Miranda de Ebro (Burgos), 17 jun (EFE).- Medio centenar de trabajadores de Garoña han recorrido hoy en bicicleta los 46 kilómetros que separan la central nuclear, enclavada en el Valle de Tobalina, y Miranda de Ebro para pedir la continuidad de la planta por otros diez años más.

La marcha ha partido de la instalación nuclear pasadas las 14.15 horas, y los participantes estaban equipados con una camiseta en la que se podía leer el lema ´Garoña, continuidad´.

Acompañados por varios coches y agentes de los cuerpos de seguridad, han llegado al municipio de Sobrón, donde han parado para comer unos bocadillos y fruta, antes de continuar hasta Álava y detenerse en Fontecha y Lantarón, donde han pegado carteles pidiendo la continuidad de la central nuclear burgalesa.

Poco después de las 17.00 horas, los ciclistas han entrado en Miranda de Ebro y se han dirigido directamente a la sede administrativa de la Junta de Castilla y León, para mostrar su solidaridad con los trabajadores de la papelera Rottneros, que llevan más de dos meses acampados en la zona en rechazo del cierre de esta empresa.

En el transcurso de la marcha, los trabajadores han lanzado gritos alusivos a la seguridad de la central nuclear y pidiendo el mantenimiento del empleo en la instalación nuclear.

La marcha ciclista ha coincidido con la visita a Miranda de Ebro de Gabriel Ruiz del Olmo, alcalde de Almonacid de Zorita (Guadalajara), localidad donde se encuentra la primera central nuclear que se instaló en España y la primera de Europa que va a ser desmantelada de forma programada.

Invitado por la Asociación de Mujeres Empresarias de Miranda de Ebro (Ademe) se ha referido a las consecuencias económicas y sociales del cierre de la central nuclear "José Cabrera".

Esta planta se cerró el 30 de abril de 2006 y el plan de desarrollo alternativo que se planteó entonces, para el alcalde, "ha sido un fracaso".

Ha explicado que desde el primer día los responsables de los ayuntamientos del entorno de la central "José Cabrera" se pusieron a trabajar para crear una comisión de desarrollo e intentar buscar soluciones alternativas al cierre con la implicación de todas las administraciones, lo que desembocó en la firma del llamado "Pacto de Zorita".

Para el alcalde de Almonacid de Zorita, "el pacto ha sido una tomadura de pelo y un engaño", en parte, debido a los incumplimientos de financiación que achacó a la administración central y a la Diputación de Guadalajara.

Tras asegurar que en la zona se ha detectado desde el cierre de Zorita "una menor actividad y la reducción de trabajo", el alcalde de Almonacid ha insistido, en relación con Garoña, que "no se puede cerrar una central que funciona de manera segura". EFE cog/jcp/jmi (foto)

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