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El desplome de las bolsas mundiales ha desatado la habitual reacción en estos casos: un coro de analistas y gestores llamando a la calma a sus clientes y ratificando su confianza en la vuelta a las subidas de los índices. Ahora bien, hay otra coincidencia bastante más preocupante: la mayoría aconseja evitar el mercado español.

El discurso es casi unánime: estamos en una corrección, no en un cambio de tendencia; dicha corrección es similar a otras anteriores, como la de febrero, que representaron grandes oportunidades de compra; la crisis del mercado de crédito está localizada y no se va a extender al conjunto de la economía; los fundamentales son muy sólidos –beneficios empresariales, crecimiento económico, inflación controlada, etc.-; y lo único que hay que hacer es tener cuidado al elegir los valores, porque el mercado va a premiar la “calidad”: empresas grandes, con ingresos previsibles, alto dividendo, deuda reducida, etc.

Una encuesta realizada por Goldman Sachs entre 300 inversores profesionales ratifica esta opinión. La mayoría espera una subida del índice paneuropeo Stoxx de entre el 5% y el 10% en lo que queda del año, aunque sólo un 6% confía en un alza superior; curiosamente, que suba más del 10% en este período es lo más habitual estadísticamente hablando. Eso sí, tan sólo el 6% también espera una caída superior al 10%.

Schroders, por ejemplo, afirmaba ayer que “las correcciones de corto plazo no son nada nuevo para los inversores. Ya probaron sus nervios las caídas de junio del año pasado y de febrero de este año. En ambos casos, el mercado sobrerreaccionó a preocupaciones justificadas (inflación, tipos, la crisis subprime, el sobrecalentamiento del mercado chino, etc.). Los mercados se recuperaron rápidamente de esas pérdidas y los inversores reconocieron el atractivo fundamental de las condiciones económicas y las noticias corporativas”.

Otro ejemplo. Jeremy Podgers, de la gestora Threadneedle, reafirma su “visión positiva sobre los mercados, subrayando que el entorno económico sigue fuerte y que la temporada de resultados del segundo trimestre ha superado en general las expectativas. No hay ninguna prueba de que la actual fase alcista en las bolsas esté terminando”. Eso sí, ha adoptado una estrategia más defensiva para este verano, elevando su exposición a los grandes valores, en especial de bienes de consumo, y reduciendo posiciones en sector financiero y comercio minorista.

El Ibex, el menos atractivo

Los gestores encuestados por Goldman están preocupados por la posibilidad de una desaceleración en EEUU por culpa de la vivienda, por lo que esperan que Wall Street sea la peor bolsa en lo que resta de 2007. Por el contrario, los mercados favoritos son los de Asia (menos Japón). Dentro de Europa, el índice que tiene mejores perspectivas es el Dax, a pesar de que es el que más ha subido en el año, y el menos recomendado, nuestro Ibex.

Esta mala opinión no resulta sorprendente: desde principios de año, el grueso de las firmas de análisis recomienda a los inversores españoles buscar oportunidades fuera de nuestro mercado , debido a su fuerte subida en los últimos años, su elevada valoración y la elevada exposición de nuestras empresas al ciclo inmobiliario. Esta última razón es la que más preocupa a los gestores internacionales: “Aunque no hay razón para el pánico, el riesgo reside en la continua debilidad en los mercados inmobiliarios de EEUU y países europeos como España e Irlanda”, opina Threadneedle.

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