publicidad
publicidad
www.elconfidencial.com www.vanitatis.com
Logo de Cotizalia
Viernes, 18 de septiembre de 2009 (Actualizado a las 09:30)
PORTADA    Noticias     Vivienda    Análisis    Fondos    Blogs     Cotizaciones       ValorFondoNoticia  

TENDENCIASCerrar el bloque

La epidemia de palurdismo, Valladolid, la furia de Gallardón y los hunos en Pozuelo (I)

@José M. de la Viña - 10/09/2009 06:00h

Deja tu comentario (11)

Valorado (5/5)Valorado (5/5)Valorado (5/5)Valorado (5/5)Valorado (5/5) (5/5 | 26 votos)

aumentar tamaño letradisminuir tamaño letra

Yo siempre pensé que la modernidad consistía en convertir el duro baldosín de nuestras calles en un espacio verde; en plantar árboles donde no había sombra o construir fuentes y estanques que refrescasen nuestras inhóspitas ciudades; en hacer parques y plazas para disfrute, refresco y esparcimiento de los ciudadanos. Hasta que llegué a la conclusión que estaba anticuado y fuera de onda, anticipadamente carca.

Valladolid es una ciudad que ha sido salvajemente maltratada por sus alcaldes durante el último medio siglo. Desde entonces, el palurdismo urbanístico ha ido aumentando en intensidad. Empezó tímidamente durante la época de Franco, se acrecentó con el anterior alcalde socialista y ha alcanzado un clímax hortera y derrochador con el actual alcalde del PP. El palurdismo, pues, no tiene color político.

Este verano, la zona del Paseo de Recoletos y del Paseo Central del Campo Grande, zonas señeras de Valladolid, están en obras. Se han tenido que levantar para arreglar y reafirmar la monumental masacre urbanística realizada por el alcalde actual en el año 2002. La chapuza primigenia consistió en cargarse, limpiamente, pérgolas donde en verano se montaban alegres tertulias mientras los niños pequeños jugaban; estanques con estatuas; vegetación y paseos. Los sustituyó por vulgares baldosines de ínfima calidad, esos que ya están rotos y necesitan cambiarse, para mayor gloria del déficit de Rodríguez; por supositorios posmodernos -algunos los denominan farolas- curiosamente idénticos a los que uno puede encontrar en cualquier otra plaza gobernada por el mismo tipo de alcalde depredador, es decir, casi cualquier ciudad o pueblo de España. El desaguisado se completó con dos originales edificios de diseño, pabellones los llaman, es decir, de cristales siempre sucios e idénticos a los que podemos encontrar en cualquier otro lugar gobernado por un espécimen parecido. Se cargó, en definitiva, las señas de identidad que hacían de aquel un paraje único. Lo más triste de todo, es que la ciudad entera aplaudió con las orejas el ataque de modernidad del alcalde. Antes de la modernización, el paseante podía realizar todo su trayecto en verano bajo su siempre refrescante sombra y mientras admiraba los reflejos del agua; hoy invita a atravesarlo, que no a disfrutarlo, zigzagueando para conseguirlo, sin poder ya descansar bajo ninguna pérgola y sin reflejos que valgan. Y encima deberá dar las gracias porque pudo ser peor. La zona degradada, aunque enorme, es un lateral del parque. El corazón de los jardines, en su actual diseño de mediados del siglo XIX, afortunadamente todavía sigue en pie, me imagino que por falta de presupuesto, que no de ganas de remodelarlo.

Para los que no lo conocen, el Campo Grande de Valladolid es un jardín único, según dicen algunos de estilo anglo chino, yo no lo sé. Lo habitan multitud de impresionantes árboles centenarios, de esos que tanto gusta talar a Ruiz Gallardón. Tiene una preciosa rosaleda y un gran estanque con cisnes y patos en donde pasea a quien lo desee el feliz barquero que, por algo será, no se jubila porque no quiere, probablemente abrumado por la belleza que le rodea.

Manolo el pavo y sus hermanos –para mis hijas todos los pavos reales se llaman Manolo-, verdaderos guías turísticos del parque, dan la bienvenida a los paseantes todas las mañanas para acompañarles durante su estancia en él y agradecerles su visita, con el despliegue de sus multicolores colas, a su partida.

Cada época del año el disfrute del parque es una experiencia diferente. En invierno, silencioso y húmedo, invita al paseo lento y melancólico.

En primavera se muestra exuberante y alegre para recordarnos que la vida es bella y que es un placer el privilegio de poder sentarse en un banco a disfrutar de sus sonidos y fragancias con un buen libro entre las manos.

En verano refresca, da sombra y nos invita a la tertulia y al sosiego. En otoño, en fin, mi época preferida, se convierte en una maravillosa alfombra de ocres multicolores que nos recuerda, apesadumbrado pero jamás triste, que el ciclo de la vida se vuelve a completar y que el parque descansará hasta el próximo año en que volverá a renacer con más fuerza (si el desaprensivo e inculto alcalde de turno no lo impide).

Cuando era yo pequeño, pensaba que tener el Campo Grande al lado era lo más natural del Mundo; que todos los niños disfrutaban de un parque igual al lado de casa y, con esa ingenuidad infantil, no lo valoraba como debía. Ahora me doy cuenta que era un privilegiado y que tanto éste como el resto de jardines históricos que todavía quedan, es nuestra obligación conservarlos; protegerlos de políticos desaprensivos y clónicos arquitectos estrella, incapaces y sin escrúpulos, en busca de efímera gloria.

Nota: parece que no soy el único que padece desasosiego y desolación cada vez que vuelve a su tierra. Les adjunto el enlace de un artículo de Antonio Muñoz Molina que muestra como Ubeda, Madrid o Valladolid, entre otras muchas ciudades, deberían ser hermanadas en su degradación.

Valorado (5/5)Valorado (5/5)Valorado (5/5)Valorado (5/5)Valorado (5/5) (5/5 | 26 votos)

aumentar tamaño letradisminuir tamaño letra

Opiniones de los lectores (11)

Deja tu comentario

11. usuario registrado kokoliso118/09/2009, 09:34 h.

Pues yo mismo he pasado por allí no hace mucho y no he visto nada tan mal como lo pinta usted.

Para empezar el "campo grande" no es tan grande, cualquier ciudad tiene parques mucho mayores y segundo no lo veo peor que hace 20 años.

De Valladolid criticaría la cantidad de calles que se han estrechado a sólo un carril, la lentitud del tráfico que lleva más de 45 minutos en un día normal cruzar la ciudad que es pequeña y antes no llevaba más de 10 minutos hacerlo y todas las plazas de aparcamiento que han eliminado en el proceso es más dificil aparcar en Valladolid que en Madrid o Valencia. Y lo digo por experiencia. Y sobre todo la cantidad de radares que han puesto a traición por todas las calles en cuanto son un poquito más anchas.


 Me gusta (0)    |   marcar ofensivo Marcar como ofensivo    |     Responder   

10. usuario registrado quisquilla17/09/2009, 20:14 h.

Totalmente de acuerdo que se han hecho muchos estropicios en Valladolid, pero han sido mucho mayores en la época de los alcaldes de Franco, ya que éstos arrasaron la parte histórica. Sin embargo, curiosamente hace unos pocos años murió uno de ello, Santiago López, y toda la Ciudad le homenajeó, desde historiadores hasta políticos. Enfin.

En cuanto al Campo Grande de Valladolid, tampoco me parece adecuado y estético dejar todo medio paseo del mismo con unas canastas de baloncesto para que juegen los cuatro chavales de turno. Afea el Campo Grande y molesta a los demás paseantes.

Otra cosa, todos estos arquitectos deberían bajar sus honorarios porque no hacen más que calcar lo que han visto en otros sitios. Sin ir más lejos el nuevo Auditorio de Valladolid lo he visto muy parecido en Alemania, pero éste ya estab antes.

 Me gusta (0)    |   marcar ofensivo Marcar como ofensivo    |     Responder   

9. usuario registrado isb10/09/2009, 21:39 h.

Bueno, bueno, menos lobos caperucita, porque el Campo Grande Valladolid lo está Vd. pintando muy romántico, pero no es para tanto...... ¡ Con la cantidad de cosas que se han hecho en Valladolid, se queda Vd. con las baldosas del Paseo de Coches !. ¿Porqué no habla del Museo de la Ciencia, de la renovación del Colegio de San Gregorio, del Museo de Arte Moderno, de las nuevas Facultades, etc,etc,etc ?.

 Me gusta (0)    |   marcar ofensivo Marcar como ofensivo    |     Responder   

8. usuario registrado gaucho10/09/2009, 19:52 h.

#7
Claro, tienen que ser arquitectos especializados en paisajismo, a veces es preferible restaurar para crear una continuación con los recuerdos de la infancia y poder transmitirlo a tus hijos.

 Me gusta (0)    |   marcar ofensivo Marcar como ofensivo    |     Responder   

7. usuario registrado saporano10/09/2009, 19:40 h.


#5 No tengo la suerte de conocer el parque en cuestión, pero el problema que plantea el autor del artículo es muy frecuente en muchísimas actuaciones urbanísticas en toda España. Contínuamente vemos como espacios agradables a los ciudadanos son reformados en otros con mucha menos vegetación y elementos "arquitectónicos" de muy dudoso gusto. Claro que según ud. sobran todos los gustos que no sean los de su colectivo. Eso es normal cuando el contenido se basa en eso, en gustos. Pero para eso hay otros colectivo mejor preparados que los arquitectos, que son los habituales autores de este tipo de proyectos. Lo de que el pavimento de adoquín hace ruido especialmente en el coche es de risa. Eso lo sabe cualquier peón de obra. Ese paviemnto no debe usarse con tráfico rodado, pero no por el ruido que produce dentro del coche, sino por el que emite al exterior.Gracias

 Me gusta (0)    |   marcar ofensivo Marcar como ofensivo    |     Responder   

| Ver más comentarios ⇓

Deja tu comentario

El equipo de redacción revisará las opiniones para evitar la difusión de comentarios no apropiados o insultos. El horario del foro es de 07:00 a 23:00 h. Fuera de ese horario no se incluirán opiniones.

Una burbuja llamada TIERRA

@José M. de la Viña - 03/09/2009

Salvemos el atún rojo

@José M. de la Viña - 30/07/2009

Abogamos por la hidráulica, pero recordad El Alamo

@José M. de la Viña - 23/07/2009

¿Liberalizamos o regulamos la luz?

@José M. de la Viña - 16/07/2009

La dieta mediterránea alivia el cambio climático

@José M. de la Viña - 09/07/2009

Ver más»

Acerca de...

@José M. de la Viña

A través de Apuntes de Enerconomía, José M. de la Viña, Dr. Ingeniero Naval, persigue transmitir sus experiencias y reflexiones sobre temas relacionados con la energía y el medio ambiente, sector en el que ha desarrollado gran parte de su carrera profesional. Informar, promover el debate, contribuir modestamente a que los lectores puedan forjarse sus propios puntos de vista y, de esta manera, ser entre todos capaces de construir un futuro mejor.

Otros artículos de opinión

VALOR AÑADIDO

¿Es posible un colapso total de Internet?  S. McCoy

ECONOMÍA DIGITAL

El futuro es digital  Jesús Banegas Núñez

FONDO DE FONDOS

El mito de 'El Dorado'  Paula Mercado*

 

los más leidos los más leidos los más comentados los más enviados

Todos los derechos reservados © Prohibida la reproducción total o parcial

Auditado por Ojd

ir a El Confidencial

Cotizalia

ir a Vanitatis


Enlaces de Interés