Telefónica, la multa del siglo y el paroxismo de los reguladores

Jueves, 5 de julio de 2007 (Actualizado a las 13:16)

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Telefónica, la multa del siglo y el paroxismo de los reguladores

Telefónica

@Jesús García - 05/07/2007

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La situación roza el paroxismo y provocaría risas si no fuera por la inseguridad jurídica que refleja, por ejemplo, en el mercado de las telecomunicaciones en Europa. Resulta patético que el presidente de la Comisión Nacional de la Energía, Reinaldo Rodríguez, solicite para el organismo que dirige la multa de 151 millones que la Comisión Europea ha impuesto a Telefónica por abuso de posición dominante en el mercado de la banca ancha en España.

Es la muestra palmaria de la descoordinación existente entre España y la UE respecto al desarrollo de la competencia de los mercados y la ausencia de normas comunes que sirvan para que las operadoras sepan a qué atenerse.

El asunto va a pasar a los tribunales europeos, que en este caso deberían dilucidar algo más que una simple sanción, por muy alta que sea, ya que lo que está en juego es precisamente el terreno en el que deben mover los organismos reguladores y los supervisores de la competencia. Por lo que se ve, chocan o, simplemente, mantienen huecos tan grandes, que la pista queda libre hacia el desmadre interpretativo con la incertidumbre correspondiente.

Fue en 2003 cuando Wanadoo, controlada por el Estado francés, denunció a Telefónica ante Bruselas por abuso de posición dominante en el mercado español de banda ancha. Tres años después, en febrero de 2006, la CE abrió un expediente relacionado por un asunto de competencia, según explica Telefónica sin que impusiera medidas cautelares para paliar la situación.

La paradoja se produce cuando la CE pretende que Telefónica cumpla condiciones que, sin embargo, no son obligatorias para el funcionamiento diario de la operadora, según la CMT, que controla la política de precios de la empresa española en materia de precios y de banda ancha.

El resultado, de un modo o de otro, según la CE, es que Telefónica ha incurrido en prácticas contra la competencia durante cinco años imponiendo precios que considera abusivos por permitirles usar su infraestructura de banca ancha. La empresa, según la comisaria de Competencia, redujo la diferencia entre los precios mayoristas y los que cobraba a sus clientes de ADSL, de manera que sus competidores se veían obligados a incurrir en pérdidas si querían igualar los precios minoristas de Telefónica. Así, los precios de banda ancha son superiores en un 20% a la media de la Unión Europea de los 15.

Kroes le echa la culpa directamente a Telefónica, que podría haber rebajado sus precios mayoristas y dice que la CMT ha hecho bien su trabajo. La multa, muy superior a la aplicada a Deutsche Telecom, 12,6 millones de euros, y Wanadoo, 10 millones de euros por abuso de dominio, la justifica la Comisión en que parece que no resultaron suficientes para disuadir a Telefónica.

Es lógico que la empresa recurra ante el Tribunal de Luxemburgo y que la CE le sacuda la badana, pero la que resulta de todo punto extraña es la posición de la CMT asumiendo parte de las culpas, al tiempo que pone de manifiesto la descoordinación con Europa y el desastre regulatorio en España que, lejos de cumplir con su cometido, ha dejado en la indefensión a los consumidores. Sin duda, el mejor regulador- sobre todo si es español- es el que no existe. Los consumidores pueden gritar en voz alta "cuidado que vienen los nuestros".

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