El rally de última hora ha caído en saco roto en Wall Street. El fuerte rebote del sector financiero, que permitía el cambio de tendencia a media sesión, no ha sido suficiente para que los principales indicadores estadounidenses hayan despedido la sesión al alza.

El Dow Jones ha retrocedido un 1,1%, el mismo porcentaje que el S&P 500 y el Nasdaq, en una jornada que ha estado marcada por una fuerte volatilidad y la indecisión y dudas de los inversores a los detalles aportados por el Tesoro estadounidense sobre el plan para estabilizar el sector bancario.

La apertura de Wall Street hacía presagiar lo peor. El mercado neoyorquino inició la sesión con una firme tendencia bajista, después de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no ofreciera en su comparecencia del martes ante el Congreso detalles específicos respecto de los planes de su Gobierno para mejorar la situación de los bancos.

El ambiente pesimista se intensificó antes de llegar a la media sesión y nada más conocerse nuevos datos desalentadores relativos al mercado de la vivienda en EEUU, que sigue sin dar muestras de recuperación. El ritmo de ventas de casas de segunda mano en enero fue el más bajo de los últimos doce años y los precios de ese tipo de vivienda han caído casi un 15% en un año, según la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios.

Para tratar de frenar el declive del mercado inmobiliario, el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, anunció que los estadounidense que a partir de ahora compren su primera vivienda tendrán una desgravación de 8.000 dólares en sus impuestos de 2008 o 2009, con lo que se pretende estimular la demanda.

La sólida tendencia bajista en Wall Street se atenuó a medida que se acercaba el cierre y una vez que se conocieron más detalles de la la evaluación que el Tesoro va a hacer de los 19 mayores bancos de EEUU, con el fin de determinar su capacidad para afrontar un empeoramiento de la crisis económica. El Programa de Asistencia de Capital (CAP, por su sigla en inglés) pretende examinar las necesidades de capital que tendrían las entidades con activos valorados en más 100.000 millones de dólares en el caso de que la situación económica se hiciera más precaria.

Si las autoridades reguladoras concluyen que una entidad necesita más recursos, tendrá seis meses de plazo para conseguir fondos privados o públicos, en este último caso a través de la venta al Gobierno de acciones preferentes que pueden convertirse en comunes en caso de necesidad.

El Departamento del Tesoro reiteró al detallar hoy su plan que la economía "funciona mejor cuando las entidades bancarias están bien gestionadas en el sector privado" y agregó que el objetivo del CAP no es que el Gobierno participe en la propiedad de las entidades, aunque eso pueda ocurrir de forma temporal.

Las acciones de los bancos incluidos en el Dow Jones de Industriales mostraron tendencias dispares y la subida de un 9% en Bank of America y del 3,4% en JPMorgan contrastó con la depreciación del 4% y del 3% que sufrieron los títulos de American Express y Citigroup respectivamente.

El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, que acudió por segundo día consecutivo al Congreso para ofrecer su análisis de la situación económica, en esta ocasión ante un comité de la Cámara de Representantes, manifestó que el Gobierno no nacionalizará Citigroup, aunque reconoció que podría hacerse con una participación minoritaria "sustancial" en esa u otras entidades en apuros.

Las acciones de General Motors se revalorizaron casi un 15% y cerraron a 2,55 dólares, un día antes de que presente sus resultados del cuarto trimestre de 2008 y en todo el año. Los bonos de deuda pública a diez años bajaban de precio y su rentabilidad, que se mueve en sentido inverso, subió al 2,93%.

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