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Especuladores. El sentido peyorativo del término hace años que perdió valor en el entorno de las finanzas mundiales. Pero hete aquí que los nuevos líderes europeos, los faros de occidente, las lumbreras de la política internacional, los iconos políticos de la zona euro Ángela Merkel y Nicolás Sarkozy se han reunido para inventar una nueva cruzada. Quieren que Europa haga frente a los especuladores y que se institucionalice una estrategia europea común.

No se ponen de acuerdo en importantes detalles de coordinación general -fiscalidad, por ejemplo- y van a conseguir hacer frente a un imposible. Los especuladores son la sal y la pimienta del mercado. Sin ellos las bolsas, los mercados de derivados, la industria financiera simplemente no existiría. La famosa era de la liquidez y el crédito, del apalancamiento, no podría haber existido sin los especuladores, como no se puede engrasar cada día el motor de las economías sin ellos.

Sarkozy y Merkel han hecho un ejercicio de puritita propaganda instando a la creación de un comité de sabios que discuta sobre estas cuestiones. Bravo. El banco Sachsen LB, participado por el Estado de Baja Sajonia, debería dar cuentas a la canciller sobre sus actividades especulativas ¿Qué les parece?

Esto recuerda cuando quebró el Estado de California después de haberse atiborrado de bonos basura con el asesoramiento de uno de los mayores, más influyentes y prestigiosos bancos de inversión estadounidenses.

El presidente francés ha denunciado la falta de transparencia del mercado financiero internacional, que deja en una situación de vulnerabilidad y desprotección a “nuestros ciudadanos y nuestras empresas”. Cuando era ministro de Economía no se había dado cuenta de nada y permitió que los grandes bancos franceses y sus gestores se dedicaran a la especulación. Bueno, si lo hubiera intentado seguro que la comunidad internacional se le habría echado encima.

“Yo estoy a favor de la economía de mercado y de la globalización, pero creo que el capitalismo es para las empresas, no para los especuladores”, ha dicho. ¿Seguro que está a favor de la economía de mercado?

Los reguladores francés y alemán, los bancos centrales, deberían entonar el mea culpa por dejar que en sus territorios hayan campado a sus anchas los especuladores. En ésta como en tantas otras crisis no se sabe hasta dónde puede llegar la riada de pérdidas, pero son los actores del mercado -todos- los que tienen que dar la cara. Y entre esos actores los hay buenos, malos y mediopensionistas, éticos y menos éticos, pero todos juegan con unas reglas del mercado de las que siempre se acuerdan los políticos cuando truena.

Mientras que Merkel y Sarkozy buscan la piedra filosofal, el Financial Times cuenta que los principales bancos de inversión estudian una estrategia común para presentar al mercado sus pérdidas. Si engañan al mercado, a los consumidores, a todos, el peso de la Ley debe caer sobre ellos. Los políticos con sus grandes ideas intervencionistas sólo hacen más difícil la digestión de los excesos. Con sus retóricas cruzadas lavan su imagen frente a sus votantes, pero le hacen un flaco favor al mercado.

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@Jesús García

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