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Wall Street se hundió un 6% el miércoles y ayer no lo hizo mejor, todo lo contrario. Los datos del paro semanal en Estados Unidos han sido los encargados de provocar otro amanecer teñido de rojo después de dispararse hasta máximos de 16 años. Además la preocupación por el colapso del sector del automóvil sigue creciendo y arrastraba las acciones de los principales fabricantes del país, que tiraba hacia abajo de la bolsa. Sin embargo, la exigencia del Congreso de adoptar medidas para evitar la quiebra de los grandes del sector de la automoción ha calmado algo los ánimos.

El Dow Jones de Industriales ha perdido finalmente un 5,56% que suma a la caída del 5% registrada el miércoles, mientras que los recortes del S&P 500, que se dejó más de un 6% en la víspera, se elevan al 6,71%, perforando los mínimos de 2002 y cayendo al nivel más bajo desde 1997. Tampoco el tecnológico Nasdaq se ha librado de la desconfianza de los inversores y se deja al cierre un 5,07%.

A primera hora destacaban las caídas de General Motors, sus acciones, que el miércoles se dejaron un 10%, se hundían más de un 30%. Sin embargo, conseguían rebotar prácticamente el mismo porcentaje aunque finalmente han firmado una subida del 3,23%. El que no ha logrado terminar en positivo ha sido Ford que ha recortado un 0,47%. Y es que los inversores se encuentran muy preocupados por el futuro de la industria automotriz estadounidense, después de que los consejeros delegados de General Motors, Ford y de Chrysler, y del presidente del Sindicato Unido de Trabajadores (UAW) de la Industria Automotriz, se fueran el miércoles con las manos vacías de Washington.

Las Tres Grandes de Detroit, que meses atrás recibieron del Congreso una línea de crédito de 25.000 millones de dólares para modificar sus productos y hacerlos más eficientes y competitivos, solicitaron al Senado otros 25.000 millones de dólares en préstamos de emergencia. Por su parte, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, decidió postergar, sin fecha definida, la votación prevista para hoy del plan de rescate de la industria automotriz al no tener los demócratas los votos suficientes para garantizar su aprobación.

Importantes también las pérdidas del sector financiero que han alcanzado el 26% en el caso de Citigroup, por debajo de los 6 dólares, algo que no ocurría desde mediados de los años 90, a pesar de que el príncipe Alwaleed de Arabia Saudí aumentó hasta un 5 por ciento su participación en el grupo bancario. La entidad, que el lunes anunció que recortará unos 50.000 empleos en todo el mundo, ayer volvía a desatar las alarmas después de anunciar que rescatará los activos incluidos en los vehículos de inversión estructurada (SIV) que asesoraba y cuyo valor asciende a 17.400 millones de dólares. Pero no ha sido el único banco que ha caído con fuerza en la penúltima sesión de la semana. JP Morgan ha cedido un 17,8%, Morgan Stanley más de un 10%, Bank of America algo más del 13% y Sovereign un 15,10%.

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