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Euskal Kirol Apostuak, una de las siete empresas que aspira a obtener una licencia de apuestas en el País Vasco, ya ha abierto locales en las calles de Bilbao. Tan seguros están sus responsables de que una de las autorizaciones será para ellos que han invertido también cerca de un millón de euros en desarrollar una máquina 'made in Euskadi' para gestionar quinielas y otros juegos en bares y en los establecimientos que tienen previsto poner en marcha por toda la Comunidad. No en vano, Euskal Kirol Apostuak es una sociedad conformada por unas 100 empresas vascas de recreativos y cuenta con el apoyo técnico de Ibermática, una firma controlada por Kutxa y presidida por el ex consejero del Gobierno de Vitoria José Luis Larrea.

La industria de las tragaperras ha estado muy cerca del poder en Euskadi. En los años ochenta, muchos empresarios del sector admitieron haber aportado cantidades al PNV a cambio de unas 2.500 licencias para poder instalar máquinas en bares y cafeterías. José Joaquín Portuondo, el entonces director del Departamento de Juego del Gobierno Vasco, el mismo que debe fallar ahora el concurso de las apuestas, fue finalmente cesado al aparecer implicado judicialmente en este caso junto a otros tres altos cargos peneuvistas. Todos fueron exculpados por falta de pruebas, ya que la documentación había desaparecido de manera misteriosa de los archivos del Ejecutivo.

Esta vez el Gobierno Vasco tiene previsto conceder tres licencias para casas de apuestas a través de un concurso al que se han presentado un total de siete empresas. Además de Euskal Kirol Apostuak, se han interesado los gigantes catalanes del juego Cirsa (aliada a la multinacional Ladbrokes) y Codere, pequeñas empresas locales de máquinas recreativas como Elga o Gesmak, el gigante de loterías de Grecia Intralot o la organización de pelotaris Aspe Pelota, que ya organiza pequeñas apuestas en los frontones vascos.

Cirsa es el que apuesta más veces, ya que participa directamente en una de las ofertas e indirectamente, a través de su representante José María Makua, en otra (Apuestas del País Vasco). Makua es hijo de un ex diputado general de Vizcaya y está relacionado directamente con los casinos de Bilbao y San Sebastián, los únicos que existen en Euskadi.

Los tres adjudicatarios podrán abrir hasta 25 salas de juego en las calles de las ciudades vascas y colocar máquinas de apuestas deportivas en bares, restaurantes, hoteles y casinos. Además, podrán operar en Internet, lo que de hecho ya realizan compañías asentadas en países en los que el juego es legal, como el Reino Unido o Chipre.

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