Santiago Fernández Valbuena, director general de Finanzas y Desarrollo Corporativo de Telefónica, ha sido nombrado este martes consejero independiente de Ferrovial para ocupar el puesto que ha dejado la renuncia de Eduardo Trueba Cortés. Así mismo, Valbuena se incorpora como miembro de la Comisión de Auditoría y Control en sustitución de Santiago Eguidazu, presidente de N+1, según ha informado la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Valbuena se incorpora al consejo de gobierno de la constructora en un momento clave. Ferrovial ha comenzado las negociaciones con los acreedores de la millonaria deuda de BAA para refinanciarla y aplicar unas nuevas condiciones. Para ganar tiempo, el grupo de la familia Del Pino ha firmado una línea de crédito de 9.500 millones de euros con 9 bancos con el objeto de evitar una crisis de liquidez.

Ferrovial lleva tiempo en una situación encallada. En enero de 2007 anunció a bombo y platillo sus planes de emitir bonos sobre BAA por valor de más de 12.000 millones de euros. Sin embargo, tuvo que dar media vuelta ante la crisis de crédito y la aversión de los inversores a los valores con alta deuda. La constructora ha logrado reducir por debajo de los 30.000 millones de euros la deuda neta financiera del grupo, aunque sigue multiplicando por seis su capitalización en bolsa.

El cerebro de Telefónica

El fichaje llega como agua de mayo a Ferrovial, inmersa en un complejo momento en los mercados. Fernández-Valbuena se ha convertido en los últimos años en uno de los más reputados diseñadores de operaciones corporativas y las consiguientes estructuras financieras con que iban respaldadas. Llevan su sello, por ejemplo, planes de recompra de acciones -que ha supuesto desembolsos próximos a los 10.000 millones de euros-, splits y dividendos del operador presidido por César Alierta. En febrero aprobó un nuevo plan valorado en más de 2.000 millones de euros.

También ha sido el artífice de la financiación de la compra de la británica O2, la mayor operación corporativa de una empresa española, aunque fueron dos de sus diseños españoles los que aportaron más valor a Telefónica. Primero, la compra mediante canje de títulos de la filial Telefónica Móviles y, por otro, el pago extraordinario de dividendo de 2 euros por acción -más de 1.300 millones de euros- de la otra filial, Terra Networks, antes de terminar absorbiéndola al año siguiente. Móviles e Internet son ahora las joyas del negocio de Telefónica.

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