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Frustración. Esa es la palabra que define el estado de ánimo que reina entre Alberto Cortina y Alberto Alcocer, los Albertos, y sus respectivas familias a cuenta de la tardanza del Tribunal Constitucional a la hora de adoptar una resolución sobre el recurso de amparo por ambos presentado hace ya cuatro años y medio (2 de abril de 2003) contra la sentencia que les condenó a penas de cárcel por el llamado caso Urbanor.

La pareja se las prometía felices este verano, porque las noticias llegadas de los predios del alto tribunal indicaban su disposición a emitir un fallo, y además favorable, antes de finales de julio, lo que les permitiría irse de vacaciones sin la amenaza del ingreso en prisión. Una llamada a finales de julio, sin embargo, echó por tierra tan bellas perspectivas: el asunto se aplazaba hasta el otoño, en concreto hasta “finales de septiembre o primeros de octubre”.

A mediados de julio del 2003, la Sala Segunda del Tribunal Constitucional admitió a trámite el amparo solicitado por los famosos primos, fundamentado en la presunta prescripción de los hechos juzgados en el caso Urbanor. El Tribunal Supremo les condenó por estos hechos, el 14 de marzo del mismo año, a tres años y cuatro meses de prisión por estafa y falsedad en documento mercantil.

Desde entonces las familias viven en el desasosiego que es de imaginar, a pesar de saber que la ponencia, a cargo del magistrado Eugenio Gay, es favorable a sus tesis. El asunto, al decir de las fuentes, “está podrido”, y parece muy difícil sacarlo adelante a pesar de los poderosos apoyos con que cuenta la pareja, fundamentalmente provenientes del propio Monarca, que ha llegado en privado y ante hombres de la judicatura a pedir una pronta solución al caso “porque estos hombres ya han sufrido bastante”.

La situación es particularmente difícil para un hombre como Alberto Cortina, que desde hace años mantiene un perfil muy bajo, alejado de las poderosas amistades que distinguen a su primo Alcocer. “De lo que no cabe duda, al margen de cual sea la decisión que adopte, es que no se puede tener en esta situación de incertidumbre a dos hombres por un fallo judicial que era esperado hace ya tres años, en julio de 2004”, ha señalado a este diario una fuente cercana al alto tribunal.

Los Albertos estaban convencidos de recibir una decisión favorable del Constitucional antes de la Navidad de 2005, pero el tribunal dejó pasar las fiestas y siguió callado. El 12 de enero de 2006, este diario, citando fuentes cercanas a la defensa de los primos, informó que el recurso estaba pendiente de señalamiento para vista y decisión, y que, “de salir pronto, no lo hará antes de julio de este año”.

Desde entonces ha pasado ya otro año largo, y el misterio sigue. Sin duda, a los primos les ha perjudicado el increíble episodio, seguido por el Juzgado de Instrucción número 11 de Madrid, que les ha llevado a estar acusados de dos posibles delitos de denuncia falsa y falsedad de documento privado, presuntamente por ellos cometidos en relación con la carta falsa urdida para hacer creer que habían sido engañados por sus socios en Urbanor, Pedro Sentieri y Julio San Martín.

Hoy es un día importante para los Albertos, que estarán muy pegados al teléfono. En efecto, hoy tiene lugar la apertura del curso judicial, acontecimiento que, como todos los años, estará presidido por Su Majestad el Rey, que sin duda tendrá ocasión de conocer de cerca el estado de este polémico y escandaloso asunto.

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