A jugar por los resultados publicados en tecnología hasta la fecha, es difícil de justificar el buen comportamiento que ha tenido el sector en la primera mitad del año, periodo en el que ha batido al S&P500 en un 28%. Desde el 9 marzo, cuando se marcaron los mínimos el año, tech ha subido cerca del 60%.

Nokia sufrió su mayor debacle en cinco años al perder un 15% tras reducir su guidance en márgenes y a una caída en sus precios medios de venta (había subido un 60% en el año). Sony Ericsson también anunció un fuerte descenso en sus ingresos. El fabricante de servidores Sun Microsystems, que está siendo adquirido por Oracle, también publicó unas caídas en ventas superiores a lo esperado. Dell asimismo fue castigado al anunciar que los márgenes seguían un trimestre más a la baja. Microsoft sorprendió con la primera caída en ventas de su historia. La nota positiva la dio Intel al ofrecer unos resultados muy sólidos.

Según la consultora Gartner, el gasto global en tech descenderá este año un 6%, pronosticando que entre el 2008 y el 2013 crecerá menos de un 2% anual. El sector, que llegó a alcanzar más del 35% de la capitalización total del mercado en el 2000, en la actualidad representa un 19%.

¿A qué se debe entonces este optimismo con el sector? Para empezar, al carecer de deuda, el balance de estas compañías está muy saneado. También está considerado como un buen hedge contra la inflación gracias a la corta vida útil de sus productos y de ser muy sensible a un repunte en el gasto corporativo. Además, el próximo lanzamiento del Windows 7 es visto por muchos como el próximo catalizador.

Sin embargo el mercado ha descontado una recuperación demasiado rápidamente y esto tiende a provocar decepciones. Las previsiones que se marcaron en abril, en pleno ambiente de pánico, fueron muy bajas lo que ha permitido que puedan batir ahora fácilmente algunas compañías, como ha sido el caso de Intel. Para la segunda mitad del año las expectativas serán más altas y no será tan fácil sorprender. Según declaraba recientemente el presidente de NEC Electronics, llevará a los semiconductores dos o tres años para recuperar la normalidad. No parece muy sensato perseguir este sector por el momento.

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