Estaba prevista su apertura a finales de año, pero a día de hoy Sacyr ignora cuándo la podrá inaugurar. Las obras de la autopista de peaje de Las Pedrizas, el nuevo acceso viario a Málaga que minimizaría los atascos de acceso a la Costa del Sol, se encuentran “ralentizadas”. Un portavoz de la constructora negó a El Confidencial que los trabajos estuvieran “paralizados”, aunque la actividad en la zona es nula. Ni siquiera en Sacyr saben cuánta gente está trabajando en la infraestructura, apenas acabada en un 30%, el porcentaje del que informa la propia empresa.

Sacyr, concesionaria de esta autopista por un importe de 367 millones de euros, luego presupuestada en 560 millones de euros, logró la adjudicación a finales de 2006 pero no fue hasta febrero de 2008 cuando empezaron las obras. La ex ministra de Fomento Magdalena Álvarez impuso este modelo de autopista de peaje, que consta de un recorrido de 24,5 kilómetros y que aliviaría el tránsito de la autovía A-45, inaugurada en 1992 y de apenas dos carriles. La A-45 es ahora el único paso por carretera posible desde el interior de España a Málaga y toda la Costa del Sol.

Cuando Álvarez llegó a Fomento en 2004 se encontró encima de la mesa con otro proyecto alternativo al de la autopista de peaje, unido al de la hiperronda, la segunda ronda de circunvalación de Málaga. Incluso ya estaba culminado el informe de impacto medioambiental. Le faltaba sólo la  adjudicación de la obra. Pero ‘Maleni’ optó por cambiar el modelo. El PP denunció que la ex ministra lo hizo sólo porque era un proyecto heredado por el equipo de su antecesor, Francisco Álvarez Cascos.

Sin crédito ni aval

La falta de liquidez de Sacyr es la causa fundamental de este parón sin fecha de caducidad. La constructora no ha logrado ni el crédito financiero o el aval necesario para rematar la obra. “Vamos a intentar terminar la autopista y acabar este problema cuanto antes”, señaló a este diario un portavoz de la compañía, que quiso ofrecer un mensaje tranquilizador: “Estamos trabajando para solucionarlo: es un tema coyuntural”, resaltó.

Sin embargo, la constructora se ha visto atrapada por la crisis financiera. Las entidades de crédito no conceden avales y la constructora que preside Luis del Rivero no es precisamente una excepción. En el contrato firmado por la concesionaria de la infraestructura, Autopistas de Guadalmina, que es la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Sacyr, Itinere Infraestructuras (filial de la anterior) y Gea 21, se incluía una cláusula por la que las tarifas descenderían tras superar los ingresos previstos para el peaje. También es la compañía la que asumirá las pérdidas en el caso de que no se logren los beneficios previstos para el periodo de explotación (hasta 2042).

La tarifa será de 1,8 euros de media (aunque esta cifra aumentará en Semana Santa y los meses de verano). Está previsto que circulen por esta infraestructura, que incluirá 15 puentes y tres túneles, más de 17.000 vehículos al día solamente en el primer año de funcionamiento. Los usuarios podrán circular a 120 kilómetros por hora en el 94% del recorrido.

3.  Lalo Pizarro05/09/2009, 13:37 h.

Por definición una autopista de peaje la financia el propio licenciatario no el gobierno a cambio se le concede un plazo de explotación, normalmente 30 años para que mediante los peajes retorne la inversión y el correspondiente beneficio. Es evidente que si la situación económica cambia a peor como es el caso las primeras obras que se paralizan son estas, nadie quiere enterrar dinero en algo que no funcionará en condiciones hasta que la situación se normalice.

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2.  Miramiron05/09/2009, 10:53 h.

Esto es un anticipo de lo que ocurrirá con el Canal de Panamá, y ese tipejo del Rivero.
Empieza licitando muy por debajo del coste, para así poder adjudicárselo, luego detiene su ejecución diciendo que a ese precio no puede llevar a cabo el proyecto, sube el precio al doble, comienza la ejecución y la vuelve a detener diciendo que necesita financiación, justo en el momento en que el fiasco ya está empantanado.
A todo éso, acaba ejecutando el proyecto sin poner ni medio euro, y quedándose con los beneficios. Muchos proveedores morderán el polvo.

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1.  taraza05/09/2009, 09:56 h.

Cavilaciones de un peatón: El Gobierno aparta 600 millones para hacer una obra. La empresa constructora comienza la obra. Y a medio camino, para los trabajos porque dice que no tiene dinero y que los bancos no le dan crédito.
Entonces, o bien aquellos 600 millones no están "apartados" para hacer la obra, los bancos lo saben, y no se fían del Gobierno, o bien la empresa constructora está tratando de engañar a la Administración, para conseguir que la Adminitración haga las veces de banco, y financie a 0 interés.
O bien... ¡cualquier cosa!
Políticos y peces gordos componen líos "imcomprensibles" para la gente normal.

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