Los consejos de administración de las cajas de Catalunya, Tarragona y Manresa aprobaron ayer por unanimidad la fusión de las tres entidades en una sola institución que se convertirá en la cuarta caja de ahorros de España (después de La Caixa, Caja Madrid y Bancaja) con unos activos de más de 81.000 millones de euros y que presidirá, los dos próximos años, el ex vicepresidente del Gobierno Narcís Serra. Un comunicado conjunto de las tres cajas señalaba, ayer por la tarde, que “el proceso iniciado tiene como objetivo final crear una nueva entidad que, bajo una nueva marca, nacerá con vocación de liderazgo económico y social en Catauña y el resto del Estado”.

La nueva institución, que será la cuarta de España por volumen de activos, tendrá una nueva denominación, “aunque se permitirá, temporalmente, identificar de alguna forma a los territorios de origen” y su sede residirá en la plaza Antonio Maura de Barcelona, donde está asentada actualmente la Caixa de Catalunya. El peso relativo que tendrá cada una de las cajas que se fusionan no corresponde exactamente a su peso en la aportación de activos, tal y como había publicado El Confidencial (ver noticia): Caixa Catalunya tendrá alrededor de un 60% y las otras dos se reparten el resto del peso a partes iguales: aproximadamente un 20% cada una. Otra cosa es la Obra Social, parte importante de la actividad de las cajas: Caixa Tarragona y Caixa Manresa tendrán un 15% cada una y el resto será gestionado por la nueva entidad. Evidentemente, el peso de Caixa Catalunya en este segmento de actividad será determinante.

La Asamblea general va en la tónica del reparto de poderes entre las tres entidades: el 58,6% será de la Diputación de Barcelona, fundadora de Caixa Catalunya, mientras que el 20,7% será de la Diputación de Tarragona y el 20,7%, de corporaciones y entidades vinculadas a Caixa Manresa. Los 160 miembros de la asamblea se distribuyen, así, entre 56 de corporaciones y entidades fundadoras (34 de la Diputación de Barcelona, 12 de la Diputación de Tarragona y 10 de entidades vinculadas a Caixa Manresa), 24 de corporaciones locales, 60 de impositores y 20 de empleados.

El consejo de administración estará formado por 21 miembros, de los que 8 corresponden a impositores, 7 a representaciones de las corporaciones y entidades fundadoras (4 de la Diputación de Barcelona, 2 de la de Tarragona y uno de entidades vinculadas a Caixa Manresa), 3 a corporaciones locales y 3 a empleados. La comisión ejecutiva será. igualmente proporcional: 11 miembros con 3 de la Diputación de Barcelona, uno de la Diputación de Tarragona, uno de entidades de Caixa Manresa, uno de corporaciones locales, 4 de impositores y uno de empleados.

En resumen, un reparto de poderes que trata de contentar a todos pero que hace perder peso efectivo a Caixa Catalunya, en el ojo del huracán porque tiene una mayor tasa de morosidad que las otras. Y este detalle no es baladí, porque la tasa va en función de los activos de la entidad, lo que la hace, a ojos de los expertos, más vulnerable. No obstante, con el reparto de responsabilidades queda subsanado este problema, al menos de momento. Las cajas de Tarragona y Manresa también han visto compensada su aportación con un mayor peso relativo en las comisiones de Control y de Obra Social, donde, juntas, igualan a su socia Caixa Catalunya en representantes.

Lo importante, según las fuentes consultadas  por El Confidencial, es que se ha logrado la gran fusión de Cataluña. Un detalle a tener en cuenta es que las tres cajas fusionadas son de esta comunidad, donde a las autoridades financieras les interesa tener una corporación potente al margen de La Caixa, la primera entidad del Estado por volumen de activos y la que controla el mayor grupo industrial. La Generalitat apuesta por crear la marca Barcelona para hacer de la capital catalana un aplaza de referencia en el panorama financiero internacional. Otra cosa será la compensación que tenga que realizar el Estado, a través del FROB, para materializar la operación. Las cifras no están atadas todavía, ya que falta atar los flecos del plan de integración, pero los indicios que hay prometen sorprender por su volumen.

2.  Gelabert de Cruïlles14/10/2009, 15:40 h.

#1 Eso será el día que el estado español no recaude los impuestos que se pagan en Catalunya.

Por ahora, ese estado nos arramba cada año, uno tras otro desde la noche de los tiempos y sin que se vea el final el 10% del P.I.B. que produce Catalunya, unos 20.000 millones de euros, que se van y ya no vuelven, así que menos lobos Caperucita.

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1.  cayeros14/10/2009, 13:09 h.

¿Qué es eso de la 'compensación' que debe hacer el Estado? ¿No son Cajas Catalanas que no quieren nada con España? Pues que se las arreglen como puedan con la Generalitatttt. Nosotros seremos pobres pero trataremos de vivir con decencia.

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