Rudolph Giuliani estuvo el jueves en Madrid. Llegó, charló y triunfó a tenor de los aplausos de despertó en el auditorio del Palacio de Congresos, donde más de un millar de personas se estremeció con su testimonio sobre el atentado del 11-S y escuchó con las orejas bien abiertas sus recetas para salir de la peor crisis que enfrenta la humanidad desde la Segunda Guerra Mundial.

Giuliani habló alto y claro. Sin pelos en la lengua. Mostró abiertamente su desacuerdo con las políticas de estímulo económico de Obama y, en especial, con su política de gastos. "No creo que el crecimiento económico nos vaya a sacar del problema. Lo que creo honestamente es que lo que está haciendo no es relevante, pero espero estar equivocado porque es Obama quien lleva ahora las riendas", fueron sus palabras.

A sus 65, este neoyorkino (Brooklyn 1944), nieto de inmigrantes, habla con conocimiento de causa. Cuando en 1993 fue elegido alcalde de Nueva York por el partido republicano, heredó un déficit de 2.300 millones de dólares que consiguió transformar en superávit gracias al recorte del gasto público y la bajada de impuestos. Su imagen de líder, sin embargo, se forjó gracias a su templanza y firmeza a la hora de tomar decisiones en uno de los acontecmientos más trágicos de la historia de Estados Unidos: los atentados contra las Torres Gemelas en septiembre de 2001. Giuliani se convertía en el ‘Alcalde de Estados Unidos'.

Personaje del año por la revista Time en 2001 y nombrado caballero honorario del Imperio británico por la Reina Isabel II, se graduó cum laude en Derecho por la Universidad de Nueva York en 1968. Su preferencia por la acusación frente a la defensa le llevó hasta la oficina del fiscal de distrito de Nueva York, desde donde dio el salto a Washington. Con 37 años, se convirtió en asistente del fiscal general de Estados Unidos y dos años más tarde se convertía en el fiscal del Distrito Sur de Nueva York.  Su carrera estuvo marcada por una férrea lucha contra el crimen, el narcotráfico y la corrupción -ganó 4.152 casos y sólo perdió 25-. Esta misma lucha estuvo presente durante su mandato al frente de la alcaldía de Nueva York (1993-2002), donde la educación y el desarrollo económico también fueron pilares centrales de su política.

Líder en medio del caos

Apenas tres meses antes dejar el mandato como alcalde, presenció y gestionó la crisis nacional que surgió a raíz de los atentados del 11-S, un acontecimiento que cambió completamente su manera de ver la vida, pero también su manera de enfrentarse a la crisis. “El mejor consejo que puedo dar ante una situación como la vivida en 2001 en Nueva York es mantener la calma. Que la inmensidad de la tragedia no nuble tus decisiones. Controla las emociones y utiliza la razón”. “Pensé que era lo peor que habíamos visto nunca, no teníamos un plan de emergencia, pero la primera decisión no vino motivada por el pánico”.

Su experiencia en el 11-S, como en otras crisis anteriores, le ha permitido extraer las lecciones que, según explicó el jueves en Madrid, se pueden aplicar a la actual crisis económica. Una crisis que se gestó sobre la creencia de que los últimos cinco años de crecimiento económico se repetirían en el futuro y que se alimentó con el grifo de la financiación totalmente abierto y sin control.

“Se han violado las leyes económicas”, fueron sus palabras, al tiempo que criticó que tanto instituciones financieras como particulares participaran en operaciones sin conocer dónde se metían. “¿Cómo se han podido realizar operaciones sin conocerlas?, ¿cómo se puede prestar el dinero a alguien que no se conoce?”, se preguntaba Giuliani para quien la peor crisis de los últimos setenta años puede analizarse en tres niveles: el de las hipotecas subprime, el del crédito ilimitado para la compra de bienes de consumo y el del impacto de los dos primeros tenido sobre la economía real al permitir que las empresas realizaran acuerdos apalancados sobre crédito y sobre liquidez sobre la presunción de que la economía seguiría creciendo al ritmo de los últimos cinco años.

¿Cómo salimos de esto?

El auditorio del Palacio de Congresos esperaba con impaciencia la respuesta a la pregunta del millón: ¿cómo salimos de la crisis? Giuliani dio una  respuesta contundente. “Si el Gobierno no interfiere, la economía saldrá sola por sí misma. En el pasado hemos tenido crisis peores que ésta y hemos salido”. Y recurrió a la historia para sustentar tal afirmación. “La Gran Depresión fue una gran recesión que las políticas del Gobierno convirtieron en una Gran Depresión. El Gobierno de Estados Unidos intervino de la forma incorrecta. Si no lo hubiera hecho, se habría resuelto en cuatro o cinco años. En 1937-38, la depresión era peor que en 1930-31”, explicó el ex alcalde de Nueva York. 

"Es un problema en el que nos hemos metido por violar las leyes económicas y del sentido común y para salir de esto es necesario nuevas reglas. Necesitamos reducir el gasto gubernamental y una industria financiera regulada. Pero debe tratarse de una regulación relevante y flexible, que no viole las leyes fundamentales de la economía".

Habló sobre la necesidad de conocer al cliente y las operaciones que cada día se realizan en los mercados. Sin olvidar la transparencia, un requisito indispensable para mediar la efectividad y eficiencia de los planes estatales. Aunque todo ello, según Giuliani, debe ir acompañado un buen liderazgo en tiempos de crisis, que se basa en seis puntos claves: Tener convicciones sólidas -es necesario tener un plan con lo que queremos hacer-, ser optimista para superar la situación, tener valor y coraje -el hecho de que algo no haya funcionado en el pasado no significa que no vaya a funcionar-, estar siempre preparado para asumir un riesgo, trabajar en equipo y por último, buena comunicación -explicar a los demás lo que queremos hacer-.

Todas estas recetas han forjado la imagen de líder de Giuliani. Un republicano que ahora trabaja en la sombra de la oposición para otros compañeros de partido pero sin retorno político a la vista.

24.  Gurús Mundi24/05/2009, 12:40 h.

Quiero pensar que se trata de un error de interpretación o traducción [y no la ignorancia económica de un eminente abogado], pero la salida de esta depresión pasa, sí o sí, por un elevado crecimiento sostenido:

"Crecimiento y Deuda."

Salud y €.

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23.  dubar23/05/2009, 22:17 h.

Mira, sin se personaje del año ni mucho menos, la receta para salir de esta crisis es q grandes empresas, bancos y gobiernos hagan justamente lo contrario, pero lo contrario de todo lo q se les ha ocurrido hasta ahora y ya está.

Esto estaría solucionado o quizar nunca hubiese ocurrido pero es q la solución no conviene a los grandes intereses o sea q continuaremos camino al derrumbe de todo el sistema, guste o no, no se puede ir contra leyes naturales y de equilibrio universal.

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22.  25Aries23/05/2009, 20:39 h.

La conferencia del Sr. Giulliani hay que entenderla como una incongruencia y como pura ficción, porque, tras su intento de “taparse” bajo esa especie de figura de acusador y perseguidor de los “incorrectos violadores”, la realidad lo que prueba, demuestra y deja al descubierto es que, el Sr. Giulliani ha permitido y consentido, durante años, la violación de las normas y la formación de la mayor burbuja económico-financiera de la toda la historia de la humanidad que tan gravísimas consecuencias está causando al conjunto de la sociedad.

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21.  25Aries23/05/2009, 20:20 h.

Creo que Carlos Cano, para esta receta del Sr. Giulliani, no le cantaría aquella bonita canción suya que hablaba de quién “por un dulce de calabaza se volvió loca”, y que termina con “... agüita del avellano, tres salves y un padrenuestro, y la gracia de tus manos”.

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20.  25Aries23/05/2009, 20:05 h.

Por cierto, ¿se sabe cuánto nos cobró por tomarnos el pelo?

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