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Curioso este Emilio Botín de mis entretelas. Cada vez que tiene que realizar una operación inmobiliaria de alcance ocurre lo mismo. Aparece el vecino del quinto, que pasaba por allí, y le vaya nada o casi nada en la historia, le endosa un paquetito de brick and mortar con suculentas plusvalías para el Santander. Y, mientras, los profesionales avezados con la boca abierta hasta los pies y preguntándose quién demonio les compensa por el tiempo y el dinero invertido en el proyecto. Que va a ser que nadie. La máxima, ya se sabe. Puja, puja que yo te aviso. Como el chiste. Eso se llama ir a por lana y salir trasquilado. Pero, ¿a quien le importa? El tiempo lo cura todo. Y hay que llevarse bien con quien hay que llevarse bien.

Ya ocurrió con la famosa manzana de la Plaza de Canalejas, con un comprador fantasmagórico del que poco o nada se ha vuelto a saber en el proceloso mundo inmobiliario. Y ha pasado una vez más con el bloque cinco de la mega subasta, las mil y pico sucursales donde, al final, los adquirentes son unos especialistas en restructuraciones de empresas en dificultades que, como todo el mundo sabe, son el perfil obvio para una operación de estas características, infectada de retail. ¡Como no habríamos caído en la cuenta antes! Falta de visión periférica, que dirían las escuelas de negocios. Sólo Amancio Ortega, que parece perdona y hasta olvida ya el affaire Unión Fenosa, ha acudido a la llamada de los inmuebles más golosos de la cartera de la entidad, bloques dos a cuatro. Y es que dinero llama a dinero y, si te he visto, no me acuerdo: pájaro que vuela a la cazuela. Aunque sea a rentabilidades que apenas rozan el 5%.

Sorprende la transacción, no sólo por el perfil del adquirente, sino por la resolución última del proceso en el que parece ha primado más la aceptación de las leoninas condiciones por parte del comprador que la maximización del precio del vendedor. Es lo que tiene el querer nadar y guardar la ropa. Que hay que encontrar quien se la sostenga a uno, la ropa, mientras disfruta del baño. ¿Y mientras? Bueno, ya lo dice Buffet: sólo cuando baja la marea, se descubre quien estaba desnudo. Pues eso. Drago y su gestora Mare Nostrum, -más bien sus socios que son los que se llevan, a título personal, el contrato de servicing, aroma de Pujol-, y los fondos ingleses finalmente embaucados, Pearl y Sun, que esto más que una compra parece una novela de Steinbeck, han transigido con la facultad parcial que se reserva la entidad cántabra de rescindir un porcentaje de los alquileres a partir de una determinada fecha y con la ausencia de cláusulas que garanticen el incumplimiento parcial o total del Banco de Santander. O confías mucho en la otra parte, que ya es confiar en una transacción de este alcance, o has puesto tu seguridad jurídica a los pies de los leones. Más riesgo, ¿igual rendimiento? Raro, raro. Que me expliquen donde está la letra pequeña de este acuerdo, por favor.

Queda la Ciudad Financiera. La carta del apóstol San Pablo a los Romanos lo dice claramente: “que vuestra caridad no sea una farsa; aborreced lo malo y apegaos a lo bueno”. Esa puede ser la premisa última del adquirente de los edificios de una Boadilla del Monte, que ambiciona convertirse en el corazón financiero, no sólo de Europa, sino del mundo mundial. Y esperen a los vuelos espaciales. Por ejemplo: ¿por qué no un Charity Trust o vehículo especial –de los tan denostados hoy día- que cuelgue bajo una institución de reconocido prestigio y permita aportar la estructura financiera necesaria para sacar el activo del balance del Santander y revertirlo con el tiempo, cuando sea necesario? Por dar ideas. Encubrir un fracaso parcial bajo la forma de una operación singular. Y todo de color de Rosa. Marca de la casa. Claro que, para ello, se necesita otro vecino del quinto que se pase por la sede de la entidad en Madrid. Allí le esperan con los brazos abiertos. Ref. don Emilio-Boadilla. ¿Ciencia Ficción? Como siempre. Como nunca.

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@S. McCoy

Experto financiero que escribe Valor Añadido. Es un incisivo analista que despertó el interés de nuestros lectores con sus brillantes y didácticos artículos sobre empresas, sectores y tendencias del mercado.

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