La economía japonesa se contrajo en el cuarto trimestre a su mayor ritmo desde 1974, un 12,1% interanual, debido a la caída de las exportaciones y del gasto empresarial, según ha informado hoy el Gobierno. El dato es, no obstante, mejor de lo que habían previsto los analistas, que esperaban un 13,4%.

La producción industrial y los cargamentos al exterior alcanzaron niveles mínimos en enero.  "La economía japonesa está despeñándose por un barranco", según el economista jefe de Barclays en Tokio, Kyohei Morita. Uno de los síntomas de la mala evolución de la economía nipona es el anuncio de Toyota, la mayor automovilística japonesa, de que recortará su producción en más de la mitad este trimestre. Y las principales compañías del país han anunciado que este año sufrirán pérdidas por primera vez en varias décadas.

En términos intertrimestrales, el PIB japonés se redujo un 3,2%, frente al 3,3% que se esperaba. El ministro de Finanzas, Kaoru Yosano, ha declarado hoy que está "preocupado de que una reducción en la producción derive en un ajuste del mercado laboral" y que las perspectivas para la economía japonesa este trimestre son "severas".

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