España es el país que más empleo ha destruido en esta recesión de toda Europa. En términos relativos a su mercado laboral la destrucción de empleo mensual en España es cuatro veces la de EE.UU. En este contexto múltiples voces, incluida la del Secretario de Estado de Economía, claman por una nueva reforma del mercado laboral. Pero, ¿no demuestra el ritmo de destrucción de empleo que el mercado de trabajo español es muy flexible? Si fuera rígido, no se destruiría empleo (algo así vino a decir la Vicepresidenta Salgado).

Hace un par de años la pregunta, sin embargo, era la contraria: ¿por qué ese empeño en reformar el mercado laboral ahora que el empleo está creciendo a un ritmo tan elevado? No han oído ustedes eso de “si no está roto no lo arregles”.

El problema del mercado de trabajo de España no es que esté roto, sino que su estructura no es la más adecuada para el Siglo XXI. Es una estructura del siglo pasado, basada en la preponderancia de unos agentes sociales con escasa representación y mucho poder, que dista mucho de las relaciones laborales que imperan en el mundo globalizado actual, caracterizado por una creciente flexibilidad y movilidad. La globalización está cambiando el concepto de estabilidad laboral, dotando de mayor poder de negociación a la empresa en unos casos y a los trabajadores en otros. El capital humano y la productividad han pasado a ser la garantía de estabilidad de facto en el empleo, recalando el poder de negociación en los trabajadores. Las necesidades de las empresas de personal cualificado se han hecho manifiestas en los últimos años, bien sea de ingenieros en Alemania, informáticos en EE.UU. o de fontaneros en Londres. Sin embargo, la estabilidad de iure que subyace a la regulación del mercado laboral está quedando poco a poco obsoleta ante la fuerte presión de las economías emergentes y la re-localización de las empresas.

La Nueva División del Trabajo exige la especialización de las economías en sus ventajas comparativas, “exter-internacionalizando” todo aquello que no aporte valor añadido. Es verdad que en Europa, nuestro entorno de referencia, todavía imperan los modelos del siglo pasado, lo que nos sirve de excusa para hacer poco. Pero estos modelos están destinados a desaparecer. No se puede poner freno a este proceso. La globalización puede gustarnos o no, pero está aquí. Y los cambios que exige podemos hacerlos por voluntad propia (anticipándonos) o esperar a que nos sean impuestos por las circunstancias, pero tendrán lugar. No es una cuestión de que estemos en crisis o no, sino una cuestión de futuro.

3.  avi05/06/2009, 16:25 h.

Ayer, los empresarios catalanes le dijeron a Rodriguez que las leyes laborales eran todavía las franquistas, la pura verdad. Además le instaron a tener coraje político, cosa que es como decirle a un feo que sea guapo.
Hace tres años tenía que haber hecho la reforma, pero miró para otro lado. Este hombre no sirve.
Al final será peor, y no habrá mas remedio que ir a un modelo meritocrático en el que se valorará al trabajador en razón a sus méritos, honestidad, capacidad, puntualidad. Pero lo malo es que entonces lo público recoge toda la escoria, y encima cobrando mas, que es la forma de justificar el sueldo de sus jefes por escalafón.
A este pais lo veo mal porque está muy viciado, y lo primero que se deberia hacer es sacar privilegios a los sindicatos.Iremos a convenio de empresa, y al que no le guste que cambie de empresa que es lo que se hacía en la época del pleno empleo.

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2.  unopopof05/06/2009, 14:23 h.

Este tipo de comentarios/articulos debería ayudarnos a reflexionar sobre el asunto de la globalización. Si la globalización es que ponemos los precios de España a nivel de UK, Francia o EEUU [Ya se ha conseguido] y por el otro extremo es que los salarios los vamos a poner en niveles de China [En eso están algunos,pues perfecto, el pequeño problema es que con los sueldos de un mes en China no podríamos vivir ni un solo dia en cualquiera de los países mencionados.

En este proceso que explotará, resulta lamentable que se pongan parches por parte del estado a base de mas deuda publica, para que no se caíga ahora y se caíga mas adelante. Que paradoja compramos cosas a alguien que malvive y le pagamos con deuda publica, para vivir nosotros aparente y comparativamente de manera explendida. Este montaje no responde al interés de la mayoría, aunque sí a la mayoría de las multinacionales y claro los políticos/empresarios pierden el "culo" por hacerse una foto con el Sr. Gates.

Así las cosas yo no veo mas arreglo que cada uno busque sus alternativas de vida y deje de dar de comer al espiritu y al cuerpo exclusivamente con money.

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1.  suarezneger05/06/2009, 09:08 h.

La lectura de este artículo provoca una sensación dolorosa. Sutilmente profetiza la desaparición del estado social europeo, con todo lo que eso conlleva. Abre las puertas a la voracidad capitalista, es decir desigualdad, injusticia y pobreza garantizadas, merma de la soberanía de los estados europeos, en pro de una tiranía monetaria a nivel mundial. Que Thomas Jefferson nos ampare [otro día citaré su impagable comentario].

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