Las bolsas asiáticas despiden la sesión con fuertes caídas. La sangría vivida ayer en Wall Street, especialmente dolorosa para el sector financiero, se ha traducido en una oleada de ventas en Asia. El Nikkei ha recortado un 3,5% hasta los 7.173 puntos, mientras que el Hong Kong, el Hang Seng ha perdido un 1,2% y el S&P/ASX 200 de Australia se ha dejado un 1,7%. El rojo se ha apoderado las principales plazas asiáticas excepto de Taiwán, que ha cerrado al alza. El índice MSCI Asia-Pacífico ha retrocedido un 1,6% y acumula ya una caída del 4,3% esta semana.

El peligro de bancarrota de General Motors y los temores a que su plan de viabilidad no sea suficiente para salvar a la compañía del colapso desataron ayer, una vez más, el pánico entre los inversores, que vieron una vez más cómo se hundía el sector financiero con Citigroup cayendo por debajo de un dólar por acción y con la revisión del rating de JP Morgan de perspectiva ‘estable’ a ‘negativa’.

Asimismo, la ausencia de un nuevo plan de estímulo económico en China decepcionó al mercado, que esperaba un fuerte incremento del mismo que permite a la economía del gigante asiático seguir manteniendo los ritmos de crecimiento de los últimos años.

En Japón, malas noticias en torno al sector automovilístico. Toyota ha anunciado que seguirá recortando la producción si no recibe fondos públicos, por lo que podría llevar a la quiebra a algunos de sus proveedores.

Los bancos también han caído con fuerza. HSBC se ha dejado un 2,1%, después de que haya visto recortado su precio objetivo ante los temores a que algunos de sus prestatarios no cumplan con sus obligaciones de pago con la entidad. El banco anunció el pasado 2 de marzo su intención de ampliar capital en 12.500 millones de libras, la mayor operación de este calibre en Reino Unido.

Mitsubishi UFJ Financial Group, el mayor banco japonés ha perdido un 4,3%, mientras que Mizuho Financial Group, el segundo, ha recortado un 4,3%.

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