TENDENCIAS
@Fernando Suárez - 03/07/2009 06:00h
Recién estrenada la primavera de 1488, los habitantes de la bella y embrujada Brugge, hartos de excesos políticos y continuas subidas de impuestos, decapitaron al administrador local, valido de Maximiliano I de Austria, quien desde su cautiverio fue obligado a presenciar la ejecución. Una vez en libertad, en atención al largo cuello del ajusticiado y emblema de su escudo de armas familiar, condenó a la ciudad a proveer perpetuo sustento a los cisnes del Lago del Amor, cuya idílica existencia aún hoy perdura. Crimen y castigo.
De Fuenteovejuna a las boufonías atenienses, donde el ejecutor huía consciente de su delito y todos los participantes eran enjuiciados: Los que habían acarreado el agua para afilar las armas echaban la culpa a los afiladores; éstos, a su vez, la echaban a los que de ellos recibieron las armas ya afiladas; y éstos, señalaban como responsable al que blandió el hacha para doblar a la víctima; éste, al que le cortó el pescuezo. Éste, que ya ha sido capturado, acusa al cuchillo. El cuchillo, declarado solemnemente culpable, es arrojado al mar. Además, se advierte que el buey se encaminó solo al altar y comió los granos consagrados, manifestando así su deseo de ser sacrificado. Finalmente, el cuero del animal se rellena de cualquier modo, y el simulacro se pone de pie uncido a un arado para que todo parezca un mal sueño y fingir que se le cree sano y salvo. Sacrificios, fingimiento y quiebra de tabúes en común unión.
La canícula aprieta, se trilla la mies. Descanso y alivio. Hay quien piensa ya en la cosecha venidera. Quizá convenga hacerlo en las próximas diez. Incluso en sentido literal. Si la comida es la vida, el ritual de inmolación de la confianza sellará en el inconsciente colectivo una nueva alianza social globalizada. Tras la agónica expiración de la fiducia como moneda de cambio, las nuevas reglas totémicas se abrirán paso, entre estándares de convivencia divergentes, hacia la inexorable realidad de recursos y población. Cierto, no es cosa de un día o de dos, pero descuidarse bien pudiera suponer tomar conciencia justo en medio de la plaza, empuyado y encarando la capa, a punto de recibir banderillas. Cerrada oblación.
El rápido agotamiento de los recursos minerales no renovables, de las zonas de bosques y humedales, la extinción de especies animales y vegetales, y el deterioro de la calidad del aire y del agua; especialmente en algunos países de Europa oriental, la antigua Unión Soviética, y China; plantean graves problemas a largo plazo que gobiernos y pueblos apenas están empezando a abordar. O eso al menos dice la CIA en su actualización de Mayo. Claro, a largo plazo, todos calvos. Algunos, no obstante, aparentan tomárselo en serio. Y otros, of course, reeditan temores.
La constatación de un medio ambiente en continua degradación y una demografía explosiva constituye, por sí misma, condición necesaria y suficiente para obrar en consecuencia. Antes de que sea demasiado tarde. La feroz competencia en pos de recursos escasos orientada, de un lado, a mantener y aumentar bienestar y, de otro, a contener la mera supervivencia, ofrece una polarización peligrosa. Ya ni siquiera se trata de una cuestión ética, de justicia moral, de una distribución eficiente y equitativa de factores, que lo es. El mundo ideal sólo existe como quimérico modelo, la realidad transita por la suma de distintas combinaciones de PVP individuales: Principios, Valores, y Prioridades. Cada cual, los suyos.
Así, ingenuidades de perfect world aparte, resulta inaplazable jugar posibilidades para encarar amenazas tangibles, habida cuenta el devenir histórico y el actual contexto de emergencia global, con dos tercios del mundo en recesión. Disputas territoriales, enfrentamientos étnicos y culturales; agotamiento de recursos y factores de producción; desastres industriales, climáticos y sanitarios; destrucción de la biodiversidad, desertificación y contaminación; movimientos migratorios incontrolados, pobreza y hambre. Añádase a voluntad. Estamos sólo al principio del camino. Las proyecciones más ajustadas indican que, en apenas una década, el planeta tendrá que acoger un par de millardos adicionales de seres humanos respecto a 1995, casi un 40% de incremento en un cuarto de siglo. En los últimos 50 años, la población mundial se ha más que doblado. La mitad de ella sobrevive con menos de 2’5 dólares al día, el 80%, con menos de 10. Escalofriante.
Pudiera sonar a demagogia low-cost si no fuese porque la iniquidad sólo abona la semilla de la desolación, irriga descontento y fructifica conflictos insurrectos. Esta crisis sistémica inmanente, entre prosperidad ilusoria e indigencia real, va camino de convertirse en una catástrofe humanitaria de tal magnitud, que pone en jaque estabilidad política, equilibrio geoestratégico y seguridad globales. Ya es oficial. El sistema es inviable, hace tiempo que naufraga, y las múltiples vías de agua, abiertas y por abrir, irán inundando sucesivamente mamparos, hasta entonces considerados estancos, acelerando el hundimiento. Y las desigualdades acumuladas siguen una tendencia abocada a la reversión mediante tres opciones básicas: consenso y buena voluntad, estallido social y/o medios expeditivos. La primera posibilidad es lenta e indolente, cuestión de PVP. Las dos restantes, inducidas indirectamente, sugieren la necesidad de prepararse a conciencia para l’avenir.
Y es que, al parecer, los cisnes negros existen, necesitando también manutención. A poco que se desbarre, como disparatado ejercicio de prognosis, podrían evocarse cuatro futuribles en negro sobre blanco: colapso súbito y total, caos global; depresión duradera y contenida, reinicio imperfecto; nuevo milagro fiduciario, más burbujas & sumideros; y, finalmente, el acabose, Disney Matrix reloaded, con selecto ambigú de píldoras azules. Escala de grises y probabilidad de acaecimiento, siempre al gusto, confianza, y riesgo apetecible de cada cual. La única estrategia ganadora, común a todos los casos, descansaría en invertir talentos y posibles en manantiales de utilidad, eficiencia e innovación adaptativa. Medios de satisfacer necesidades reales en un entorno de selección natural.
Mientras tanto, il mondo gira. Durante el próximo decenio se estima que el PIB asiático supere, en términos de paridad del poder adquisitivo, al de EEUU y la UE juntos. La nueva clase media emergente rondará los mil millones de personas, cuyas deseadas pautas de consumo y anhelado bienestar tendrán que lidiar, en incómoda competencia, con recursos menguantes, derechos adquiridos y resistencia a la pérdida de estatus conquistado por generaciones enteras. Alguien tendrá que ceder. Ofrenda a la vista, sacrificio ritual en marcha. Los ejecutores, huidos; el cuchillo, al mar; y el buey, disecado y uncido. Ojalá el altar quedase vacío.
Opiniones de los lectores (24)
24. trevic03/07/2009, 18:27 h.
#21 En tu comentario afirmas que muchos países tienen descontrolado su índice de natalidad. Si bien es cierto que muhcos paises no siguen el ejemplo de China y aún están lejos de los estándares OCDE, te aconsejo ue veas el enlace que he dejado esta mañana en mi segundo post #2 y actulices algunos mitos sobre este tema.
23. Capablancka, J.T.03/07/2009, 17:51 h.
¿9.000 millones para el 2050? Jeje, a nueve mil millones llegamos en cinco años. Como mucho, diez.
Qué ilusos. La superpoblación será el más grave problema de la Humanidad antes de que nos demos cuenta.
:_[[[
www.capablancafueelmejor.com
22. gaucho03/07/2009, 14:34 h.
Otra posibilidad es cambiar los métodos de medida y en vez de cantidad medir la calidad o como dicen otros foreros ir a otra dimension en donde esté todo por hacer con lo que sin destruir pasamos a la siguiente stargate.
21. m.e03/07/2009, 14:17 h.
#5 Interesantes tus apreciaciones, pero:
+ Es cierto que la población tiende a disminuir su crecimiento según cambia la sociedad [grado de urbanización y emancipación de la mujer entre otros]. Esto está descontado en el artículo, ya que los cálculos efectivamente dicen la población lleguará a su máximo de 9.000 millones en 2050.
+ En china el crecimiento demográfico está controlado por la políticas de un solo hijo, pero hay multitud de países que lo tienen descontrolado.
+ Teóricamente se pueden producir alimentos para 10.000, incluso 15.000 millones de personas. La cuestión es dónde está el límite en que alimentar a una población siempre creciente provoca un colapso en el ecosistema a través del agotamiento de los recursos [agua, aire, petróleo y gas, nutrientes del suelo, bosques]. Recursos aparentemente renovables como agua o bosques, dejan de serlo si la tasa de consumo supera a la de reposición [vease Mar del Aral].
En definitiva, multitud de sociedades pasadas han colapsado al poco de llegar a su cénit de desarrollo, es decir se desarrollaron hasta que agotaron todo lo que las sostenía y se hundieron. Si ocurre otra vez será a una escala global y sin precedentes.
20. dabulper03/07/2009, 13:58 h.
Para #1 ¿Es sostenible nuestro modelo de crecimiento económico continuado [digamos un 2% anual que no parece muy exagerado]?
La respuesta es NO, pues el comportamiento resultante de la curva de crecimiento de TODO lo que tenga que ver con lo económico es una curva exponencialmente creciente.
Un crecimiento exponencial conduce a un consumo exponencial de recursos de un planeta con recursos finitos. Tarde o temprano ese modelo explotará. ¿Una III guerra mundial en ciernes? Quien sabe.
Aquí hay un enlace a una exposición más gráfica de lo que planteo:
Crash Course Chapter 18: Environmental Data
Respecto Zeitgeist que comenta #9, le recomiendo que visite este enlace:
Zeitgeist contrastado
En este blog desmontan muchas sandeces que se plantean en los documentales del movimiento zeitsgeist, y muestran claramente que este movimiento está orquestado por fascistas ateos de USA. Sobran los comentarios.
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Acerca de...
Fernando Suárez es economista y analista independiente. Desde este Teatro del Dinero pretende analizar, de modo académico y con su particular estilo, el devenir presente y futuro de la economía y las finanzas a nivel global, un escenario en el que, muchas veces, nada es lo que parece. O sí. Ocupen su localidad.
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