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Lunes, 10 de septiembre de 2007 (Actualizado a las 12:03)
 
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PUNTO DE VISTA
Jesús García

La SEC y la Fiscalía se afilan las uñas

@Jesús García - 10/09/2007

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Tras la crisis vienen los escándalos. El riesgo reputacional hecho carne. La Securities Exchange Commisión (SEC) investiga el modo de proceder de las agencias de calificación de riesgos. Busca un chivo expiatorio tras la dimisión de la presidenta de Standard & Poor´s. Lo va a tener crudo.

Pero para solventar la crisis es necesaria la transparencia, una concepto arrumbado en la última etapa del apalancamiento per se. Lo opaco, lo oscuro era lo más in del riesgo, se llegó a colar como un virus de rondón en las carteras de perfil más conservador.

Las agencias de rating, que surgieron con fuerza tras los años setenta, después de una crisis crediticia que afectó al papel comercial de algunas de las grandes multinacionales americanas de la época como la Pennsylvania and New York Central Transportation Company, más conocida como Penn Central, hasta entonces la mayor empresa de su sector del mundo, han sido señaladas en todas y cada una de las crisis financieras de los últimos tiempos. En cada una de ellas se pone de manifiesto la incapacidad para prevenir estos shocks financieros y la incapacidad de los organismos internacionales y los bancos centrales para actuar, sino es como bomberos a penúltima hora.

En el escándalo ENRON fue Arthur Andersen, hasta entonces la auditora más prestigiosa del mundo, la que resultó abatida por el fuego de la fiscalía, aunque ahí cayeron algunos de los gestores considerados más prestigiosos del momento y hasta estuvo a punto de llevarse por delante de Dick Cheney. El sistema, en suma quedó tocado, y otra vez vuelta la burra al trigo.

Ahora no se trata de un escándalo concreto, de una estafa, o al menos no una estafa individual, sino de una situación en la que se están volando los puentes de los castillos en el aire creados al hilo de la época dorada del crédito. Los cuervos graznan ahora sobre los primeros cadáveres.

La voz de alarma

Los bancos centrales- y los organismos supervisores- deben dar la voz de alarma y obligar a las entidades financieras a publicar cuanto antes los quebrantos derivados de la crisis, presentes y futuros y, si fuera necesario, a declarar por el bien de todos, aquellos agujeros previsibles que podrían producirse por inversiones en activos sofisticados y conservadores. Los accionistas de estas entidades y sobre todo los inversores no pueden, ni deben, seguir actuando a ciegas, sin información suficiente.

Los hegde funds, opacos por naturaleza, tampoco pueden esconder la cabeza bajo el ala, aunque el mercado con estos vehículos es totalmente claro: de un día para otro se liquidan y Santas Pascuas. Las reclamaciones al maestro armero. El caso es que cuando empieza a aflorar la cadena de damnificados la SEC y la Fiscalía de los Estados Unidos van a tener que reforzar sus filas por que esta crisis poliédrica toca otra vez a casi todo el sistema.

En Europa, como siempre, no pasará nada, por que aquí hemos aprendido a lavar la ropa agujereada en las orillas de las ayudas de los bancos centrales, o en las modificaciones de normas contables, como ocurrió en España en 1992 cuando la crisis de la deuda. No se realizaron ni de lejos las provisiones previstas en la normativa de entonces, puesto que se modificó directamente para que los siete grandes no fueron objeto de mofa internacional y lo que es peor para que el sistema financiero español gozara de un poquito de salud. No parece que las hipotecas basura y sus daños colaterales toquen de frente a nuestros bancos y ¿cajas? Quizá sea el momento de que el Banco de España, encabezado por Miguel Ángel Fernández Ordóñez, se moje en esta crisis y aporte las opiniones de su Servicio de Estudios sobre la situación que van a vivir nuestras entidades financieros produce de la bola de nieve empresarial reinante y de nuestra particular ralentización inmobiliaria mezclada con los temblores de las economías de la OCDE.

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Opiniones de los lectores (1)

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1. anonimo200Lunes, 10/09/2007, 11:58 h.

Me gustó este artículo, me ha hecho pensar... ¿en manos de que o quien esta nuestra economía? Entidades o personas (grupos de personas) tan poderosas que la justicia rebota contra ellas y nada puede hacer? ¿Quien tiene el poder económico tiene todo el poder? En otro orden de cosas, he aqui a los liberales confesos, en su propio templo, suplicando mayor control. ¿Mayor control por parte de quien? Respuesta made in elconfidencial: Por parte otras entidades privadas superiores. El truco está en anteponer la palabra privado a lo que sea, ¿verdad?

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