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El ministro de Industria, Miguel Sebastián (Efe).

Consciente o no del agravio, lo cierto es que el ministro de Industria, Miguel Sebastián, aseguró la semana pasada durante una entrega de premios que a finales de este mes tendrá un encuentro con representantes de las eléctricas para abordar el problema. Reconoció que la situación no es sostenible, en tanto el saldo negativo que acumulan las compañías eléctricas supone 1,5 veces el propio presupuesto del Ministerio.

“Que se financie también con recursos públicos -se apunta desde una compañía-. Tendría más sentido que el respaldo a las entidades financieras. No en vano el déficit de las eléctricas es algo que van a pagar los consumidores vía tarifa durante los próximos 15 o 20 años. Evitarlo sí que sería mirar por las familias”. Y es que los consumidores no dejan de pagar ese déficit que acumulan las eléctricas, una vez reconocido: lo hacen en cada factura de la luz, sólo que en lugar de abonarlo de golpe, lo hacen en cómodos plazos, como un crédito a largo. Porque las eléctricas tampoco se quedan sin cobrarlo: capitalizan la deuda mediante la titulización de esos activos, con la Ley Eléctrica como garantía del préstamo.

¿Por qué la urgencia para solventar el entuerto? Sobre todo porque las subastas no resuelven el problema en un escenario de restricción de la liquidez. “La última no ha tenido ni pies ni cabeza”, aseguran fuentes del sector. La tercera subasta del déficit, por la que se pretendía colocar 3.825 millones de deuda, fue declarada desierta ante el cierre de los mercados y a la extrema dificultad para los potenciales participantes en conseguir financiación, según admitía el día 30 la Comisión Nacional de la Energía (CNE). Fuentes del sector aseguran que “el Gobierno ha obviado la realidad de los mercados energéticos y ha generado desconfianza en los mercados. Además de obligar a cuatro empresas a cargar con la financiación de un déficit de 6.000 millones de 2008 y 2.000 millones de 2006 por vacío normativo”.

Inversiones en peligro

No era la primera vez que sucedía. La primera subasta, celebrada en noviembre de 2007 y con los mercados en mejor forma, también quedó desierta después de que únicamente presentaran ofertas el Santander y la BBK. Sólo en la segunda se lograron colocar 1.300 millones. También abona la necesidad de solucionar ese lastre la dimensión que ha alcanzado. Nadie esperaba en 2000, cuando el PP puso en marcha el modelo, que llegar a las cuantías que ha llegado. “Sólo este año el agujero podría superar los 10.000 millones”, se apunta desde el entorno de una eléctrica. En principio, el déficit ex ante reconocido para 2008 es de 4.750 millones de euros. Además, “pone en riesgo las inversiones de las empresas”, añaden; según los últimos datos facilitados por la patronal Unesa, alcanzarán en España los 22.390 millones entre 2007 y 2011.

¿Qué puede salir de la cita que promueve Sebastián? “El único camino que puede recorrerse es el de la liberalización de las tarifas para clientes domésticos, que sea efectiva como muy tarde en enero de 2009, para cuando está prevista. Las compañías luego pueden moderar la evolución de las tarifas, teniendo en cuenta la situación económica. No se trataría de ningún enguaje contra la competencia, simplemente de sensibilidad”, se concede en el sector. Desde Industria, se limitan a subrayar que se están cerrando las agendas para la celebración del encuentro, sin facilitar más datos sobre la propuesta que el Ministerio pondrá sobre la mesa.

Compensar el déficit tarifario implicaría, según las cuentas que hacen las propias eléctricas, acometer una subida de la luz en el entorno del 25%, un planteamiento que el propio sector reconoce que es “políticamente inaceptable”. En julio, el precio de la electricidad subió un 5,6% de media, un alza adicional al 3,3% en que ya se incrementó la luz a principios de año. Entonces, a expensas de cerrarse los Presupuestos Generales del Estado, se especuló con que estos podían aligerar la tarifa –liberando espacio para sufragar el déficit tarifario- desviando a las cuentas públicas partidas como las primas a la energías a las renovables –algo que no sería considerado por Bruselas ayuda de Estado- o las subvenciones a los generadores de purines. Sin embargo, apenas cuatro meses después y según avanzan los efectos de la crisis, el margen de los Presupuestos se reduce por momentos.

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