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Santiago Gómez y Juan Moreno. (Efe)

CajaSur celebra este viernes una asamblea general ordinaria que llevará a cabo la renovación de más de la mitad de los consejeros generales que la integran. Asamblea que se produce en medio de una profunda crisis en la entidad “que hace vislumbrar en el horizonte una oleada de despidos”, según han asegurado a El Confidencial fuentes cercanas a la caja cordobesa.

Portavoces oficiales de la entidad han negado a este diario el conocimiento de planes de recortes de plantilla más allá de “un antiguo plan de jubilación voluntaria anticipada renovado el consentimiento de los sindicatos hace dos meses”.

Ciertamente, los resultados del primer trimestre que ha presentado la entidad no invitan al optimismo. CajaSur ha sido la segunda caja de ahorros española cuyos beneficios antes de impuestos han caído más, un -66,68% hasta marzo a nivel consolidado, sólo por detrás de Caja Granada. También ha descendido su actividad financiera, el cobro de comisiones y su actividad ordinaria. Por el contrario, han crecido un 50% la pérdidas por deterioro de activos y un 8% los gastos generales. “Los paganos de los excesos del pasado vamos a ser ahora los empleados”, reconoce un trabajador de la entidad.

Por si todo esto fuera poco, las tensiones entre Santiago Gómez Sierra, el presidente y Aurora Atoche, la representante de la obra social -un área vital para una entidad controlada por la Iglesia- se hacen cada día más patentes, según aseguran distintas fuentes de la entidad consultadas. “Se ha intentado romper lo que durante años levantó Castillejo y sus beneficiarios se han revelado a la voz de ‘qué hay de lo mío’, lo que coloca al presidente en una posición muy complicada”, explican.

"Incertidumbre funcional"

No lo tiene mucho más fácil Alfonso Tolcheff Álvarez, el primer director general que no procede de la plantilla de CajaSur, sino del mundo financiero. “Desconoce el modus operandi tan sui generis de esta casa. Su gran error ha sido no saber valorar dónde se metía cuando vino aquí”, confiesan las fuentes. Es un secreto a voces la mala relación que mantiene también con el presidente Sierra.

El acto de hoy pretende escenificar la ruptura total con el pasado, con la era Castillejo, cuando CajaSur era conocida como “la caja del cura” y la vuelta al redil de la Junta de Andalucía firmada en diciembre de 2004 a través del llamado Pacto de Santa Lucía. Dicho Pacto ponía fin a la guerra abierta en 1999 entre la caja y la Junta.

En los acuerdos alcanzados entonces se enmarcan los movimientos que lleva acometiendo la entidad en los dos últimos años, tales como el cambio del presidente, la renovación de los órganos de gobierno, o el recorte de privilegios de los consejeros curas acorde con la Ley de Cajas de la Junta de Andalucía.

En esta línea, CajaSur ha comenzado a ejecutar un fallido cambio del organigrama. “Únicamente se ha modificado el primer nivel, el que corresponde al director general y a 12 jefes de área. Todo lo demás se encuentra en un estado de incertidumbre funcional”, añade un empleado que prefiere mantener el anonimato.

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