El domingo por la tarde se acabó el fin de semana antes de lo previsto. Enrique recibió la llamada de un compañero de trabajo. La sorpresa inicial, por lo inesperado, pasó a mayúsculas cuando fue informado de lo que estaba pasando. El Banco de España había anunciado la intervención de Caja Castilla La Mancha, su caja, CCM, la misma a la que fueron a trabajar el viernes y a la que tendrían que ir al día siguiente.

La primera reacción de Enrique después colgar el móvil fue de preocupación. Su empresa estaba en serios problemas, más de los que podía haber imaginado por lo que había leído en medios o había comentado con los compañeros. Sin embargo, después de sentarse y contar la noticia de la llamada a su pareja, optó por no dejarse llevar por los nervios y reflexionar: si les habían intervenido es porque pasaba algo, pero al menos a partir de ahora sería el Gobierno quien respondiera por ellos.

A pesar de querer autoconvencerse, Enrique no dejaba de pensar en lo que le acababan de comunicar. Sobre todo, no dejaba de visualizar cómo sería el lunes. “Mi primera idea es que sería como Banesto, con colas de clientes en la calle dando la vuelta a la manzana... Aterrador”. No sabía muy bien qué se encontraría al día siguiente en su oficina, ubicada en un importante municipio toledano. En cualquier caso, había decidido llegar un poco antes que de costumbre, sobre las 8 de la mañana, para cambiar impresiones con los compañeros.

El día D arrancó en el coche, con 20 minutos de trayecto por delante. Dudó a la hora de poner la radio, vacilando sobre qué emisora sería la más condescendiente con lo ocurrido. Era y sería la noticia del día y él iba a vivirlo en primera persona. Cuando vio a los suyos, las caras de todos eran de asombro y perplejidad. “¿Pero no habíamos quedado el viernes en que nos íbamos a fusionar con Unicaja?”, le comentó con guasa uno de los compañeros para darle la bienvenida.

A las 8,30 se subió el telón de las oficinas de CCM. Había gente, más que de costumbre. Durante las dos primeras horas hubo trasiego. Hasta las 11. Sin embargo, la mayoría de las consultas eran informativas. Casi no hubo retiradas de dinero. En ningún caso, ni parecido a como se lo había imaginado Enrique. “La gente quería saber qué implicaba el estar intervenidos, qué suponía para sus ahorros. Venían a reforzar su confianza, que puedes imaginar que estaba bastante por los suelos”.

Nadie entendía muy bien lo que estaba pasando esa mañana. Al contrario de lo previsto, los clientes dieron una muestra de fidelidad no esperada. “Probablemente, todos los que tuvieron dudas sobre la solvencia de la caja retiraron su dinero antes. Durante los últimos meses, la salida de depósitos fue significativa. Imagino que a estas alturas ya, los que estaban han preferido quedarse”, subraya Enrique después de haber recordado cómo fue ese día.

El dinero se fue mucho antes. Episodios como el ocurrido en Los Yébenes, cuando un rumor extendió el bulo de la quiebra de CCM, iniciales confundidas con ITM, las de una empresa declarada en concurso, agravaron sobremanera la salud y la reputación de la caja, que durante los últimos doce meses ha acaparado la atención, desde un punto vista negativo, de todos los agentes del mercado financiero, tanto clientes como institucionales.

Normalidad inesperada

Sorprendentemente, el tiempo dio un tono de normalidad a la situación. Superado el primer día, el resto de la semana fue coser y cantar. El jefe de oficina, igual de confundido que los empleados a su cargo, había dado instrucciones sobre cómo abordar la jornada. Básicamente, su discurso era monotemático y repetitivo, aunque no por ello sencillo: había que transmitir confianza. Así se lo habían comunicado a él el jefe de zona, arengado a su vez por el responsable territorial. La cadena perfecta.

El martes fue ya distinto. Los principales gestos de admiración llegaban tras leer el contenido de algún correo electrónico con un recorte de prensa destripando las claves de la intervención. Desde arriba, los jefes, los mismos que les habían guardado el más absoluto silencio sobre el proceso de fusión con Unicaja, explicaban ahora que estaban en otro momento de solucionar los problemas, aunque no se sabía la verdadera dimensión del mismo.

“Ha habido muy pocas explicaciones internas durante los últimos meses”, reprocha Enrique con un tono crítico. “Ahora tampoco hemos recibido ninguna aclaración sobre el futuro de la entidad y de nuestros empleos. Lo único que nos han comunicado y pedido es que transmitamos tranquilidad a los clientes. Aunque visto con sentido del humor, nosotros no deberíamos estar nerviosos, porque ahora ya somos algo parecido a funcionarios”.

Todo lo que han recibido Enrique y sus compañeros es un dossier con recortes de declaraciones de políticos, donde se recogen declaraciones tranquilizadoras sobre el futuro de la caja. “Lo normal sería que nos saneen y luego nos fusionen, aunque nosotros preferiríamos seguir autónomos”, explica esperanzado. “Hemos tenido la mala suerte de ser los primeros, pero no creo que vayamos a ser los únicos. Lo más preocupante es el entorno macro en el que ocurre esto”.

Sin darse cuenta, Enrique ha sobrevivido a su primera semana trabajando en una entidad intervenida. La primera víctima española de la crisis. Han cambiado muy pocas cosas. “La operativa sigue siendo la normal. El grifo está cerrado para todo lo que tenga que ver con el sector inmobiliario. Por lo demás, se atienden los servicios habituales”. Al menos, hasta que los nuevos jefes impuestos por el Banco de España digan lo contrario. De los anteriores, con el presidente Hernández Moltó a la cabeza, no tiene el gusto de conocer a ninguno.

14.  haciendo las maletas04/04/2009, 20:49 h.

Cada reventón cajeril merece una investigación a fondo de los fallidos,ya les adelanto lo que encontrarán: sociedades sin apenas recursos propios que por orden directa de arriba y saltándose cualquier evaluación de riesgos,recibieron para l que quisieran y sin supervisión alguna,cantidades que fácilmente multiplicaban por 50, 100 y 200 los RRPP de la sociedad prestataria, que muchas veces ha sido una vulgar pantalla para saquear las cajas. Probablemente estemos hablando del mayor atraco de toda la Historia, perpetrado por la venal clase política española.

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13.  SGCBRL04/04/2009, 18:31 h.

Sr.Molto , mire si es capaz de hacerlo , a los ojos de los 3000 empleados de CCM , y expliqueles que gracias a usted y a sus amigos de partido, se ponen en riesgo sus puestos de trabajo y el futuro de sus familias.
La única diferencia entre ellos y usted ,es que ellos siguen con su honradez y usted hace años perdió de su memoria el significado de la palabra "Honra".
Todos los refranes trabajan " El tiempo pone a cada uno en su sitio " Usted ya sabe cual debe ser el suyo.

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12.  PJCM04/04/2009, 16:00 h.

El Banco de España abrirá un expediente sancionador al antiguo Consejo de CCM, que puede terminar, como máximo, en una falta muy grave, sancionada con una multa de 150.000€ y la inhabilitación durante 10 años para ocupar cargos directivos en entidades financieras.

Así quieren tapar el agujero de CCM.

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11.  Prometeo04/04/2009, 14:56 h.

Franvero #2 : A su pregunta esta es la respuesta: Hace mucho tiempo que el Banco de España ha perdido el norte. Tanto como el que dista del momento en que los profesionales se someten al poder político porque, no se olvide, los que toman decisiones son personas; y los que se someten a cualquier cosa, aunque sepan que no es seria, también lo son. Pero si no se mira para otro lado lo que puede suceder es que a uno le pongan a mirar a la pared. Es decir, o estás con nosotros o contra nosotros. Luego, cada uno decide.

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10.  cigarrales04/04/2009, 14:30 h.

Al final somos los usuarios los que pagamos siempre el pato..

Aqui hay algunos datos interesantes de lo que pasó

http:www.fusionccm.blogspot.com

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