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La Bolsa de Nueva York cerró hoy sin cambios una sesión en la que el entusiasmo inicial de los inversores sobre la crisis crediticia hipotecaria se vio neutralizado por las pesimistas declaraciones del consejero delegado del líder estadounidense del sector, Countrywide.

Según cifras disponibles al cierre de la jornada, el Dow Jones de Industriales, el indicador más importante de Wall Street, perdió 0,65 puntos, hasta los 13.236,13 unidades, lo que no llegó a suponer ni el 0,01 por ciento.

Igualmente, el mercado tecnológico Nasdaq registró un descenso de 11,1 puntos, lo que representa un 0,43 por ciento, hasta las 2.541,7 unidades, mientras que el selectivo S&P 500 cedió 1,57 puntos, un 0,11 por ciento, hasta las 1.462,5 unidades.

Por su parte, el tradicional NYSE avanzó 1,49 puntos, un 0,02 por ciento, hasta las 9.478,62 unidades, después de haber movido un total de 1.240,7 millones de acciones, frente a los 1.653,4 millones del Nasdaq.

De las empresas contratadas en el mercado neoyorquino, 1.653 subieron, 1.652 bajaron y 92 se mantuvieron sin cambios.

En el mercado secundario de deuda, el precio de las obligaciones a diez años subió, de manera que la rentabilidad -que se mueve de forma inversa- cayó un 0,02 por ciento, hasta el 4,62 por ciento.

A primera hora de la mañana, la sesión prometía una jornada de subidas, ya que los inversores mostraron cierto entusiasmo ante la noticia de que Bank of America había decidido invertir 2.000 millones de dólares en Countrywide, la mayor compañía de créditos hipotecarios de Estados Unidos.

Ello se interpretó como una muestra de confianza en la capacidad del sistema de superar la crisis de liquidez que atraviesa el sistema crediticio hipotecario del país, lo que hizo que la Bolsa neoyorquina subiera durante las primeras horas de contratación.

El alivio inversor acabó cuando precisamente el consejero delegado de Countrywide, Angelo Mozilo, defendió en una entrevista a la cadena televisiva de información económica CNBC que la crisis permanece y que inevitablemente terminará afectado a la economía estadounidense.

También fue un jarro de agua fría que la agencia Moody's advirtiera de que estudia bajar la calificación de la deuda de Countrywide, tal como había anunciado, y dejarla en el rango de "basura".

Al poco tiempo, las acciones empezaron a bajar, lideradas por las empresas manufactureras, así como las fabricantes de acero y mineras, y los principales índices pasaron a números rojos a mitad de la sesión.

Durante la tarde, los ánimos se fueron templando y, en general, los grandes índices terminaron planos o con leves pérdidas y con los inversores muy pendientes de los rumores sobre la posibilidad de que la Reserva Federal decida un recorte de los tipos de interés.

Pese a las fuertes inyecciones de liquidez acometidas por ese organismo (que solo hoy aportó 17.500 millones de dólares a distintos plazos), lo que los inversores realmente esperan es un recorte del precio del dinero.

Ello permitiría abaratar las cuotas mensuales de las hipotecas de los estadounidenses, reducir la morosidad y bajar, por tanto, el riesgo de los bonos de deuda vinculados a las hipotecas.

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