentes por designación del Ayuntamiento gobernado por Alberto Ruiz Gallardón.

Según las distintas fuentes del consejo consultadas, la votación del pasado lunes supuso un punto de inflexión en la cohesión de la disciplina de voto del partido. Es decir, fue la primera vez que no se siguió la línea de mando después de que desde los despachos del Palacio de la Puerta del Sol, sede del gobierno de Esperanza Aguirre, se impartieran directrices explícitas para el voto.

La votación del lunes aprobó la apertura del proceso electoral por 14 votos a favor y 7 en contra. Curiosamente, a los cuatro negativos del PP (Rodríguez Ponga, Rojo, Romero de Tejada y Fernández Norniella) se sumaron otros tres procedentes de las filas del PSOE. En este caso, la mayoría de vocales socialistas (De la Riva, Arteta y Espinar) cumplió con la decisión marcada desde el PSM por Tomás Gómez y Antonio Carmona.

Como ya informó este diario, nadie oculta la existencia de  contactos entre las cúpulas locales de PP y PSOE para reformar la Ley de Cajas. Esta iniciativa tendría por objeto incrementar la influencia de la Comunidad en la configuración de la asamblea de Caja Madrid en detrimento de otras entidades, como las Corporaciones Municipales. Un cambio que permitiría al Gobierno regional el peso necesario para proponer con éxito a su candidato.

En principio, la apertura del proceso electoral puede dar al traste con los planes de la Comunidad de Madrid, que llegaría tarde con su nuevo marco jurídico para las cajas. Aun así, Blesa no tiene ninguna garantía de volver a ser reelegido (necesita mayoría simple/11 consejeros), puesto que la suma de representantes populares y socialistas en la asamblea, una vez efectuado el proceso electoral de renovación que afecta a la mitad, puede ser suficiente.