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El que golpea primero, golpea dos veces. Como dos boxeadores, Gerardo Díaz Ferrán y Juan Jiménez Aguilar, vicepresidente y cabeza visible del sector crítico de CEOE, se estudiaban cuidadosamente desde hace meses. Y el presidente, sabiendo lo inevitable, ha decidido tomar el centro del ring y tener la ventaja táctica de golpear primero. En una carta remitida a los 21 miembros del Comité Ejecutivo de la patronal anuncia que en la reunión de mañana planteará la destitución de Jiménez Aguilar. La reacción en ese frente contrario al también dueño de Marsans no se hizo esperar, anticipando una guerra de imprevisibles consecuencias: “Gerardo tiene que haberse vuelto loco o tenerlo muy amarrado. Tiene más enemigos de los que cree dentro del Comité Ejecutivo. Y si es un salto en el vacío…”, asegura algún miembro de ese Comité que prefiere mantener el anonimato. Díaz Ferrán necesita mayoría en ese órgano para sacar adelante la propuesta.

Y es que la destitución de Jiménez Aguilar no es una decisión cualquiera. El vicepresidente es casi más antiguo en la casa que el mobiliario, y fue durante más de 20 años mano derecha de José María Cuevas. No es de extrañar que su peso y su ascendencia en la organización sea enorme. Por otra parte, no es la primera vez que Díaz Ferrán plantea sin éxito la marcha de Jiménez Aguilar. Ya en marzo intentó su relevo para nombrar número dos a José María Lacasa, responsable del ámbito internacional en CEOE y hombre con más de 30 años en la confederación. “Era una ilusión. Nunca lo hubiera sacado adelante en el Comité Ejecutivo”, asegura otro miembro de dicho Comité. Entonces Díaz Ferrán reculó; ahora no, y los órganos de dirección de CEOE van a tener que pronunciarse.

¿Qué argumentan fuentes empresariales próximas a Díaz Ferrán? Básicamente lo que indica la misiva en cuestión. “Lo que Gerardo pondrá sobre la mesa el miércoles es que en julio detectó presuntas irregularidades en el quehacer de Jiménez Aguilar y ha perdido la confianza en él.  En ese escenario no se puede trabajar”, aseguran. “Además, todo el mundo sabe que hay un sector en CEOE que desde hace meses le está haciendo la vida imposible a Gerardo. Hasta ahora él lo ha abordado de forma tranquila, pero a partir de ahora quiere contar con su equipo. Lo único que ha hecho en estos meses es cargarse de razón”, apuntan. No obstante, estas fuentes no quisieron entrar en detalle sobre la naturaleza de esas irregularidades.

Anomalías de la época de Cuevas

Según fuentes del interior de la propia organización que conocen lo que argumenta Díaz Ferrán en la misiva, “se trata de puros formalismos: cuestiones administrativas y anomalías relativas a un acta de 2003, fecha en la que todavía estaba José María Cuevas al frente de la organización. No es motivo suficiente para destituir a nadie. Es una simple excusa, propia de un escenario en el que se ha perdido completamente la confianza”. Dicho esto, ¿tiene los apoyos suficientes Díaz Ferrán para sacar adelante la destitución en la Junta Directiva? “Puede que no salga. La pregunta entonces sería otra. Porque si no sale adelante, ¿qué puede hacer Díaz Ferrán? Tendrá que irse o convocar elecciones”, aseguran estas fuentes, poniendo de manifiesto la trascendencia del órdago. “Además, no sé si se ha dado cuenta de que implica en su denuncia al propio Cuevas. Es lamentable ver que se agarrra a tres cositas administrativas como lo único que ha encontrado al investigar 20 años de gestión”, añaden.

El procedimiento ahora requiere que los vicepresidentes de la patronal decidan si elevan la propuesta de destitución a la Junta Directiva, que es la que tiene la última palabra. Todo tendrá lugar mañana. El mayor escollo está en el Comité Ejecutivo, órgano en el que Díaz Ferrán necesita un 50% de los votos, más el suyo de calidad. El Comité está compuesto por 21 miembros, entre ellos 14 vicepresidentes. Superado ese frente, la Junta Directiva es un órgano más amplio, al estar formada por el presidente y un número de vocales no inferior a 30. El propio Díaz Ferrán amplió estos órganos al nombrar cinco nuevos vicepresidentes en los primeros meses de este año. Lo que puede pasar es todo un enigma.

Fuentes de Cepyme, cuyo presidente, Jesús Bárcenas, ha sido uno de los más críticos con Díaz Ferrán, se limitaron a apuntar que la cuestión deberá analizarse en el Comité Ejecutivo en cuestión. Tampoco quisieron pronunciarse fuentes próximas a Santiago Herrero, el responsable de los empresarios andaluces, que disputó la presidencia de CEOE a Díaz Ferrán y que está en todas las quinielas para presentar su candidatura en próximas elecciones. “Hay que esperar al miércoles”, se limitaron a puntualizar.

En el fondo, el paso dado por Díaz Ferrán no debería sorprender a nadie. “Lo normal era que la pugna se enconase. Según se acerca la fecha de los comicios, cada parte va fijando sus estrategias y posicionándose; es decir, las tensiones se acentúan”, explican fuentes empresariales. Es más nadie contaba antes del verano con llegar con el status quo vigente hasta 2010, fecha en la que toca celebrar las elecciones. Y está claro que acertaban.

Problemas de fondo

El choque entre Díaz Ferrán y Jiménez Aguilar tiene mucho de personal y también mucho que ver con sus distintas formas de ver la organización. Desde la confederación se ha acusado a Díaz Ferrán de querer hacer de CEOE un lobby sectorial, algo que chocaría de lleno con las organizaciones territoriales. Los defensores del presidente han argumentado que su idea pasa más por recluir cada vez más la financiación al ámbito privado para evitar vivir colgado del Presupuesto del Estado, “como hacen los sindicatos”.

Además, muchos no creen compatibles las agendas de Díaz Ferrán como empresario y como presidente de CEOE. “La Confederación requiere dedicación exclusiva, como tenía Cuevas”, aseguran. Tampoco se ve con buenos ojos que el presidente de los empresarios españoles esté imputado -junto a su socio en Marsans, Gonzalo Pascual-por una presunto delito de estafa procesal, delito tributario, falsedad documental y desvío de fondos públicos tras la privatización de Aerolíneas Argentinas en septiembre de 2001.

Algunos ven en estos problemas de Díaz Ferrán una explicación de su falta de combatividad frente al Gobierno, en un escenario de crisis económica como el actual. “Seguro que no le debe ningún favor a nadie, pero no podemos dar esa impresión”, aseguran personas con altas responsabilidades en CEOE.

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