Joaquim Coello ha decidido adelgazar la estructura corporativa de Applus, participada mayoritariamente por la firma de capital riesgo Carlyle. El presidente de la compañía de certificación ha decidido centralizar todas las funciones corporativas, repartidas en los centros de Barcelona, Madrid y La Coruña, y subcontratar su gestión a la consultora Accenture, que asumirá las divisiones de Sistemas, Recursos Humanos y Administración.

Este plan de ajuste, diseñado por la nueva dirección tras el mandato concedido por el consejo de administración, pretende obtener una reducción de costes que permita mejorar su eficiencia y rentabilidad. Todas las divisiones no estratégicas, agrupadas en las tareas de servicios corporativos, serán externalizadas, de manera que los costes fijos –vía estructura de personal, duplicada en algunos casos por el proceso de fusiones- se reduzcan.

Curiosamente, antes de la llegada de los nuevos accionistas (Carlyle, Investindustrial y Caixa Cataluña), el actual equipo directivo diseñó hace ahora once meses un proyecto, denominado Regata, por el que se puso en marcha un proceso de descentralización de algunas de las divisiones que ahora se ven afectadas. Toca deshacer parte del camino andado y recurrir a la modalidad del outsourcing para optimizar los recursos y cumplir con las exigencias de los nuevos dueños.

En principio, Applus tiene previsto ofrecer a todos los empleados afectados la posibilidad de incorporarse a Accenture, aunque para quienes no acepten las condiciones del cambio recibirán una indemnización de 45 días por año trabajado. De momento, no hay cifras exactas del número de empleados afectados por el plan de ajuste, según han confirmado fuentes del consejo, ya que antes se intentarán reubicar en otras áreas en crecimiento de la compañía.

El nuevo modelo de optimización de recursos opta por la sustitución de costes de personal propios por coste de proveedores, donde generalmente existe mayor flexibilidad para ajustar gasto. Como ejemplo, en Recursos Humanos, uno de los departamentos afectados, tienen un equipo de 28 personas, que probablemente quedará reducido a un equipo básico, según explican fuentes sindicales, que seguirá controlado por el director de esta área, José Delfín.

Mientras Carlyle ordena la casa de Applus por dentro, la compañía sigue su política de crecimiento vía adquisiciones. El pasado mes de enero, compró la escocesa MB Inspection, líder del mercado británico en ensayos no destructivos e inspección para el sector petroquímico e industrias afines, en lo que fue la primera adquisición desde la entrada del private equity en el accionariado. Por lo visto, hay 400 millones de caja para compras y ajustes.

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