“Falta todavía mucho por arreglar para que se cree la futura gran patronal catalana porque hay pugnas por las luchas internas de poder. El problema radica en que los pequeños y medianos empresarios de Fomento no quieren perder autonomía en sus territorios integrándose en Pimec”. Así se expresa a El Confidencial un empresario del sector químico que participó la semana pasada en las reuniones de la patronal catalana Fomento del Trabajo (la CEOE de Cataluña) para expresar un hecho: la fusión va más lenta de lo previsto porque todavía no se ha dirimido cómo se integrarán todas las federaciones provinciales de Fomento con la otra patronal, Petita i Mitjana Empresa de Catalunya (Pimec), y porque muchos empresarios de Fomento quieren preservar su contacto real con sus empresas en estos tiempos de crisis económica. La fusión, pues, ha perdido fuelle en los últimos días.

Al tiempo que el proceso de integración de las cajas catalanas tampoco parece ser un camino de rosas por las cuotas de poder entre grandes y pequeñas entidades, la gran patronal Fomento no se encuentra cómoda con la integración de algunas territoriales de Pimec. La unión deseada y preparada durante el verano por Joan Rosell, presidente de Fomento, y por Josep González, presidente de Pimec y también presidente no ejecutivo de la mutua catalana de seguros Agrupació Mutua, deberá pulir todavía la oposición de un grupo de empresarios de Fomento que no ve con buenos ojos la entrada de algunas pymes territoriales y la consecuente pérdida de poder en la futura patronal resultante de la fusión.

El principal escollo de la integración radica en cómo integrar la complicada estructura territorial de Fomento en la futura gran patronal. A esto se añade que las agrupaciones territoriales de empresarios de Fomento (Lleida, Tarragona, Barcelona y Girona) temen perder la autonomía que tienen si se integran en Pimec, y prefieren configurar una patronal formada por una federación de asociaciones empresariales.

La creación de una federación de asociaciones no estaría dentro del acuerdo alcanzado en verano por Rosell y González. El pasado lunes, las reuniones de los comités ejecutivos de Fomento y de Fepime (organización de pequeñas y medianas empresas de Fomento) no tuvieron resultados positivos. El presidente de esta última, Eusebi Cima, declaró entonces que "en el comité se pusieron de relieve los problemas de las territoriales para alcanzar una integración". Fepime "tiene cerca de 40 organizaciones territoriales libres e independientes que tienen que decidir", mientras que las delegaciones de Pimec no tienen derecho de voto. Otros empresarios de Fomento creen que el verdadero problema en el proceso de integración es que en las conversaciones tanto Rosell como su secretario general, Joan Pujol, hacen prevalecer su opinión, y se dejan al margen las decisiones de los empresarios de las territoriales de Fomento.

Algunas territoriales de la patronal, como la de Lleida (Coell), reprochan a Fomento el escaso interés de ésta por convocar a las territoriales menores en las reuniones para definir cómo se organizarán tras la fusión. “No recibimos información y no queda claro si nosotros vamos a mantener la representatividad que nos corresponde como organización territorial y si vamos a poder defender los intereses de nuestros empresarios provinciales”, asegura a El Confidencial un empresario leridano.

Fepime reconoce que “entre las 60 organizaciones empresariales que representa hay divergencias y opiniones distintas sobre cómo integrarse con Pimec”. “Todas las empresas defienden sus intereses y falta realmente una voluntad unitaria de integración”, aseguró Cima. Y va más lejos: “Es posible que algunas empresas no se quieran integrar en el proceso de fusión y opten por hacerlo más adelante”.

Posiciones en contra de la fusión

A estas reticencias se suman las voces críticas de la Cecot, la patronal de Terrassa que preside Antoni Abad, la patronal Cepta de las comarcas de Tarragona y algunos empresarios influyentes en Fomento como Joan Gaspart y Josep Manuel Basáñez. Estos últimos, incluso, se habrían reunido directamente con Joan Rosell para reordenar el primer acuerdo de fusión.

La Cepta ya venía mostrando su prudencia ante el preacuerdo de fusión con Pimec. Reconoce que, aunque está de acuerdo con el objetivo de la integración y lograr una única representación empresarial en el territorio, cree que “falta una hoja de ruta donde se establezcan las condiciones sobre cómo se desarrollará el proceso”. El preacuerdo alcanzado por ambas patronales a nivel catalán señalaba que alrededor de unas 28 asociaciones territoriales de empresarios adscritas a Fomento del Trabajo deberían incorporarse a la estructura de Pimec. La Cepta, junto con otras seis organizaciones regionales (FOEG, de Girona, Federació Empresarial de Catalunya Central, de Manresa, Aella, del Baix Llobregat, Coell, de Lleida y la Unió Empresarial Intersectorial-Cercle d'Empresaris, de Granollers), tendría que fusionarse con las delegaciones de Pimec para formar un sola patronal territorial. A cambio, Pimec y Fomento formarían una única cúpula.

En Girona, la asociación adscrita a Fomento, la Federació d'Organitzacions Empresarials Gironines (Foeg), y Pimec ya han iniciado el proceso de integración. El portavoz de Pimec Girona, Pere Bugés, resalta que las dos entidades ya han puesto la primera piedra del proceso a la espera que se dé luz verde al acuerdo que derivará en una sola patronal gerundense, donde habrá representados 30.000 asociados. A partir del 14 de octubre, la comisión se reunirá una vez cada quince días para ir avanzando en la integración definitiva prevista para el 2010.

El preacuerdo

El proyecto inicial de fusión se remonta al pasado 21 de julio, cuando Pimec aprobó su disposición a la integración con Fomento, aunque ambas entidades manifestaron que conservarían su independencia económica y jurídica. Pimec, por su parte, es la patronal catalana que representa las micro, pequeñas y medianas empresas y los autónomos de Cataluña.

La unión fue aprobada por los presidentes de ambas organizaciones empresariales. No hay plazo, insisten, porque cada territorio tiene sus especificidades. González reconoce que la actual crisis económica ha contribuido a un mayor entendimiento entre las dos organizaciones, más sensibilizadas ahora sobre la necesidad de ir “de la mano” en sus acciones.

Fomento y Pimec prevén repartirse, según el acuerdo inicial, al 50% los representantes en todos los órganos de gobierno (la junta directiva, la ejecutiva y, como novedad, las vicepresidencias). El despliegue del acuerdo podría durar entre uno y dos meses, según las estimaciones de sus protagonistas. La complejidad de este complicado proceso conlleva que todas las patronales territoriales que forman parte de Fomento del Trabajo vayan integrándose en la nueva organización y, por tanto, perdiendo autonomía a favor del resto cada territorio con sus especificidades. El actual presidente de Fepime, el empresario Eusebi Cima, tiene todos los números de ser el representante de la nueva patronal conjunta de pymes en Madrid.

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