El Royal Bank of Scotland (RBS), participado por el Estado británico en un 70% tras recibir ayudas públicas de 20.000 millones de libras (23.305 millones de euros), registró pérdidas de 1.042 millones de libras (1.215 millones de euros) en los seis primeros meses del año, lo que supone un 26% más que en el mismo periodo de 2008, informó la entidad, que descartó una mejoría apreciable de sus resultados hasta dentro de dos años.

Las cuentas del banco, que en 2007 adquirió el ABN Amro en consorcio con Santander y Fortis, reflejan el impacto de las provisiones de 7.521 millones de libras (8.766 millones de euros) por créditos fallidos, multiplicando por cinco el importe destinado a esta partida en el primer semestre del año pasado.

Asimismo, el banco admitió que los préstamos en riesgo de mora o potencialmente problemáticos ascendían el 30 de junio a 31.000 millones de libras (36.132 millones de euros), un 246% más que hace un año.

"Los resultados del primer semestre, tal como habíamos advertido claramente, son pobres", reconoció el consejero delegado de RBS, Stephen Hester, quien advirtió de que "no existen curas milagrosas".

De cara al futuro, el máximo ejecutivo del banco señaló que el reto al que se enfrenta la entidad consiste en "la mayor reeestructuración bancaria que jamás se haya acometido" y auguró que los resultados de RBS podrían no registrar una mejora "sustancial" hasta 2011, mientras que la recuperación completa "llevará tiempo", por lo que admitió que el banco seguirá necesitando el apoyo del Gobierno.

Las acciones de RBS experimentaban un severo correctivo tras la apertura de la Bolsa de Londres al caer un 15,15% después de conocerse los resultados del banco.

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