José M. de la Viña

APUNTES DE ENERCONOMÍA

Keynesianos y monetaristas: derechos contra el muro

29/09/2009
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La economía actual se maneja con dos coches y cuatro pedales en una carrera hacia ninguna parte: el bólido keynesiano y el bólido monetarista. Un tercer bólido, el coche fantástico de las expectativas racionales y de los mercados eficientes, no tiene conductor, con lo que no necesita pedales.

Keynesianos…

El bólido keynesiano tiene dos pedales fiscales. El del acelerador marca: más gasto público/menos impuestos. En el pedal del freno: menos gasto público/más impuestos. El Gobierno de turno está al volante en cada país y el Congreso en los Estados Unidos. Ambos pedales permiten en teoría –la práctica es otra cosa- fomentar o desincentivar el consumo con el objetivo final de estabilizar los ciclos económicos y evitar las depresiones. Cuando acelera, habitualmente en tiempos de crisis, cada Gobierno inunda de dinero su propio mercado mediante reducciones fiscales y/o endeudamiento, con el fin de aumentar el consumo y que la economía no se ralentice y aumente el desempleo, haciendo chirriar los neumáticos –el déficit se incrementa-. En tiempos de bonanza utiliza, mejor dicho, debería utilizar, el pedal del freno para equilibrar el presupuesto mediante una reducción del gasto y/o un aumento de impuestos para reducir la deuda y prepararse así para el siguiente ciclo económico.

…monetaristas…

El coche monetarista, puesto a punto sobre todo por el gran economista Milton Friedman, al acelerar aumenta el suministro de efectivo al mercado para fomentar el consumo. Al pisar el freno, por el contrario, reduce la cantidad de efectivo para evitar un recalentamiento de la economía. Los objetivos son los mismos que en el caso anterior: un aumento de consumo estable que permita el pleno empleo con una inflación controlada. En EE.UU. está al volante la Reserva Federal (FED) que también supervisa la actividad bancaria; en Europa es el Banco Central Europeo (BCE) el conductor del coche, estando la supervisión bancaria en manos de los diferentes países. Tanto el coche keynesiano como el monetarista sueltan inflación –o deflación- por el tubo de escape, siempre el enemigo a batir y a controlar mediante un buen pilotaje.

… y los de las expectativas racionales…

La última gran teoría de moda, el salvaje mundo de las expectativas racionales y del mercado eficiente –Rational expectations y Efficient Market Hypothesis en inglés-, es un tercer coche fantástico que no necesita conductor porque el bólido se supone que es perfecto e inmejorable. Asegura tal teoría que si la información que llega a la economía y a los mercados es correcta, estos funcionan bien sin ayuda ni pedales que valga y los mercados no se pueden batir más que con suerte, con lo que el trabajo de economistas y gestores de fondos es inútil. Sin embargo, para alivio de muchos, parece que ha quedado muy abollada con los acontecimientos del último año aunque sus tesis ya antes habían derrapado muchas veces –crisis del 29, batacazo de la bolsa de 1987 o la burbuja punto com del año 2000 entre otras-. Un mecánico llamado economía del comportamiento –Behavioral Economics- está viendo si puede, con algunas modificaciones, volver a arrancarlo. Este mecánico proclama que los humanos, humanos son; a menudo no demasiado racionales, cosa que se acaba reflejando en la economía y en los mercados financieros con lo que el coche fantástico, por muy futurista y matemáticamente elegante que sea, también necesitará un conductor para cuando las ecuaciones se gripen.

…en una accidentada carrera…

Cada bólido tiene sus seguidores con las filias y fobias típicas de cualquier competición. Hasta los años 70 del siglo XX el bólido keynesiano iba el primero ya que el monetarista estaba todavía en la cadena de montaje. La carrera fue despiadada sobre todo para los monetaristas, que partían con desventaja y tuvieron que escalar posiciones rápidamente. Fue la Administración Carter y posteriormente la de Reagan las que instalaron las bujías que permitieron que el bólido monetarista adelantase al keynesiano. Alan Greenspan, que durante muchos años estuvo al volante del moderno coche monetarista norteamericano a través de la FED, parecía que iba ganando posiciones con cada vuelta, siendo aclamado por ello, hasta que derrapó y se salió de la pista el año pasado –apalancamiento descontrolado y crédito subprime, finanzas creativas, mala supervisión bancaria, banca quebrada-. Esto obligó al viejo bólido keynesiano, caballeroso él, a remolcarle durante unas cuantas vueltas hasta que volviese a arrancar, apuntalando a los bancos y estimulando el consumo en su país mediante montañas de déficit. En Europa, el bólido monetarista (BCE) frenó inexplicablemente hace año y pico –subió los tipos de interés-, para luego arrepentirse y apretar el pedal del acelerador a tope reduciéndolos hasta los niveles actuales. Como en Europa cada bólido keynesiano está conducido por un Gobierno diferente, van todos a su aire, por ahora. Llegará un momento en que la Unión Europea comience a sacar banderas amarillas en las curvas, que para algún país serán rojas, a todos aquellos que no cumplan con los criterios de estabilidad presupuestaria que impone el Euro. ¿Candidatos…?

Unicamente dos bólidos y cuatro pedales –el coche fantástico está en el taller intentando el mecánico del comportamiento colocarle un asiento para el conductor- son las herramientas más poderosas que la ciencia económica actual puede proporcionar.

… derechos contra el muro

La singularidad de esta carrera es que al final de la recta de tribunas hay un muro y todos los bólidos se acabarán estrellando contra él. Ese muro es la incapacidad de nuestro planeta de proporcionarnos, en un futuro más o menos lejano, todo lo que deseamos; de absorber eternamente las consecuencias de nuestras acciones y estropicios. Cualquier teoría económica pretende simplemente una cosa: que consumamos más. Más de la mitad de la contribución de los países desarrollados al PIB es consumo. Todo en economía se reduce a eso y sin eso no sabe cómo avanzar: consumir más energía, más agua, más recursos no renovables para poder crecer y así alcanzar el pleno empleo. Como consecuencia de todo ello se contamina más y las emisiones aumentan cada día otro poco, acercándose peligrosamente los bólidos al muro. Ninguna teoría económica actual nos enseña a aumentar el bienestar económico y social sin dilapidar los recursos escasos de la Tierra ni deteriorarla. Son todas incompletas. Habría que empezar a pensar en nuevos desarrollos teóricos que nos enseñasen a crecer en un sistema cerrado sin agotarlo ni destruirlo. Un salto cualitativo en la historia del pensamiento económico. Nos va el futuro en ello.

En estos momentos el muro está dentro de un túnel y nuestros bólidos en él, lanzados y con los faros rotos. No lo podemos ver y por lo tanto no sabemos cuándo llegará el choque. Las ciencias actuales –ni la económica ni ninguna otra- de momento no permiten ver el muro ni como esquivarlo. Solo sabemos que está ahí, cada día un poco más cerca.

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LA OPINIÓN DE LOS LECTORES

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COMENTARIOS

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19dabulper 27/10/2009 | 18:06

Pues yo soy Físico y, seguramente por ello, tampoco tendré mucho predicamento económico entre tanto economista "serio" que aquí escribe y que creen manejar las matemáticas de una pseudociencia llamada economía. Que triste criticar al mensajero...
Mucho comentario sólo critica la "simplicidad" de la exposición de los modelos económicos, bastante pobres todos ellos, si los comparamos por ejemplo con la precisión predictiva de una teoría de la física como la mecánica cuántica, ah vaya una teoría física, claro pero no es lo mismo hablar de economía y física. En la primera tiene opinión todo dios, en la segunda, o predices correctamente o no vale. Señores economistas, vayan levantando el trasero y busquen algo mejor que lo que tienen.
Pero lo realmente preocupante es que es CIERTO que los modelos económicos actuales, en vigor, no los futuros o teóricos, están destruyendo los recursos, y mucho me temo, que el MURO será una guerra mundial derivada de la escasez de recursos. Cuando el petróleo suba a 300 dólares el barril vayan preparándose para lo peor. Es el mismo sistema utilizado una y otra vez a lo largo de la historia por los que tienen el poder para seguir en la misma dinámica.

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18nachovm 30/09/2009 | 22:16

Yo, personalmente, me lo paso de cine leyendo los artículos pero, con lo que más me divierto son con los piques entre los contertulios. Qué bueno!

http://www.reformasbarcelona.info

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17Suave 29/09/2009 | 22:04

#14 Hola Gonzola

Que el problema es la función exponencial es algo que tanto ud. como yo hemos explicado en dos líneas. Qué la "solución" son tecnologías altamente eficientes o serio calvario también está claro.

Otra cosa es el tema financiero-monetario.

Posiblemente los mercados no sean eficientes pero no se puede recurrir a ello colgándoles crisis de las q no son responsables por haberse producido en mercados altamente intervenidos.

Las crisis no surgen por generación expontánea. Son debidamente planeadas e implementadas por los interventores del sistema.

En cada crisis, la población perdemos una cuota de nuestra libertad y a los q la valoramos nos duele ver que quién podría estar de nuestro lado se posiciona por ignorancia del lado del enemigo.

Sin profundizar más, sólo con leer el "Dinero..." de Huerta de Soto podría comprender las diversas escuelas y, entonces sí, alinearse con una usando su propio juicio. Y entonces podría llegar a las mismas conclusiones a las que ya llega y tendría todo mi respeto. Pero ya no partiría de premisas falsas y entendería de qué habla.

Y duele perder un posible aliado por pura pereza intelectual.

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16saigon2016 29/09/2009 | 22:04

Llama la atención el pique infantil ingenieros vs economistas... de eso no hables que no sabes... increible

Supongo que los que se creen que saben algo y tienen autoridad para decir esto se ha debido forrar con la crisis pues ya sabian todo lo que iba a pasar y tomaron posiciones a tiempo, no?

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15taibo 29/09/2009 | 20:54

Pues yo creo que los barcos se deberian de hacer de papel Albal y que no es necesario poner motores con una docena de chinos que remen se pueden alcanzar los 100 nudos siempre que la carga no exceda de un millon de toneladas. También creo que no deberian darse a los barcos esas formas curvilineas, hacerlo cúbicos ahorraría costes.
No soy ingeniero, ni falta que hace, pero soy economista y voy sobrado para diseñar barcos.

Ahí queda eso.

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A través de Apuntes de Enerconomía, José M. de la Viña, Dr. Ingeniero Naval, persigue transmitir sus experiencias y reflexiones sobre temas relacionados con la energía y el medio ambiente, sector en el que ha desarrollado gran parte de su carrera profesional. Informar, promover el debate, contribuir modestamente a que los lectores puedan forjarse sus propios puntos de vista y, de esta manera, ser entre todos capaces de construir un futuro mejor.

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