Miércoles, 20 de junio de 2007 (Actualizado a las 09:24)

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Solaria va a ser un éxito. Seguro. Los renovables están de moda, se vistan de sol, viento o biocombustibles. Es lo que toca. El mercado necesita ideas y no hay nada más ecológico, responsable y socialmente aceptado que subirse al carro de lo verde y participar de él. Para muchos, puede dar igual que todo lo que rodee esta colocación tenga algo de disparate. Un tanto de locura colectiva. Y no lo dice McCoy. Lo recoge el folleto de emisión de la OPV o una casa como Merril Lynch que ayer pone los puntos sobre las íes del sector de producción fotovoltaica en un oportuno informe llamado “Nubarrones en el horizonte lejano”. Y es que, como siempre, los rendimientos hay que ponerlos en consonancia con los riesgos. Y, en este caso concreto, a los mil millones de capitalización que se pretende colocar, PER 85 año 2007, son muchas y muy variadas las incertidumbres que rodean al valor.

Solaria se dedica a tres negocios principales: producción de paneles fotovoltaicos, proyectos llave en mano para terceros y desarrollos solares térmicos. Por tanto su eje de actuación es un modo de generación eléctrica que, a medio plazo, va a permanecer subvencionado (su coste de producción es el doble del que cuesta la consecución tradicional de electricidad) y en el que cualquier cambio legislativo puede llevarse consigo unas cuantas empresas por delante como ocurrió el verano pasado con los biocombustibles en Alemania. Hay, por tanto, un riesgo regulatorio claro.

Por otra parte, Solaria depende de la materia prima esencial para la fabricación de los paneles, que es el silicio (junto con el litio). Tal y como recogía El Confidencial hace pocos días, el precio spot de esta materia prima se ha disparado y cada vez resulta más difícil conseguir contratos de aprovisionamiento a largo plazo. Los fabricantes de paneles pelean con los productores de semiconductores en cuanto a lo que a competencia industrial se refiere y con los nuevos entrantes en el mercado, fundamentalmente asiáticos, por lo que respecta a la competencia geográfica. Tal y como reconoce la misma Solaria ambos factores exigen de una gran investigación en I+D para minimizar el silicio necesario para la producción y poder, a la vez, competir en costes. Y resulta significativo que el propio folleto de emisión recoja la falta de experiencia de Solaria en este campo. Hay un riesgo de mercado evidente.

Por último Solaria sufre de excesiva concentración en cuanto a proyectos (como el nudo de la Paloma), proveedores y clientes. Cualquier desviación en uno de estos tres factores de negocio puede tener un impacto relevante en la cuenta de resultados de la compañía que, además, se ve afectada por los incrementos en los tipos de interés que pueden perjudicar la viabilidad de algunos proyectos solares fotovoltaicos cuya modelo de rentabilidad se basa en un uso generoso de los niveles de apalancamiento.

Dicho esto, Solaria se beneficia del interés generalizado por las acciones vinculadas a las energías renovables así como por su carácter prácticamente único en nuestro país lo que indudablemente atraerá inicialmente un flujo comprador. Tal y como señala Merril Lynch, el Sol suministra en apenas 45 minutos toda la energía que la Tierra necesita para un año entero de consumo. Sería absurdo pensar que no es el futuro. Y asomar la patita en un sector que espera crecimientos por encima del 30% para los próximos 10 años y en el que se puede buscar comprar lo ya existente, frente a los costes de instalación y puesta en funcionamiento, parece osado pero sensato.

Pero no lo olvidemos, como concluye el mismo Merril Lynch “la industria solar es, a fin de cuentas, un producto commodity con pocas barreras de entrada. Los altos márgenes y rentabilidad que actualmente generan las compañías del sector atraerá una pléyade de nuevos entrantes, especialmente de Asia, que penalizará el negocio a medio plazo”. ¿Se puede sobrevivir en este entorno? Seguro. Pero se hace necesaria especialización tecnológica, capacidad de aprovisionamiento y producción, excelencia en la gestión. ¿Reúne Solaria esas circunstancias? De momento, es un brindis al Sol. Nunca mejor dicho. Uds. mismos.

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