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El número de afiliados a la Seguridad Social crece al menor ritmo desde 1996
@Carlos Sánchez.- - 05/02/2008
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Frenazo en seco a la capacidad de la economía española para crear empleo. La afiliación a la Seguridad Social ha caído prácticamente a la tercera parte en apenas dos años. Si en enero de 2006, el número de cotizantes crecía a ritmos del 5,65%, un año más tarde lo hacía ya al 3,49%. Pero es que el pasado mes de enero la tasa de aumento era ya del 2,04%. Si en lugar de tener en cuenta la afiliación media se analiza la registrada en el último día del mes, el resultado es todavía más adverso. El número de afiliados al sistema público de pensiones está creciendo en estos momentos a un ritmo del 1,89%, la tasa más baja desde 1996.
De mantenerse este ritmo de desaceleración del número de ocupantes -lo que parece coherente con la ralentización de la actividad económica prevista por el propio Gobierno-, es muy probable que el año acaba con ritmos de la afiliación del 1%-1,5%, lo que supondría la creación de unos 250.000 empleos, tal y como adelantó El Confidencial. De cumplirse esas previsiones, eso significará que por primera vez desde el comienzo del actual ciclo económico la afiliación a la Seguridad Social crecerá en torno al aumento de pensionistas. En diciembre pasado (último mes con datos disponibles), el número de pensiones del total del sistema (incluyendo todas los regímenes) crecía a ritmos del 1,30%.
La ratio afiliados-cotizantes es la columna vertebral de la Seguridad Social al tratarse de un sistema de reparto, lo que significa que un empeoramiento de esta relación se convierte en un problema a medio y largo plazo. El número total de afiliados a la Seguridad Social se sitúa en estos momentos en 19,16 millones de trabajadores, mientras que el número de pensiones reconocidas asciende a 8,33 millones. Esto significa que hay 2,3 activos por cada pensionista, pero con tendencia a la baja si se confirman en los próximos meses los peores datos de empleo en un contexto de envejecimiento de la población, todavía de suave intensidad.
Datos históricos
La caída de la afiliación (-211.979 en enero respecto a diciembre de 2007) tiene que ver, lógicamente, con un aumento del paro en proporción históricamente elevadas, hasta el punto de que en la serie histórica no hay registros tan negativos. Ni en términos relativos ni absolutos. De hecho, el desempleo registrado en los servicios públicos de empleo se sitúa en niveles máximos desde noviembre de 1998, lo que da idea del cambio de ciclo.
El pinchazo del ‘ladrillo’ tiene mucho que ver con lo que está sucediendo. Pero no es el único responsable. El paro registrado en la industria creció en enero un 2,1%, tasa equivalente a 5.908 personas, algo que no había sucedido en ningún mes del año pasado. Esto quiere decir, como afirma Agett, la patronal del trabajo temporal, que “la industria no sólo no va a tomar el relevo de la construcción sino que ya se está viendo afectada negativamente por la coyuntura económica”.
Los datos no dejan lugar a dudas. Los 132.378 nuevos parados de enero ponen de manifiesto un empeoramiento general del mercado laboral, lo que viene a confirmar los resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al cuarto trimestre de 2007, que ya daba señales de una nueva época en el empleo. Lo relevante es que el enfriamiento del mercado laboral ya no afecta casi en su totalidad a los hombres (lo que suele suceder cuando cambia la tendencia) sino también a las mujeres, lo que vendría a indicar que las empresas se están desprendiendo no sólo de los empleos de mayor cualificación (y salarios más altos), sino también de los puestos de trabajo más precarios.
En enero, de hecho, el paro femenino creció más que el masculino (6,6% frente al 5,7%), cuando en términos anuales el crecimiento para los hombres es del 15,6% y del 4,2% para las mujeres, lo que da idea de lo que están cambiando las cosas.
A destacar, igualmente, un fenómeno verdaderamente extraordinario, la eclosión del trabajo autónomo. La afiliación media entre este colectivo (cerca de 3,4 millones de trabajadores) ha crecido en enero nada menos que un 11,31%, cuando en los últimos años la tasa se ha situado siempre en el entorno del 3%. La causa de tan anormal comportamiento del empleo autónomo puede tener que ver con la destrucción de puestos de trabajo entre los asalariados, lo que obliga a muchos trabajadores a constituirse en autónomos. Se trata en realidad de falsos autónomos, toda vez que en la mayoría de los casos continúan trabajando para el mismo empleador. Muchos inmigrantes pueden encontrarse en esta situación. Para hacerse una idea de lo que está ocurriendo basta con tener en cuenta que un mes en el que el número de afiliados a la Seguridad Social cae en 212.000 trabajadores, el numero de autónomos ha crecido en 238.000. Lo nunca visto.
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